¿Cómo eliminarlo de nuestra vida?
El estado de salud no soólo hay que mirarlo desde el plano físico, tiene un aspecto más amplio y profundo que muchas veces el ser humano olvida… El estrés es algo que, a simple vista, puede que no se reconozca, pero actúa desde dentro y produce alteraciones en nuestra salud.
Vivimos rodeados de impresiones y de estímulos que nos llevan a estados emocionales y mentales que no son armónicos.
El estrés se ha convertido en algo habitual, con lo que se convive de forma permanente. Nos cuesta otorgarnos tiempo libre, no nos ofrecemos momentos en los que lo más importante sea estar con nosotros mismos.
Si prestamos un poco de atención, ni siquiera en las vacaciones tenemos esos momentos de tranquilidad… Parece que tenemos que aprovechar el tiempo y seguimos con la misma tensión de siempre. En definitiva ¡el estrés no nos abandona ni en las vacaciones!
El estrés físico y emocional
El estrés forma parte de la condición humana desde que existe sobre el planeta, es un sistema de supervivencia que tiene su cometido. Pero lo que ha ocurrido en nuestra sociedad es que ha pasado de ser un estrés físico, por ejemplo, el de correr para que no te mate un animal, al estrés emocional. Y este último es el que nos está perjudicando hoy en día, y es el más difícil de gestionar, una vez que lo tenemos instalado en nuestro interior, nos acompaña hasta en los momentos en los que no estamos trabajando, se ha convertido en un acompañante permanente.
Es el causante de muchas de las enfermedades y malestares que padecemos, por no decir de casi todas. Incluso podemos ver cómo este estrés ya empieza a afectar a los niños y adolescentes. Es necesario pararse y observar lo que está pasando.
¿cómo podemos salir del estado de estrés? Algo que todo el mundo puede hacer, sin importar la edad ni el estado de salud, es la meditación y la respiración. Para ello, si nunca se ha realizado esto, lo mejor es empezar a probar hasta encontrar el método que encaja con uno mismo. No existe la “meditación ideal” existe la meditación que te lleva al estado de paz y encuentro contigo mismo que necesitas. No consiste en llegar a ser “maestros”, lo que hay que conseguir es encontrar la paz interior y la calma.
También, un paseo de media hora diario es suficiente y nos puede liberar de muchísimo estrés. Aportando bienestar y felicidad. Esto está al alcance de todos. Y los beneficios sobre nuestro cuerpo físico y emocional están más que demostrados.
Ofrécete momentos para ti, para contemplar, para desconectar… el mundo puede continuar su actividad sin ti y seguro que cuando vuelvas te estará esperando.
El Amor
El amor… La fórmula mágica que todos tenemos a nuestro alcance.
Nos preocupamos de cómo es nuestra relación con los demás, pero, alguna vez nos paramos a ver ¿Cómo nos relacionamos con nosotros mismos?
Nos olvidarnos de nosotros mismos, es una de las claves fundamentales para estar en buena salud. Atender al otro, intentar tener una buena relación con los demás es importante, pero si eso conlleva hacer cosas que van en contra de nuestra voluntad, de nuestros sentimientos o nuestros principios, entonces, empezamos a caer en hacer algo que no es saludable.
Deberíamos preguntarnos ¿qué nos lleva a realizar algo que no queremos o con lo que no nos sentimos a gusto? Y tras hacernos esta pregunta, esperar la respuesta desde lo más profundo de nosotros con auténtica sinceridad.
Seguramente, vamos a darnos cuenta de que nuestra actitud ante los demás nos hace olvidarnos de nosotros y nos dejamos llevar por el sentimiento de querer gustar o de buscar aceptación. Incluso podemos decir que lo hacemos llevados por el amor que sentimos hacía los demás.
Sin duda el Amor es el gran sanador, pero si ese amor no comienza en nosotros, va a ser difícil que lo podamos llevar a los demás.
Es necesario que nos ¡enamorarnos de nosotros mismos! y esto no es ser narcisista… es la base de una relación sana y saludable con nosotros mismos y con los demás.
Darnos momentos de libertad es lo que nos conduce a la felicidad, porque la felicidad no es algo que se tiene por suerte, es una elección.
Esther Pertegal
Terapias Esenias y Egipcias
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