¿Quieres ser feliz? actualiza tu programación interna

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Llega un momento en la vida en la que ciertos acontecimientos “umbral” paran la inercia habitual (divorcios, despidos, enfermedades, supuestos “fracasos” …) ejercen de espejo impecable e implacable mostrándote que, a veces, hemos perseguido espejismos y voces que nos han arrastrado, desgastado, incluso llevado a ninguna parte. A veces, hemos repetido patrones familiares o culturales sin darnos mucha cuenta de ello, sin que fueran realmente “nuestros” … mientras nuestro Ser más auténtico, donde residen nuestros más importantes talentos y felicidad, espera pacientemente a que volvamos, paremos, escuchemos dentro, atendamos…

Es en ese momento sagrado, cuando la inercia de la acción cotidiana cesa. Es en ese momento sagrado cuando puedes unir puntos y admitir honesta y humildemente pulsiones internas, inconscientes, sentimientos y necesidades no atendidas de tu niña/niño interior. Es muy posible que hayas tomado decisiones desde un yo asustado que no sirve a tu ser más esencial, sin embargo, ese Ser conectado con lo más auténtico de ti, con la VIDA y con tu propósito esencial, permanece y late dentro tuyo. Te está esperando y llamando de vez en cuando.

Estos instantes llegan cíclicamente. Sólo de ti depende decidir acallarlos, taparlos y mirar a otro lado con una inmersión intensiva en tu serie favorita, con unas cervecitas o cualquier cosa que anestesie los anhelos profundos del alma, o bien atender, respirar, sostener el dolor o la incertidumbre para poder aceptar, abrazar y elaborar aquellos duelos vitales que en su momento no pudimos elaborar e integrar. Hay un premio y una gran recompensa al hacerlo: detrás de estos sentimientos late una llamada genuina de tu Ser que clama por liberarse, por ser sencillamente ella, él, más allá de condicionamientos, servilismos y “tengo qués”.

Seguro que alguna vez te has dicho alguna frase similar a: “es increíble lo claro que lo veo ahora y cómo en ese momento no lo veía: era evidente desde el primer día”… “ahora no entiendo cómo estuve allí durante tantos años porque sinceramente no era nada feliz, y en cuando la vida me hizo cambiar me quité un gran peso de encima” … “mejor ni me lo planteo, que con todo lo que hay que hacer dejémonos de tonterías”…. 

Si has reconocido alguna de estas cosas en ti, te felicito. En primer lugar, porque tienes suficiente auto conciencia como para verlo y aceptarlo y, en segundo lugar, porque has conectado con la maravillosa y única aventura de ser humano, aprender, crecer y madurar.

Nuestro cerebro, hasta que no decimos alto y claro ¡Basta! ¡hasta aquí! está “cableado” para servir preferentemente a dos señores: a la programación de supervivencia básica (y a los patrones que escogió para ello en la infancia), y a la programación de los mamíferos de favorecer la pertenencia a la manada (siendo una persona políticamente correcta, servil, parecida al clan de referencia…). 

Nos gustaría dar Gracias a la Vida que tiene la buena costumbre de despertarnos de vez en cuando. Nuestro día a día puede funcionar en una programación patrocinada por automatismos del cerebro de procesamiento rápido en el que nuestra conciencia y nuestra esencia está anestesiada y poco a poco, sin darnos cuenta, vamos perdiendo conexión con las fuentes de vida e inspiración, con la pasión, la alegría, el juego, el asombro y la ligereza…

Hay que reunir fuerzas, coraje y fe en uno mismo para decir ¡Basta! para declarar alto y claro ¡Hasta aquí! Una vez retomas esta decisión todo cambia. Goethe lo describe magníficamente es este escrito:

“Mientras no estamos comprometidos, surgen dudas y existe la posibilidad de volver atrás y siempre hay ineficacia.

En relación con todos los actos plenos de ineficacia hay una verdad elemental, cuya ignorancia mata innumerables planes e ideas espléndidas: en el momento que asumimos un compromiso de manera definitiva la providencia también se pone en movimiento.

Todo tipo de cosas ocurren para ayudarnos, que en otras circunstancias jamás hubieran ocurrido. Todo un fluir de acontecimientos, situaciones y decisiones crean a nuestro favor todo tipo de incidentes, encuentros y ayuda material, que nunca hubiéramos soñado encontrar en nuestro camino”.

Muchas personas prefieren hacer este viaje de vuelta a ellos mismos acompañados y participar en un curso intensivo. Reprogramar tus patrones caducados es una gran oportunidad para DESPERTAR y comenzar con energía nueva.

La Programación Neurolingüística es un modelo coherente, formal y dinámico de cómo funciona el cerebro y la mente humana. Describe cómo programamos pensamientos, sentimientos, creencias, cómo procesamos toda información creando una representación de la “realidad”, una forma de hablarnos a nosotros mismos evaluando lo que pasa y una forma de comunicarse con los demás. 

Es conocida por sus potentes dinámicas y técnicas de auto conocimiento, cambio y transformación. Llevarlo a cabo de forma intensiva en un entorno natural es una oportunidad única. 

En los años 70, las Universidades Californianas, comenzaron a estudiar psicología transpersonal e investigaron formas óptimas de recuperar el bienestar y la conexión con uno mismo y con todo lo que nos rodea de forma rápida y sencilla. 

Hicieron tres descubrimientos dignos de recordar:

1. Fluimos cuando estamos a gusto, generando endorfinas y dopamina, viviendo desde un estado de proactividad, Unidad, integración y aceptación, cuando nos aceptamos a nosotros mismos y nos sentimos aceptados (no juzgados) por los demás.

2. Somos infelices e ineficaces cuando vivimos desde la separación, la sensación de reactividad amenaza y la fricción (interna o externa), generando adrenalina y cortisol para sostener la situación y generar una armadura que nos impide sentir lo más sutil para “luchar” y aguantar.

3. Las experiencias grupales intensivas de más de una semana, retirados de lo habitual y en la naturaleza, consiguen desterrar de forma rápida y duradera muchos patrones limitantes y generan experiencias de integración donde vuelve aflorar el potencial escondido, la mejor versión de cada uno. En ese viaje es imprescindible elegir dinámicas, prácticas y ejercicios que despiertan cuerpo, emociones, mente centrada, conexión con la sabiduría esencial y paz con los sistemas de los que cada uno forma parte. La conexión holística e integral es fundamental para volver a sentirnos conectados a la Vida Plena.

Eso sí, para conseguirlo, se ha de sostener el firme compromiso de mirar dentro de sí para conocerse, aceptarse y tomar decisiones. Queremos propiciar el auto conocimiento y la conexión transpersonal lúdicamente y en comunidad, alejándonos de propuestas fantásticas de iluminación exprés. Muchos hemos pasado la etapa de «cursillista profesional», un tierno intento en el que no paramos de proyectar hacia fuera el anhelo de recuperar la conexión, buscando continuamente la técnica más moderna, el maestro más potente…, menos mal que esto termina el día en el que nos damos cuenta de que acumular diplomas no es el camino y, por fin, nos paramos a mirar qué está pasando realmente dentro. 

La sociedad actual propicia la huida constante de lo pendiente, de nuestras heridas, del malestar de fondo que implica no estar alineados con nuestros valores regentes y sentirnos desconectados de lo esencial. ¿Qué vas a hacer para no demorar más esa cita pendiente contigo y con la vida?  

Generación tras generación, los mensajes de las grandes tradiciones y corrientes filosóficas han sido similares: conócete a ti mismo, acepta, perdona, integra, purifica y trasciende lo que pasa y pesa, envuelve todo en la potente energía del amor y del humor. Hacer este viaje con un grupo de buscadores motivados para comenzar el principio del resto de sus vidas o para aprender a guiar a otros, no te dejará indiferente. Los compañeros de camino son esenciales en la vida.

Terminamos esta invitación con Tagore, un valiente poeta que despierta conciencias:

La liberación no está para mí en la renuncia, 

sino en sentir el abrazo de la libertad en mil placeres esenciales. 

La libertad vuelve una y otra vez a escanciar para mí 

el filtro fresco de su vino de múltiples colores y fragancias

llena hasta el borde esta copa terrenal, hay abundancia…

Mi mundo encenderé con esta llama y colocaré cien lámparas lleno de agradecimiento.

Nunca cerraré las puertas de mis sentidos, 

el disfrute acompañará las delicias de la vista, el tacto, el olfato, el oído…

Todas mis ilusiones arderán en un luminoso fuego de gozo y plenitud

y todos mis deseos madurarán dando frutos de amor, recreando amor,

para que mis últimas palabras sean: confío en ti, amor.

“Liberación”. Rabindranath Tagore

Techu Arranz y Gustavo Bertolotto
Instituto Potencial Humano
www.institutopotencialhumano.com

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