La característica principal de la Terapia Regresiva es que tiene por objetivo sanar cualquier dolor emocional desde su origen, ya sea en esta vida o en vidas anteriores. En general los problemas emocionales de un adulto suelen estar relacionados con algún trauma original del que muchas veces no se tiene consciencia, bien porque ocurrieron a una edad muy temprana, durante la vida fetal o incluso en alguna vida anterior.
Pero, ¿qué es estos de las vidas pasadas? ¿realmente existe la reencarnación? Y si es así, ¿quién era yo en mi anterior vida? ¿fui hombre o mujer? ¿rico o pobre? ¿viví en Oriente o en Occidente? ¿fui egipcio, romano o celta?. Este es el tipo de preguntas que nos vienen a la mente, despertando una enorme curiosidad pero a la vez alejándonos de lo que realmente importa, nuestra sanación.
La respuesta es que sí, probablemente fuimos ricos, pobres, hombres y mujeres; vivimos vidas maravillosas y otras, sin duda, muy duras; luchamos en terribles batallas o fuimos esclavos, etc. La cantidad de vidas que hemos podido vivir es tal que probablemente hallamos experimentado todo esto y mucho más. Y esto es así porque se trata exactamente de eso, de vivir todo tipo de experiencias, agradables y desagradables, sentirlas literalmente en nuestra propia piel para así aprender y crecer. Da igual lo que hayamos sido o no, lo importante es lo que hayamos aprendido en cada experiencia, en cada vida. Nuestra Esencia, nuestra Alma, lo que realmente somos necesita usar como vehículo diferentes cuerpos físicos, en diferentes épocas, para vivir diferentes experiencias. En el fondo podemos verlo todo como una enorme obra de teatro dónde vamos interpretando diferentes papeles, diferentes vidas. Y es en cada vida en la que decidimos aprender mucho o poco, avanzar en nuestra evolución o quedarnos estancados y por esa razón hay personas más avanzadas espiritualmente, que han aprendido más en una sola vida que otras personas en veinte vidas distintas. Cada vida nos da la posibilidad de crecer interiormente, de reencontrarnos con lo que realmente somos y depende de nosotros que lo hagamos o no.
En ocasiones sufrimos traumas muy fuertes en alguna de nuestras vidas, generalmente relacionados con el momento de la muerte (violenta, accidental, traición, etc.). Estas experiencias tan impactantes pueden, en cierta manera, agarrarse a nuestra alma y manifestarse en nuestra vida actual como miedos, fobias, resentimientos inexplicables hacia determinada persona, etc. Un ejemplo sencillo sería el haber muerto ahogados en el mar en una vida pasada y tener un auténtico pánico al agua en nuestra vida actual. El revivir y comprender estos traumas originales durante una regresión es el primer paso para superarlos definitivamente. Y cada trauma que superamos, cada dolor que liberamos, nos acerca más a nuestra verdadera esencia.
Sin embargo no todo tiene que ser sufrimiento durante una regresión. En ocasiones podemos revivir lo que se denomina el espacio entrevidas, es decir lo que ocurre con nuestra alma entre el fin de una vida y el comienzo de la siguiente. Suelen ser momentos preciosos, de comprensión absoluta, de paz y felicidad profunda, en los que podemos entender la razón de nuestra vida actual, nuestra misión de vida.
Cada uno de nosotros estamos viviendo nuestra vida actual por una serie de razones, entre ellas ser felices y descubrir quienes somos en realidad. Pero además estamos aquí por alguna razón concreta, individual, propia de cada individuo. Conocer o al menos intuir esta razón da un nuevo sentido a nuestra existencia y es un gran paso adelante hacia nuestra autorrealización, nuestra felicidad duradera.
La Terapia Regresiva es así una forma de autoconocimiento, de crecimiento y desarrollo personal. No es una panacea que todo lo cura, más bien es un buen empujón hacia el reencuentro con nuestro ser interior. Queda en manos de cada uno el seguir o no este camino que nos abre.
Jordi Argüello
Terapeuta Regresivo & Transpersonal