La incontinencia urinaria afecta a un gran número de personas, cifra que va en aumento a medida que progresamos en esperanza de vida.
Por circunstancias fisiológicas y sociales, las personas que más acusan los problemas de incontinencia urinaria son las mujeres. Por suerte se empieza a tomar consciencia de que es un problema frecuente y que no tiene que ocultarse ni ser sufrido sin medida paliativa alguna. En las consultas no es una causa frecuente de queja, a no ser que se relacione con otras molestias simultáneas como en el caso de una infección urinaria.
La incontinencia urinaria, incluso cuando no sea un caso fisiopatológicamente grave, resulta incómoda, interrumpe el descanso nocturno, interfiere en la vida social y laboral, y obliga a una higiene extrema.
Si consultamos un tratado clásico de medicina la incontinencia urinaria se define como “perdida involuntaria de orina durante el día o la noche”. La micción resulta urgente e imperiosa y se produce efectivamente una pérdida involuntaria de orina. Existen ciertas afecciones que pueden cursar tales como infecciones de vías urinarias, afecciones neurológicas, fístulas, traumatismos, neoplasias, intervenciones quirúrgicas; y esto lleva a una clasificación de las incontinencias: de urgencia, neurológicas, etc.
Muchos casos de incontinencia urinaria tienen que ver con el deterioro por la edad, con estrés o con debilitamiento orgánico de los tejidos implicados como la vejiga, los esfínteres, la uretra o el suelo pélvico. En algunas personas este debilitamiento de los tejidos se manifiesta con incontinencia porque la vejiga, al verse sometida a una presión externa excesiva y repentina como ocurre al levantar un peso, al correr, toser, estornudar o reírnos, no puede soportar dicha presión y la orina gotea hacia la uretra y hacia el exterior, sin que pueda evitarse. Otras veces la incontinencia ocurre por rebosamiento, es decir, la vejiga se llena y ante tanta presión interna el esfínter no resiste y la orina “ rebosa”; en este punto debemos de llamar la atención los perjuicios que ocasiona “ aguantarse mucho” pues van debilitando la capacidad de retención esfinteriana, que al fin y al cabo depende de una estructura muscular, y de la capacidad de sujeción del suelo pélvico, que también como todos los músculos del cuerpo pueden agotarse y resultar ineficaces.
Muchas mujeres incluso jóvenes desarrollan este problema, después de prolongados periodos de tiempo en que, principalmente por causas de condiciones laborales, no pueden ir a orinar más que al cabo de muchas horas: dependientas en grandes almacenes, recepcionistas, etc.
La incontinencia urinaria provocada por una presión externa excesiva sobre la vejiga puede ocurrir de forma natural durante el parto o embarazo. También se demuestra que la incontinencia urinaria puede relacionarse con los cambios hormonales en estrógenos y testosterona cercanos a la menopausia, puesto que parece que un nivel insuficiente de estrógenos puede favorecer una atrofia de la uretra, y por otra parte, los niveles disminuidos de testosterona debilitan el suelo pélvico. En las mujeres la conversión de testosterona en estradiol (un tipo de estrógeno) está catalizada por la enzima aromatasa: modular la acción de dicha enzima ayudaría a aumentar los niveles de testosterona y así, a mantener la musculatura del suelo pélvico.
En los últimos años se ha estado trabajando con el extracto de semillas de calabaza (cucúrbita pepo).
Las semillas de calabaza tienen numerosas virtudes entre las que señalamos su acción sobre la hiperplasia benigna de próstata y su efecto antihelmíntico (antiparasitario como las lombrices). Modula a enzima aromatasa que cataliza la conversión de la testosterona en estradiol en las mujeres, aumentando los niveles de testosterona y asegurando la fortaleza del suelo pélvico.
Un concentrado de semillas de calabaza nos ayudaría a paliar el problema.
Es muy importante tener desde jóvenes hábitos saludables y no aguantar muchas horas sin orinar.
En caso de incontinencia nocturna, se aconseja no beber ni tomar alimentos con gran contenido en agua desde unas 3 horas antes de ir a dormir.
Es importante evitar también la cafeína y los refrescos de cola, pues estimulan la diuresis, evidentemente los fármacos, plantas o alimentos con acciones diuréticas van a ser estimulantes de la incontinencia; evitar el alcohol pues falsea la sensación de necesidad de orinar.
Otro aspecto importante es evitar el estreñimiento, ya que supone un aumento de eliminación de líquidos vía urinaria por mayor absorción intestinal de agua.
Los suplementos de magnesio y vitamina B6 pueden ayudar, pues una de las posibles causas de esta incontinencia pueden ser aspectos mentales o emocionales a los que hay que prestar atención requiriendo quizás otras intervenciones naturales.
El ejercicio moderado, sin grandes saltos o esfuerzos abdominales, es aconsejable. Otras consideraciones son usar ropa adecuada: evitar las prendas de ropa muy ajustada, o poco protectoras para la zona abdominal o lumbar (las chicas jóvenes no son muy conscientes de que las modas que dejan al aire la región lumbar y poco protegida la cavidad abdominal y pélvica puede influir en su futuro urinario y menstrual).
Añadimos evitar el tabaquismo y solucionar los problemas de tos crónica, pues como dijimos la tos ejerce una presión importante sobre la vejiga, y evitar la obesidad.
También es importante realizar ejercicios adecuados para fortalecer el suelo pélvico durante el embarazo y después del parto(otra caja o destacado). Realizar estos ejercicios para fortalecer los esfínteres vaginal, uretral y anal, cuando se sufre ya la incontinencia de forma regular también es importante.
Marcos Vélez
Naturópata y Homeópata