El agua y su calidad juegan un papel fundamental en nuestra salud

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El agua y su calidad juegan un papel fundamental en nuestra salud.
Sin embargo: El agua se ha convertido en el mayor negocio del siglo XXI.

Varias facciones del tratamiento del agua se encuentran en oposición. Debido al grave deterioro general del agua, ha dado comienzo una lamentable guerra por los diferentes métodos de tratamiento del agua. Mientras unos aseveran que el agua sólo necesita filtrarse suficientemente utilizando diversos métodos, y que debe contener pocos minerales para estar en perfecto estado, otros consideran que solamente un agua ionizada alcalina y, a ser posible, con un valor pH alto es la fuente de la vida. Después, existen diferentes tratamientos del agua que refuerzan la estructura interna del mismo mediante diversos tipos de remolineado. El objetivo, en este caso, es que la energía en el agua active una microcirculación autosostenible que continua circulando en el contenido acuoso de nuestro cuerpo. Otros campos similares corresponden a la transferencia de información, así como la transferencia de vibraciones y frecuencias. Pero, ¿cuáles son los métodos que nos ofrecen un agua cercana a la naturaleza o esa agua que nuestro cuerpo realmente necesita? La solución se encuentra en una combinación de varios métodos que varían de caso en caso.

En primer lugar, lo ideal sería que cada tratamiento del agua comenzara directamente en la toma de entrada del suministro de agua, donde se debe eliminar el cloro y los metales pesados, así como el barro, los residuos de biopelículas procedentes de los conductos y las sustancias viscosas que suponen una importante carga para la filtración fina de la cocina. Si la instalación de un filtro doméstico no fuera posible, en cualquier caso se deberá optar por un buen filtro de ducha. Ya que, 2/3 partes de la absorción de agua tiene lugar a través de la piel durante la ducha matutina.

Para entender mejor por qué el ser humano responde a la energía de un agua de buena calidad, es importante que seamos conscientes de qué componentes estamos hechos los seres humanos. El fundamento para la existencia de este mundo físico es algo que no forma parte de la materia sólida, el agua. Sin el agua en nuestro planeta y sin los fluidos de nuestro cuerpo, la vida no sería posible. A la sangre del ser humano se la conoce también como “el órgano líquido”. Por lo tanto, igual que todos los demás órganos, la sangre también tiene su propia energía. El agua es la que tiene la relación más estrecha con la vida. El agua siempre está cargada de alguna forma de estructura e información, sin importar si lo observar este de agua. Con soésta se considera negativa o positiva, siempre será un portador de estructura e información. Cuando este no es el caso, como sucede con el agua destilada o con el agua de ósmosis y con todas las aguas tratadas a altas presiones, esta agua nos roba mucha energía vital para recuperar su equilibrio. Los alimentos muertos y, en especial, el agua muerta necesitan mucha energía para poder ser procesada en nuestro cuerpo.

Cada pensamiento produce un cambio en la tensión de nuestras células y, por consiguiente, en nuestro metabolismo del agua.

Este hecho fue mostrado por primera vez por el investigador del agua japonés Dr. Masaru Emoto, por medio de unas impresionantes imágenes. Sin importar lo científico o artístico que nos parezca su método, ha inspirado nuestra mente y nuestro pensamiento para reconocer aquello que en otras épocas y culturas anteriores a la nuestra ya se sabía o intuía: que en el agua se materializan energías, estructuras y fundamentos que iluminan nuestras propias frecuencias vitales o las apagan lentamente. Esto ya ha podido ser demostrado por el médico francés Alexis Carrel a comienzos del siglo XX. Sólo fue capaz de mantener con vida durante décadas las células del corazón de una gallina porque la solución nutriente en la que se encontraban se reemplazaba cada día con agua fresca. Carrel se dio cuenta de que esto sólo era posible gracias a la especial cualidad del agua y a sus propiedades vivificantes. En 1912 obtuvo el premio Nobel por sus trabajos científicos.

Toda vida y, por lo tanto, también nuestra supervivencia, depende del agua y de su calidad. ¡A pesar de ello, se sigue ensuciando, contaminando, explotando y malgastando el agua, pero, a su vez, todo el mundo la necesita, eso sí, como un agua limpia y saludable! ¿Estamos realmente tan seguros de saber lo que significa en el fondo un agua saludable?

Mientras nos estamos haciendo tranquilamente estas preguntas, a nuestro alrededor ha comenzado una batalla económica en torno al agua. El agua se ha convertido en un factor económico muy lucrativo. Las multinacionales como Suez, Veolia, Nestlé, Coca-Cola, EON, etc. están luchando entre sí por las reservas mundiales de agua y han realizado grandes inversiones con el fin de entrar en el negocio del agua. El agua potable embotellada es el mejor negocio de estas grandes empresas de bebidas. En los segmentos de precios más bajos la calidad apenas se tiene en cuenta.

Muchas de las soluciones a los problemas del agua del pasado ya se han convertido en los grandes problemas de hoy en día: esto incluye la perforación de pozos excesivamente profundos, instalaciones de desalinización y descalcificación basadas en sal, bombas de presión, conductos de agua inadecuados, sistemas de ósmosis inversa y métodos de destilación. Todo esto debilita la calidad del agua que, en realidad, estaba destinada por la naturaleza a renovar una y otra vez los delicados patrones del contenido acuoso de nuestro cuerpo.

El negocio con el agua ha alcanzado unas dimensiones que ya se dejan sentir entre los consumidores, cuando vendedores sin formación especial ni mucho conocimiento sobre el agua, le llaman por teléfono o le paran por la calle con el fin de recibir una invitación a su casa para realizar un análisis del agua de su grifo en la cocina. Con la ayuda de un dispositivo de electrólisis y un par de electrodos de hierro se le muestran en un abrir y cerrar de ojos un repugnante caldo de color marrón que, supuestamente, ha salido de su grifo de agua. Con sólo observar este agua, se le habrán quitado las ganas de tomar ni tan siquiera un solo vaso de agua del grifo para el resto de su vida y, quizás, incluso decida espontáneamente adquirir un nuevo y costoso sistema de filtración de ósmosis. Cada día nos llaman personas que han sido víctimas de similares tácticas de venta.

En este contexto, también es significativo el hecho de que muchas personas no ingieren la suficiente cantidad de agua, por lo que, al menos en lo que respecta a las personas de la sociedad civilizada, ya se puede hablar incluso de una sociedad deshidratada. El hecho de que incluso los niños ya carezcan de sensación de sed y que, cuando quieren beber, no consideren el agua pura como una bebida, bajo mi punto de vista, es una señal clara de la grave falta de calidad del agua actual, es decir, del agua vital que nos da la estructura y energía necesaria para que nuestras células puedan recargarse de energía y estimular el metabolismo. Ya que, no beber significa no estar en sintonía con el flujo de la vida. La ingesta de agua es parte de nuestra naturaleza y la expresión de nuestra dependencia de un metabolismo saludable. Por lo tanto, se podría decir que aquel que no bebe agua da señales de estar alejándose de sus delicados patrones vibratorios y de sus refinadas sensaciones. Le está haciendo sitio a un patrón estructural más grosero y borroso en el que, a su vez, prevalecen otras cualidades.

Estimados lectores, no se dejen apartar de su objetivo de obtener cada día la mejor agua fresca de su propio grifo de agua. Le aconsejamos con mucho gusto.

Para subir el pH de 200 ml de CocaCola con un valor pH de 3 a 4, necesitaríamos ingerir 2 litros de agua. Pero para neutralizar estos 0,2 litros de Cola a un pH de 6, en teoría, deberíamos beber 200 litros de agua alcalina para equilibrar la acidez. Por lo tanto, para subir un valor pH de 3 a 7 se necesitan 2.000 litros de agua. Esto, naturalmente, es la teoría y no es realmente como sucede en la práctica. Pero sirve para mostrar la magnitud logarítmica requerida para la neutralización de los ácidos.

Se trata de órdenes de magnitud que realmente no nos ayudan, pero la realidad es esa. Por otro lado, el riñón se causticaría si tuviera que excretar una gran cantidad de ácidos de golpe. Eso significa que los ácidos y las toxinas deben almacenarse en los tejidos. Por lo que, se necesita muchísimo tiempo antes de que su cuerpo pueda liberarse de esos ácidos. Es importante tener esto en cuenta si no controla su preferencia por los alimentos y las bebidas generadoras de ácidos.

El 3% de la falta de agua causa falta de concentración

El 6% lleva a trastornos masivos

Marion Kuprat
www.marionkuprat.com
Telf. 937 926 146
Traducción: www.claudiafischer.es

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