Las Terapias Naturales están viviendo últimamente un maremágnum de sesgos en su información, de creencias personales en los que ciertos periodistas escriben equivocadamente en contra de ellas por el mero placer de hacer prevalecer su opinión por encima de la información. Pero, ¿qué es información?.
Según la RAE, define información como: Comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada.
Si nos ceñimos a dicha definición ya estamos encontrando que ciertos medios de comunicación, en primer lugar, no respetan la propia ética periodística ni tampoco la propia definición de información.
Y en segundo lugar la ética periodística:
- Verdad y precisión (verificar los datos que se exponen)
- Independencia
- Equidad e imparcialidad (todas las historias tienen al menos dos lados, ciertos medios sólo ofrecen la que causa sensacionalismo)
- Humanidad
- Responsabilidad (cuando se cometen errores, o sesgos en la información y se solicita rectificar, deben asumir su culpa y rectificar ofreciendo información veraz y responsable, no manipuladora)
Grupos enteros de comunicación están continuamente vertiendo falsedades sobre el ejercicio de las Terapias Naturales en España, incluso se atreven a acuñar términos o palabras que ni siquiera existen, como es el uso de “Pseudociencia”.
Seguro que todavía se acuerdan de aquel humorista que en todos sus chistes usaba una palabra inventada por él cómo es la de “fistro” y todos nos reíamos e incluso la repetíamos. ¿Quién no ha dicho alguna vez dicha palabra? Pero al fin y al cabo era humor y todos nos lo tomábamos como tal.
El problema es que los periodistas y medios de comunicación, en general, no son humoristas, o bueno por lo menos no deberían serlo y, por tanto, el uso continuo de una palabra inventada demuestra hasta qué punto llega su profesionalidad. También debemos tener en cuenta que todavía quedan periodistas objetivos y éticos, y que muestran sin manipulación las dos partes de la historia (punto 3 de la ética periodística descrita anteriormente), pero cada vez quedan menos, porque precisamente lo sensacionalista es lo que llama la atención y hace que el público vea el programa de televisión, lea su periódico o escuche su programa por la radio….
Lo correcto y coherente sería poder ofrecer las dos versiones, la de los escépticos y la de los profesionales sanitarios y no sanitarios que continuamente hacen uso de las Terapias Naturales con la única finalidad de poder complementar el servicio que ya de por si ofrecen los médicos alópatas.
A estos periodistas que tanto escriben en contra de las Terapias Naturales, y que como profesionales de la información tanto le gustan las cifras, igual que hablan de un caso de posible mala praxis con Terapias, podrían informar de los miles de casos que, a diario, existen sobre mala praxis médica. Que todos somos humanos y pueden existir errores, no cabe duda, pero cuando se hablan de inducción al abandono del tratamiento médico habitual y como única fuente muestren la parte denunciante porque esa es la que da morbo a la noticia, lo que hacen es faltar al honor y la verdad, faltan a la verdad por no mostrar la versión al completo. Ni siquiera, como ya hemos dicho al principio, hacen uso de la ética periodística donde dice, en el punto tres, que toda historia tiene dos lados. La equidad e imparcialidad se la saltan impunemente con el único objetivo de buscar sensacionalismo y visibilidad ciudadana, tergiversando la realidad para su único propósito, que no es otro que acabar con el uso de las Terapias Naturales, y eso no es lo más grave, sino incluso terminar con la libertad de la persona para poder elegir libremente.
No es nuestra misión elegir una u otra manera de cuidar nuestra salud. No es nuestra misión que una persona deje un tratamiento por otro. Nuestra misión como profesionales de las Terapias Naturales es ayudar y guiar a la persona en el problema por el que acude a nuestro centro.
Todo el periodismo debería añadir la investigación a la información cotidiana. “La investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo periodismo tiene que ser investigativo por definición…”, decía Gabriel García Márquez (El Tiempo, Bogotá, 3-l2-95).
Ahora saldrán las voces críticas señalando que el señor García Márquez estaba equivocado, porque claro, todo aquello que dice una persona, sea premio nobel de medicina como Luc Montagnier o premio nobel de literatura como García Márquez, se atreven a afirmar que se les ha ido la cabeza. Eso mismo dijo un periodista cuando un presentador de televisión le espetó que el señor Montagnier estaba a favor de la homeopatía y que se podía demostrar su eficacia. Como verán, las personas, sin importar que profesión lleven a cabo, están radicalmente en contra de cualquier otra medicina que no sea la oficial, no tienen ni un mínimo respeto por eminencias de medicina u otra índole.
Tenemos derecho a información veraz y contrastada y no a una información sesgada por las creencias de los que se denominan periodistas, sin cumplir con su propia ética profesional, BASTA YA, seamos profesionales, igual que nosotros demandamos una regulación de las Terapias Naturales y profesionalidad y enseñanza de todos aquellos que practican Terapias Naturales, los buenos profesionales periodistas que todavía quedan en España deben demandar lo mismo a sus colegas, no tergiversemos la verdad, las Terapias Naturales son una realidad y la sociedad así lo demanda.
No permitas que C’s, el partido de Albert Rivera, prohiba las Terapias Naturales en España.
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Roberto San Antonio Abad
Presidente de COFENAT y responsable del Área de Formación
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