Todo empieza una fría mañana de enero, cuando estoy dando un curso de regresiones, y una de las personas que asisten me pregunta algo para lo que sólo tenía respuestas teóricas. Me pregunta exactamente si puede hablar con su perro fallecido.
Ante esta pregunta le digo que haremos una prueba y que a partir del resultado iremos construyendo la realidad que se presente. Quedamos emplazados para unas horas más tarde, sin embargo, desde el momento que me lo pregunta empiezo a pensar en el hecho, será una memoria de su mascota, será una recreación virtual de su deseo…, lo cierto es que no tengo una respuesta clara de lo que puede pasar y, seguramente, la práctica será lo más esclarecedor que pueda suceder.
La hipnosis es una técnica que nos permite acceder al archivo de nuestra memoria. Incluso a todo aquello que no es útil para nuestra vida diaria, que nos produce sensaciones negativas o incluso dolor, y que han quedado relegadas al cerebro-mente.
Por lo tanto, mediante una regresión al pasado, el individuo puede recordar esos episodios de su vida que han sido borrados de su mente. Consiste, básicamente, en un viaje al pasado, en el que el protagonista encuentra respuestas y enigmas vitales en su viaje. Muchos casos son situaciones traumáticas que no se han superado. En el caso que nos ocupa, se trata de ayudar al participante a superar el duelo de la muerte de un ser querido. Lo remarcamos, ya que un ser querido puede ser cualquier ser sintiente.
Muchos de los que solicitan una regresión, no tuvieron la oportunidad de despedirse de sus familiares, amigos… o sus mascotas. Y, para superar el duelo, necesitan revivir ese momento. En este sentido, la hipnosis constituye una forma de mantener con vida a aquellos que echamos de menos.
La primera pregunta que surge: ¿todo el mundo puede hacerlo? ¿Cualquier persona? Siempre y cuando ese individuo posea facultades mentales sanas. Un enfermo mental, por ejemplo, una esquizofrenia, no es adecuado para este viaje psíquico.
Muchas personas, llegando a este punto, se preguntan cosas como: ¿cabe la posibilidad de que las personas hipnotizadas no regresen adecuadamente?
Eso es imposible. Las personas están inmersas en un profundo “sueño” del que pueden despertar sin mayor problema. Ese limbo intermedio del que temen algunos, no es más que uno de los falsos mitos que rodea a la hipnosis.
Los participantes, durante la sesión, no harán nada contra su voluntad. El límite de su comportamiento es su propio código moral.
Volvamos ahora al principio, someto a la persona a la regresión y ésta recuerda, al momento, a su mascota. Al ir recordando, todos los presentes (un grupo de alumnos) empezamos a experimentar una extraña sensación, algo muy familiar invade la escena…, algo entrañable. Eulalia (la persona que solicita la regresión) habla y juega con su perro, poco a poco se acerca al momento fatídico, el perro (dice ella entre sollozos) sale corriendo y una furgoneta a gran velocidad acaba con su vida.
Después del llanto, le voy diciendo que el perro puede escucharla desde el cielo de los perros, que puede oírla y que hable con él (en este momento lo hago para calmar su sufrimiento, para que se relaje) acto seguido, Eulalia cambia su cara y, ante la sorpresa de todos, empieza a hablar con su perro, durante diez minutos habla y juega con él; y está con el rostro radiante. Al finalizar la sesión nos cuenta que su pastor alemán se le había presentado y le pudo decir que la esperaba hasta que ella se fuera al cielo, y que esto le había hecho mucho bien y que ya no estaba triste sino esperanzada.
Lo cierto es que Eulalia me abrió las ganas de experimentar, y lo hice. Decenas de casos de despedidas con animales empezaron a llegar a mi para tener esta experiencia, ahora sólo puedo decir que he aprendido mucho de ello. La mayoría de los sujetos con duelo salen muy reconfortados de la experiencia, y todos con el factor común de que nos esperan en ese puente, entre esta vida y la eternidad, al final de nuestras vidas.
Pensemos ahora qué son las regresiones hipnóticas, teniendo en cuenta esta experiencia:
Se puede decir que representan, o pueden manifestar, la parte del psiquismo humano y sus emociones, que pertenecen a sus niveles de conciencia, tanto consciente, inconsciente como subconsciente. Y todo lo referente al conocimiento del inconsciente familiar, colectivo y las leyes que lo rigen. Comprendiendo cómo nuestros estados de conciencia: vergüenza, culpa, apatía, pena, miedo, deseo, ira, orgullo, coraje, neutralidad, disposición, aceptación, razón, amor, alegría, paz e iluminación; interaccionan a nivel emocional. Así como afectan y se conectan con nuestra biología humana en la búsqueda de respuestas concretas.
Observemos que el potencial de acceso a tanta información está en nuestras manos y experimentar una regresión puede ser enormemente útil, cuando un terapeuta lo recomienda y guía el proceso.
Ricardo Bru
Hipnoterapeuta y profesor de hipnosis regresiva.
Fundación BLANCAMA
www.ricardobru.com