Alimentación y Conciencia

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“Comer es una necesidad, pero comer inteligentemente es un arte”
La Rochefoucauld

¿Qué es tener un nivel de conciencia elevado? Es estar en una aptitud de testigo de lo que pasa, el poder observar los pensamientos, el cuerpo, las emociones y sentimientos sin identificarme con ellos, sin interpretar, comparar o juzgar y actuando en consecuencia.

¿Qué es alimentación?

Alimentación es la forma que tengo de comer; de qué forma lo hago y para qué.

Comemos por ansiedad, aburrimiento, insatisfacción, por agradar, para aliviarnos, distraernos, ocupar espacios, tristeza o porque llega la hora y un largo etc. comemos muchas más veces por este tipo de cosas, que por que realmente el cuerpo lo esté demandando

El nivel de conciencia que tengo va a influir en cómo me alimento, y el cómo me alimento a mi nivel de conciencia.

El proceso digestivo puede llegar a utilizar un 80% de la Energía Vital que tenemos. Es muy complejo, muy largo e intervienen muchos órganos. Lo cual nos dice que en ese momento sólo nos queda un 20% de energía para el resto de los procesos físicos, mentales y emocionales.

Empieza con la masticación, posteriormente interviene el estómago, hígado, páncreas e intestino. El intestino tiene que absorber los nutrientes y el sistema circulatorio tiene que llevarlos a las células, y éstas, tienen que absorberlos.

Este gran proceso va a requerir un gasto enorme de energía y va a depender de lo que como y, sobre todo, de cómo lo como.  Si no lo hago correctamente, el nivel de conciencia baja inmediatamente.

¿Quién no ha vivido después de una buena comida el sopor, sueño y cansancio?

Otra razón que influye a nuestra conciencia es el comer emocional.

Cuando de pequeños nos sentimos mal, que son muchas veces, ya que estamos llenos de frustraciones, miedos y emociones negativas, nuestros padres nos dan alimentos que ocasionan un efecto calmante o estimulante instantáneo; chocolate, caramelos, bollos, chucherías, productos llenos de sustancias adictivas como los glutamatos, aditivos artificiales, azúcares y harinas refinadas. Este efecto calmante hace que nos sintamos mejor y aliviados instantáneamente, pero de forma momentánea.

Ya desde pequeños aprendemos a esperar una solución rápida a nuestros problemas y un alivio instantáneo a nuestro malestar emocional o físico.

Este patrón de gratificación instantánea y del comer emocional cada vez se refuerza más a medida que no soy consciente de él. El cuerpo y el subconsciente lo van aprendiendo muy bien. Ya saben que cuando hay algo que provoca malestar, comiendo se calma. Esto se va instaurando y lo vamos haciendo sin reparar en ello.

Al anestesiarnos por medio de la alimentación disminuye nuestro nivel de conciencia y sensibilidad; lo que el cuerpo, la mente, emociones y sentimientos nos dicen. La lucidez y energías no van a ser suficientes para movilizarnos a buscar soluciones y dirigirnos a cumplir nuestro cometido vital.

Una alimentación no adecuada hace acumular una carga tóxica y nos roba energía, nos acidifican y bajan el nivel de vibración, afectando a la salud física, psíquica y emocional. Enturbia la mente, las emociones y los sentimientos y nos baja la conciencia.

Comer alimentos naturales y fisiológicos, especialmente los alimentos vivos como frutas y verduras frescas, y comerlos de una forma que el cuerpo pueda digerir y asimilar bien; combinando correctamente, con un hambre real, dentro de unos biorritmos, etc… nos va a proporcionar todos los nutrientes necesarios; vitaminas, minerales, antioxidantes, proteínas, grasas, carbohidratos y sustancias sutiles. Pero lo más importante es, que nos aportará mucha más energía vital, lucidez mental y un nivel alto de vibración y conciencia. Habrá más sensibilidad para poder sentir y captar ese idioma maravilloso del cuerpo y el corazón que nunca mienten.

Si tuviéramos un alto nivel de conciencia, no seríamos tan influenciables en lo que comemos y la forma en lo que lo hacemos. Escucharíamos más al cuerpo y sabríamos identificar cuándo un alimento, o forma de comerlo, lo gestiona mejor o peor. Normalmente estamos dormidos y entretenidos en qué hacer dentro de un rato, mañana o la semana que viene, o le estoy dando vueltas a algún problema que he tenido. Estamos desconectados totalmente de nuestro cuerpo.

Pocas veces soy “plenamente” consciente de lo que está pasando en el momento presente; en mi mente, cuerpo o alrededor de mi.

Si empezamos a comer de una forma adecuada y los alimentos más adecuados, empezaremos a sentirnos más lucidos, con más atención, más sensibles a lo que pasa en mi cuerpo, mente y corazón. Tendremos más energía para gestionar situaciones que me sacan de esa conciencia, de estar presente y atento y así podré accionar hacia donde la vida me pide.

Los grandes místicos y filósofos han tenido muy en cuenta y han aplicado los ayunos y una alimentación adecuada. Cuando la energía no está en el aparato digestivo, sube a los campos más sutiles y la conciencia se expande.

Roberto Chakra
Naturópata Higienista Holístico
Próximos retiros en La Hospedería del Silencio
www.hospederiadelsilencio.com
www.ecocentro.es

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