Descodificación de las patologías de embarazo y parto

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«La vida empieza para cada uno de nosotros en un instante desconocido, no sentido y nada celebrado, en el que el pequeño espermatozoide se lanza de cabeza dentro del óvulo maduro» dice Margarita Shea Gilbert, en su libro Biografía de un neonato.

Por otro lado la vida, físicamente hablando, empieza en el punto de la concepción aunque inconscientemente empieza 9 meses antes, cuando somos un proyecto para nuestros padres.

En toda concepción entran en juego 4 generaciones y esa es la primera memoria transgeneracional a tener en cuenta.

La segunda memoria que grabamos en nuestro inconsciente es la memoria prenatal o embrionaria-fetal y va desde la concepción hasta el nacimiento. El estado emocional de la madre principalmente, tanto en la concepción como en los meses de embarazo es muy importante, porque el niño va a grabar esta información comenzando así a moldear su personalidad.

La madre puede vivir dificultades durante el embarazo y tener pensamientos, sensaciones y emociones que serán absorbidas por él bebe que ante esto va a crear sus propios recursos, o sea, que comenzará a desarrollar sus patrones de supervivencia. Es la tercera memoria, la individual o personal.

El embarazo es el periodo que transcurre desde la concepción hasta el momento del parto pasando por la implantación del óvulo fecundado en el útero.

Después de un coito, más de 200 millones de espermatozoides emprenden una larga marcha a lo largo del aparato genital femenino y de entre todos ellos, sólo uno, entre poco más de unas docenas que han logrado salvar todos los obstáculos, consigue perforar la membrana del óvulo e introducir su cabeza, y con ella toda su dotación genética, dentro del mismo. Una vez fusionados sus núcleos, surge el huevo, que es considerado ya un nuevo individuo, portador de su propia carga genética recibida de sus progenitores, que influirá de forma decisiva en su vida. Gracias al fenómeno de la división celular, o mitosis, esa primitiva célula humana, mediante divisiones sucesivas, irá dando cuerpo, primero a un embrión, luego al feto y finalmente al neonato.

Durante estas divisiones celulares, las células hijas conservan el mismo número de cromosomas que sus antecesoras. Además de los 46 cromosomas, el zigoto también recibe el ADN mitocondrial de la madre. El ADN es información y alrededor del ADN mitocondrial hay información transgeneracional. Los caracteres hereditarios se sitúan en los genes, dispuestos a lo largo de los cromosomas, determinando cada uno de ellos una característica precisa en el ser.

El viaje del huevo finalizará en la cavidad uterina dónde el endometrio estará preparado para acogerlo durante el tiempo que dure la gestación. Una vez implantado ese huevo irá creciendo y evolucionará y pasará por distintas etapas en las cuales cambiará de nombre.

Los estímulos que el feto recibe durante bastante tiempo provienen de su propia actividad (movimientos, pequeños choques contra la superficie interna del útero, contracción rítmica de su corazón, etc.) y en mucha menor proporción de la madre (flujo sanguíneo de los órganos pelvianos, movimientos de desplazamiento, ruidos intestinales, etc.)

A medida que avanza el embarazo, aumenta la estimulación sensorial del feto y tiene un mayor contacto con las paredes uterinas. Es el entreno de sus sentidos para la vida extrauterina.

A lo largo de todo su desarrollo, el futuro ser estará unido a su madre, por lo que habrá que tener en cuenta también la implicación emocional materna que supone ese estrecho vínculo materno-filial. Los choques emocionales, psicológicos y el entorno de la madre, la toma de medicamentos, drogas, tabaco…deja huella en él, y queda inscrito en su sistema nervioso. Aquello que va a vivir el embrión y luego feto durante este periodo será esencial para su futuro. Está en contacto con el resentir de su madre ya que está en fusión con ella lo que puede convertirse para el futuro bebé, en programante.

Al principio del embarazo, la madre está en simpaticotonía, su cuerpo produce anticuerpos para frenar el crecimiento de ese cuerpo extraño, ya que el embrión lleva una carga genética distinta a la suya. Tras la fecundación, la madre dispone de dos meses para dejar a un lado sus conflictos y pasar a un estado de reposo y todo su ser se centra exclusivamente en la gestación dejando de lado todos sus conflictos. Es un programa fetal de supervivencia. Mientras la madre se encuentra en vagotonía, el feto se encuentra en simpaticotonía y su biología realiza un gran trabajo de construcción.

Si durante la gestación la madre sufre un shock emocional que lleve a su cuerpo de nuevo a simpaticotonía (fase de estrés) habrá vasoconstricción con menor aporte del riego sanguíneo a nivel del útero, pudiendo provocar contracciones uterinas que llevarían a un aborto o a un sufrimiento fetal según la intensidad de las mismas.

Durante la gestación la mujer tiene recuerdos inconscientes de su propio embarazo o etapa de gestación en el vientre de su madre. Además el útero guarda memorias de lo que sucedió en embarazos anteriores y esas memorias pasan al bebé.

Algunos síntomas y patologías comunes durante el embarazo y sus conflictos son:

Patologías y síntomas del embarazo:

  • Abortos espontáneos: memorias inconscientes de no tener hijos por peligro; temor a que el embarazo frustre un proyecto personal; la pareja no satisface las expectativas de la madre, o información transgeneracional de no tener hijos.
  • Acidez de estómago: contrariedad indigesta con enfado o ira sin expresión.
  • Anemia: desvalorización frente a la familia. No quiero molestar en la familia.
  • Diabetes del embarazo: hay que resistir.
  • Edemas: sentirse sola, abandonada, sin referentes o con miedos existenciales.
  • Hemorragia: conflictos en la familia. Quiero irme de esta familia o quiero que alguien se vaya de esta familia.
  • Hemorroides: conflicto de identidad o de no saber el lugar que ocupo en esta situación.
  • Hipotensión: darse por vencido con facilidad. Incapacidad de enfrentamiento. Me evado.
  • Huevo huero: se desarrolla el saco embrionario pero sin embrión. La madre tiene un gran deseo de tener el niño y el padre no o vicecersa.
  • Mola: disfunción que atañe a las vellosidades coriónicas. Hay que hacer más placenta para alimentar al bebé. Memorias transgeneracionales o embarazos anteriores en los cuales la placenta no ha nutrido lo suficiente al bebé.
  • Nauseas: algo de la vida que se rechaza porque da asco.
  • Varices: las venas transportan la sangre «sucia». Incapacidad de limpiar lo sucio de la familia. Estoy atrapada en una situación sucia…

Después del parto, la madre se reencuentra con los conflictos que dejó de lado inconscientemente durante el embarazo.

Todos los conflictos que vive la madre durante el embarazo pueden llegar a dar sintomatología fetal, y esa será en función de la etapa evolutiva del nuevo ser. Así como sea el conflicto vivido, dará en ella una u otra sintomatología ligada al embarazo.

En el parto también hay situaciones durante su progreso que nos indican posibles dificultades vividas por la madre tanto en su propia gestación, como en su parto.

Tipos de parto:

«Dime cómo has nacido y te diré cómo eres».

Según se desarrolla el parto se definirán unos patrones de conducta en el futuro ser.

En el parto, la madre entra en simpaticotonía una vez que el bebé da la orden de que ya está listo para nacer. Es aquí donde se despiertan todos los conflictos y memorias anteriores a la concepción, los vividos durante el embarazo, los vividos durante su propia gestación y parto, y también las memorias transgeneracionales.

  • Parto natural: el bebé recibirá la información según la madre viva el parto. Dolor, separación…
  • Parto muy rápido: nacer rápidamente implica salvar mi vida. Mucha prisa por vivir.
  • Parto muy lento: el nacer despacio me salvó la vida. No hay prisa por vivir.
  • Parto prematuro: necesito nacer «ya». El bebé siente que el útero no es bueno para él. Madre tóxica, asustada, enferma. Si el bebé tiene que estar en incubadora conflicto de doble separación.
  • Parto tardío, prolongado: la madre quiere quedarse con el bebé. Mi madre no está preparada. Condición privilegiada con el embarazo. El exterior es peligroso para mí.
  • Parto inducido: dificultades para iniciar proyectos por sí mismos.
  • Parto bloqueado: dificultades de la madre que implican al bebé. Están en sintonía con los miedos y/o conflictos de mamá. Concluir es peligroso para mí.
  • Parto instrumentado: fórceps o ventosas. Para nacer necesito ayuda. Dificultad para terminar cosas. Temen al dolor, la ayuda exterior es dolorosa. Querer quedarse con la madre.
  • Parto por cesárea: cesárea programada, el bebé puede sentir el síndrome de interrupción, se siente desviado de su dirección. Cesárea urgente: impronta de estrés, peligro y miedo al nacer. No soy capaz de seguir la vía normal. Conflictos de dirección. Necesito ayuda.
  • Circulares del cordón umbilical: inconsciente de memorias biológicas arcaicas de salvar a la pareja. Hay que sacrificar al niño para salvar a la pareja. Memorias de ahogos, de estrangulamientos.

Hay una película muy interesante en relación a venir a la vida que es “El cielo no puede esperar” dirigida por Nick Castle donde quedan evidenciados los miedos por los que atraviesan los dos componentes de esta historia de venir al mundo.

Después del parto la madre entra en vagotonía. Hay un reequilibrio hormonal, despertándose así también aquellos conflictos relacionados con su propia madre en la misma situación, miedos, conflictos de abandono…

También es importante para la madre el acompañamiento durante el posparto en el que pueden aparecer síntomas como:

  • Miedos de la madre a no saber cumplir con su función materna.
  • Dificultades en la lactancia: no ser capaz de alimentar a su propio bebé.
  • Conflictos de sentirse o no apoyada por su clan. Sentimientos de abandono.
  • Memorias de su propia alimentación y cuidados por parte de su madre.
  • Memorias de su propio niño interior, si sus necesidades fueron cubiertas.

Por todo lo dicho se recomienda acunar emocionalmente a las gestantes para que todo el desarrollo embrionario y fetal, así como el proceso de la propia gestación y finalización del embarazo con el parto sea para ambos, la madre y el futuro bebé, una experiencia agradable y libre de traumas, para poder gozar de esas etapas felizmente.

Aquí vemos la importancia del acompañamiento emocional con la Descodificación Biológica Original a las gestantes, para que en esta nueva etapa aprendan a gestionar los choques biológicos y vivir estas nuevas etapas, parto, postparto y lactancia con su bebé lo más agradablemente posible.

Durante el acompañamiento a las embarazadas tendremos en cuenta que cada una vive sus experiencias de manera muy particular y, como terapeutas, vamos a ser muy cautos a la hora de trabajar con ellas ya que cada mujer vivirá las situaciones de una manera muy particular. Por ello es muy importante saber escuchar y acompañarles en su trabajo emocional, averiguando cuál es su resentir para así poder liberarlo y permitir que esta etapa de la vida de las personas sea sana y feliz.

Yolanda Segura Espiell
Escuela Descodificación Biológica Original

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