La Resilencia: ¿Sobrevivimos?

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La resiliencia es, en términos de ingeniería,  la capacidad de un material para recobrar su forma original, después de someterse a una presión deformadora.

Contando con que todo en el universo tiende a estar en equilibrio, nos encontramos con la resilencia, y nos parece que estamos definiendo y viendo las características de un término nuevo; nada más lejos de la realidad. Puede que hasta hace, relativamente, poco tiempo no descubriéramos esta cualidad de la materia y la trasladásemos a nuestra vida como seres humanos,

La resilencia tiene definiciones hermosas, dentro de las infinitas capacidades de los seres vivos, en general, y del ser humano en particular. Aunque no hacemos más que imitar a la naturaleza.

Sin resilencia, la primera forma de vida, la más pequeña y elemental, no hubiera podido prosperar, de manera que lo que nos parece vanguardista, no es más que un fenómenos que posee miles de años de práctica.

Si analizamos al ser humano desde su creación, desde aquel óvulo que es fecundado por un sólo espermatozoide, que ya tuvo que ejercerla para llegar a esa situación, hasta el momento, que creo es el más significativo de su puesta en práctica, el del nacimiento.¿ Qué sería de nosotros si, después de sufrir el trauma de desconectar del ambiente tibio, agradable y húmedo, con todas las necesidades fisiológicas cubiertas, nos introducimos en un medio hostil, en el que nos vemos obligados a tomar nuestra primera bocanada de aire, con una temperatura alejada de aquel lugar agradable, lleno de luz cegadora y de ruidos insoportables. Teniendo que utilizar nuestra boca para alimentarnos, aprendiendo a reclamar comida e higiene y a ser atendidos, en el mejor de los casos, no utilizáramos esa cualidad innata?

Nacemos necesitados de un mínimo nivel de resilencia y, después, a lo largo de nuestra vida y de nuestra experiencia, permitimos que se desarrolle en un nivel u otro, dependiendo de nuestra educación y del medio en el que nos haya tocado vivir.

Todos llevamos esa cualidad registrada en nuestras células, como llevamos otras muchas, una persona con alto nivel de resilencia no es mejor ni peor que otra con menos nivel, pero es cierto que tener resilencia hace que la vida sea distinta de aquellas personas que la poseen en un menor nivel, o que la tienen menos desarrollada. Nada es inamovible, de forma que todos podemos desarrollarla o incrementarla, y que según nuestro desarrollo, desde la infancia, nos convierte en resilentes a uno u otro nivel.

¿Cómo podemos valorar nuestra resilencia?, todo empieza con un sueño, es decir, con la voluntad de lograr algo y analizar el recorrido para conseguirlo, considerando que en el camino hacia ese objetivo soñado nos hemos de encontrar distintos factores, unos a favor y otros en contra:

  • Ante un problema ¿seremos capaces de detectar su causa? Si somos capaces de analizar la causa del conflicto, autoanalizarnos y aprender de ella para no volver a repetir la situación.
  • ¿Manejamos nuestras emociones? Una persona resilente es capaz de manejar sus pensamientos, “pensamos, luego existimos”, no dejarse llevar por pensamientos negativos que generan emociones negativas.
  • ¿Qué hacer ante situaciones de mucha tensión? Las personas resilentes son capaces de mantener la calma, en momentos de caos y confusión son capaces de estar tranquilas y centradas.
  • ¿Somos realistas? Ser realista no significa ser negativo, como ser optimista no significa negar aspectos de la realidad que son inevitables. Ser realista y esperar siempre lo mejor es una buena descripción de las personas resilentes.
  • ¿Confiamos en nosotros mismos? Una persona resilente tiene confianza en sí misma, en su valía y en su capacidad para superar las adversidades. Lo que creemos acaba construyendo nuestra realidad, si estamos seguros que podemos superar los obstáculos, lo haremos.
  • ¿Comprendemos lo que sucede a nuestro alrededor? Son capaces de afrontar las dificultades de forma correcta, entienden las emociones de los demás, comprenden lo que sucede y actúan en consecuencia.
  • ¿Buscamos la forma de obtener satisfacción en nuestra vida? Algunas personas se motivan con retos o con oportunidades de cambio. Mantener alta la motivación y detectar y atraer lo positivo a nuestras vidas es una buena base.
  • ¿Por qué o cómo? Si atendemos por qué nos dejaremos invadir por sentimientos de reproche y no dejaremos de cuestionar por qué tal o cuál situación nos está ocurriendo a nosotros. Si por el contrario nos centramos en emplear nuestra energía en entender las situaciones y ver cómo podemos manejarlas para salir del conflicto, éste se hará más pequeño, hasta incluso desaparecer.

La resilencia está presente en todos nosotros, debemos aprender a mirar las dificultades desde distintos puntos de vista, si las analizamos así comprobaremos que los problemas empezarán a tener menos toques dramáticos y se transformarán en retos, superarlos puede, incluso, divertirnos.

Todas estas reflexiones las hacemos ante situaciones de vida “normales”, debemos recordar que hay momentos que nos obligan a ser resilentes o a desarrollar un mayor nivel de resilencia, con el único fin de sobrevivir, en situaciones extremas, en las que nos vemos obligados, psicológicamente, a elevar nuestro nivel resilente, casos como niños maltratados, violencia de género, guerras, etc. que deben ser tratados por especialistas, que ayudarán a superar estos traumas en mayor o menor grado.

La resilencia, como otras muchas cualidades características de los seres vivos, se puede desarrollar, utilizar las cuestiones diarias, los conflictos naturales para poner en práctica lo explicado anteriormente, es un buen método para conseguir mejorar.

Vivimos en un momento en el que ser resilente es “casi” necesario, al principio de este texto, comentaba que hay frases hermosas que definen la resilencia, una de ellas, de la que no puedo citar la fuente, pues la desconozco es:

“Resilencia: es la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Una persona resilente comprende que es arquitecto de su propia alegría y de su propio destino”

Ana Coach
ana.coach.madrid@gmail.com

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