“El yoga es el arte del descubrimiento consciente de uno mismo” Sri Aurobindo
Y… ¿Cómo podemos profundizar en el conocimiento de nosotros mismos?
En 1999 tuve la alegría de conocer el Yoga e iniciar un camino desde la mente, el cuerpo, pero sobre todo con el corazón, aunque, la verdad, lo hice desde el escepticismo, pensando que poco me podía ayudar, ya que tenía diagnosticada una enfermedad osteoarticular y la previsión era vivir con dolor constante el resto de mi vida.
Así que mi primer acercamiento a esta disciplina fue con la única intención de que los dolores y anquilosamiento no fueran a más
Poco a poco, con paciencia, esfuerzo, la ayuda de mis profesores y ante mi sorpresa, fui mejorando.
Esta nueva ruta me llevó a realizar lo que fue mi primera Formación de Profesores de Yoga.
La intención no era dedicarme a dar clases, sino profundizar en esta ciencia milenaria. En definitiva, impregnarme de todo aquello que me había ayudado a sentirme cada vez mejor, no únicamente en lo físico, sino en todos los aspectos. Como pude comprobar, hacer una Formación es una oportunidad para sumergirnos en las vías de pensamiento y la técnica, para perfeccionar la práctica de asanas (posturas), Pranayamas (respiración) , Filosofía y Meditación.
El Yoga ha crecido de manera espectacular en los últimos años, y es lógico, ya que el ascenso de las personas que lo practican está relacionado con la necesidad cada vez mayor de volver a conectar con nuestra propia esencia, en un mundo donde de manera automática , nos alejamos cada vez más de ella. Lo que nos ofrece el Yoga no es único, pero consigue unificar distintas herramientas que nos ayudan en esta búsqueda ya que es innato en la Condición Humana desde sus inicios , el deseo de conectar con una realidad mayor, de transcender nuestra conciencia y personalidad ordinarias.
A.R.T.E. es el acrónimo que usamos en Yoga Esencial® para definir nuestra modo de ver lo fundamental, lo Esencial, en la práctica de Yoga.
Atención Plena, Respiración, Técnica, Esfuerzo Correcto….
La práctica de asanas con Atención plena supone dirigir la atención al momento presente, con una actitud de compasión, interés, apertura y amabilidad, independientemente de si la experiencia resulta agradable o desagradable. Los yoguis de la India trataron ya el cuerpo y la mente humanos como una manifestación del poder último, el aspecto dinámico, energético de la Realidad, mucho antes de que la Física cuántica descubriera que la materia es energía que vibra con una determinada frecuencia. Se dieron cuenta de la importancia de cultivar la atención, ya que la energía del cuerpo y la mente siguen a la atención.
“La Respiración es la reina de la mente” nos dijo Iyengar , es fundamental armonizar el flujo de la respiración con la práctica de las asanas, así como desarrollar el Pranayama como una experiencia valiosa en sí misma.
Utilizar una Técnica adecuada para facilitar la seguridad, el alineamiento y las acciones óptimas para cada uno de nosotros. Sthira Sukham asanam, como nos recuerda Patañjali en los Yoga-sûtras: âsana tiene que ser firme y estable (sthira) y a la vez cómoda y agradable (sukha). Una postura correcta implica una posición equilibrada con un mínimo de fricción articular y un mínimo de tensión en músculos y ligamentos, con lo que los músculos quedan libres y dispuestos para la ejecución del movimiento.
Esfuerzo correcto es el esfuerzo constante para conseguir un progreso ante un desafío, lejos de la flaqueza, la mediocridad y la comodidad; permanecer no ajeno al esfuerzo sin llegar a a los extremos. Es necesaria una adecuada relación con el límite. Si en la práctica uno no llega a rozar el límite, tendremos demasiada comodidad y no habrá avance. Si, por el contrario, uno atraviesa el límite sin contemplaciones, nos encontraremos con la tensión y la posible lesión, que puede llevarnos a un retroceso. Esto no es nada fácil ya que, o nos asusta excesivamente ese límite (blandura) o no lo aceptamos porque nuestra fantasía o nuestra razón no lo quiere ver (rigidez).
La intención será encontrar la intensidad adecuada en el cuerpo para que la mente encuentre freno a la agitación y la dispersión, encontrar el equilibrio entre la firmeza y el abandono, aceptando nuestras limitaciones.
Sin motivación el esfuerzo es más difícil y sin perseverancia no hay progreso.
El ARTE es dosificar el esfuerzo en relación a las posibilidades, capacidades y a la naturaleza del ejercicio, y facilitar la reflexión sobre las propias capacidades y limitaciones a la hora de asumir los distintos retos del la práctica, ya sea a nivel físico, mental, emocional o espiritual . Es importante recordar que todo se puede mejorar, no aceptar como definitivo aquello que hemos logrado y no dejar de intentarlo porque la forma perfecta se escapa.
Aceptarse a uno mismo en el momento presente y practicar con paciencia y de modo progresivo es realmente un ARTE, el Arte de conocernos a nosotros mismos.
Chary Lozano