La fuerza de estar presente

#Publicidad

 “Prestar atención al momento presente sin juzgar» (Jon Kabat-Zinn)

El estar presentes como claves de la meditación y como el Mindfullnes y el Yoga nos ayudan a lograr ese estado de presencia.

Entrenando la fuerza de tu mente: El Mindfulness

El mindfulness o la plena consciencia nos ayuda a poner la atención en lo que está aconteciendo en el ahora. Generalmente la mente está en el modo “HACER”, en ese modo está generando pensamientos sin parar, y va yendo de uno a otro como el mono que va saltando de rama en rama. Esos pensamientos pueden ser recuerdos del PASADO o anticipaciones del FUTURO, de forma que nos perdemos lo que sucede justo ahora en el momento PRESENTE.

A través del mindfulness entrenamos a la mente para que esté en el modo “SER”, esto es, centrada en el aquí y el ahora, atenta a lo que ocurre en este momento, sin emitir ningún tipo de juicio, sólo observando y siendo testigo de cada acontecer. Gracias a este entrenamiento, conseguimos calmar y acallar esos pensamientos y crear un estado de coherencia mente-cuerpo-emociones, lo que nos permite discernir, decidir y comprender con mucha más claridad, logramos un estado de plena presencia, y esta nos ayuda a estar conectados con lo que ocurre dentro y fuera de nosotros.

Entrenando la presencia de tu cuerpo: el yoga

Cuerpo, mente y espíritu son lo mismo, no están separados. Nuestra sociedad ha construído un modelo de entender el mundo y al ser humano basado en la fragmentación, lo que nos quita fuerza y poder pero, sobre todo, favorece la confrontación interna y externa.  La práctica del Yoga es ese caminar hacia la unión, la integración profunda de todo lo que somos, de todo lo que es, y uno de los pasos es el desarrollo físico por medio de las ASANAS.

Somos nuestro cuerpo, en cada rincón de él, estamos sintiendo, guardamos todo lo que nos ha pasado, lo expresado y lo no expresado, nuestra vida se traduce en nuestro cuerpo. Las posturas de yoga son propuestas para ir descubriendo toda esa verdad que está en nuestros músculos, nuestra estructura profunda, el modo de movernos, el tempo interno, las sensaciones mas toscas y las mas sutiles. Ir adentrándonos en las asanas es ir adentrándonos en nuestra esencia, para lo cual es imprescindible la actitud con que las hacemos: poner plena consciencia.

El trabajo desde el cuerpo es el camino mas rápido para estar aqui y ahora, el cuerpo siempre está en el presente, nos ancla y nos permite quedarnos en quietud. Sólo tenemos que adoptar la asana y permanecer en ella, con toda la atención en lo que estamos haciendo, y la alquimia sucede por si misma. Andamos buscando «algo» que intuimos revelador, algo que no sabemos qué es pero deseamos, algo que nos dé un sentido, una dirección. Y ese «algo» se nos manifiesta cuando logramos estar aquí, sintiendo cada rincón de nuestro cuerpo, experimentando en todo lo que somos la magia de, simplemente, estar en este instante. Esto no es una idea, no es algo mental, es algo profundamente fisico que se experimenta directamente desde el cuerpo, por eso la práctica de las asanas es tan transformativa: nos conecta al cuerpo, y eso significa que nos conecta a nuestra presencia. Con el tiempo y la práctica continuada, ese estado irá dilatándose y podremos llevarlo a todos los momentos, como una forma de vivir.

La verdadera fuerza es sin esfuerzo

Cuando iniciamos el camino para encontrarnos hay un esfuerzo, tenemos que querer hacerlo, ponernos al trabajo, esto requiere fuerza de voluntad y compromiso: para sentarnos a meditar o ponernos a hacer yoga, para enfrentarnos a los pensamientos, para entender el mecanismo de la mente y el ego, para ir destejiendo todo lo construido. A medida que avanzamos en este viaje, esa sensación de esfuerzo va transformándose en una fuerza profunda que nos sostiene por si misma y va mostrandose como lo que es: nuestra presencia, estar aqui y ahora, centrados, contiene toda la fuerza que necesitamos para conocernos y relacionarnos, este estado está libre de todo esfuerzo, es un estado de continuo fluir.

Creemos que al practicar la meditación, al sentarnos y aquietar el cuerpo, lo que buscamos es entrenar a la mente, conectar con las sensaciones del cuerpo, con la respiración, regular las emociones, comprender, comprendernos, y sí, así sucede, aunque en realidad, no se trata de buscar nada, sino más bien de cultivar lo más preciado que tenemos, nuestra PRESENCIA, todo lo demás que acontece es el resultado de estar presente.  

Cuando me sitúo en ese lugar, en mi centro, hallo silencio, paz, amor, hallo orden y encuentro, sentido y aceptación profunda. Es como estar en el ojo del huracán, participar y comprometerte con tu propia vida, aceptando que todo lo de fuera nace de dentro. Generar esa presencia y permanecer en la consciencia de que yo “soy” es el sentido último de la meditación.

Cuando nos olvidamos de nuestra auténtica naturaleza perdemos nuestro centro, perdemos esa presencia y dejamos de brillar, porque de alguna forma nos desconectamos de esa fuente de la que brota toda luz, nos volvemos ciegos y al intentar buscarnos hacia fuera nos encontramos con ese Ego narcisista y en nuestra confusión, en nuestra ceguera, nos identificamos con él.

La práctica del yoga y la meditación son bellos y eficaces caminos para explorar ese estado de «estar presente». Explorar que la vida en un milagro único y la esencia de ese milagro no es otra cosa, ni más ni menos, que tu presencia.

Merche del Castillo, Psicóloga, experta en Mindfulness.
María Herrero, Profesora de Kundalini y Hatha yoga.
Próximos retiros en La Hospedería del Silencio
 www.hospederíadelsilencio.com

ETIQUETAS:
Comparte este artículo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

#Suscríbete..

#Publicidad

#Facebook

Lo más popular