¿Salud integral para mantener nuestra humanidad?

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Como ya constataron los antiguos griegos: “todo cambia, solo el cambio permanece”. Vivimos en un momento crucial de la historia de la humanidad donde se plantean retos individuales y sociales de primer orden.

El futuro del trabajo, tal y como lo conocemos ahora, se ve cada vez más influido, e incluso amenazado, por la irrupción de la robótica y la Inteligencia Artificial, cada vez en más campos de actividad.

La organización de la vida, más y más se encamina a la “inmediata conectividad”, por el uso extensivo de tecnologías como los teléfonos “inteligentes” (smartphones), redes sociales, TV y ocio multimedia a la carta, juegos en red, etc.

Por otro lado, también la vida se va organizando, especialmente en las ciudades, en formas que contribuyen al individualismo y el aislamiento físico de las personas, por ejemplo: con la enorme cantidad de tiempo que se emplea en el transporte, con los estados de opinión que generan un sentir de inseguridad, con las facilidades de conseguir lo que uno quiere “desde casa”.

Y en contraposición a todo esto, cada vez es más claro que la esperanza media de vida se va alargando (con estimaciones de llegar en nuestro país a los 100 años en un par de décadas) lo que está forzando a un nuevo planteamiento de vida más allá del modelo clásico: nacimiento- crecimiento / formación – maduración / empleo – jubilación / muerte.

Con una esperanza de vida de 100 años, tal y como indican Lynda Gratton y Andrew Scott, 2016 en su libro “The 100 Year life”, la necesidad de reinventarse y seguir, personal y socialmente, activo es una realidad que ya está ocurriendo.

¿Cómo podemos mantenernos socialmente activos, con una vida saludable y de significado?

Aquí es donde la salud integral tiene su espacio. Es evidente que desarrollar una vida saludable a nivel físico siempre ha sido un activo de bienestar para todos. Ahora, con una perspectiva de longevidad tan amplia por delante, la salud física es una necesidad ineludible. Buscamos una vejez aumentada con calidad de vida y facultades a pleno rendimiento. Una buena educación en la salud física es por tanto critica en nuestra vida desde este mismo instante.

Igualmente, una salud psíquica emocional es clave en el desarrollo de una vida de satisfacción y bienestar. Desarrollar una madurez emocional, basada en una autoestima equilibrada y una consideración adecuada hacia los demás, hace que podamos mantener el curso de nuestra vida en pos de lo que nos motiva, dándonos significado y satisfacción.

Ante el aumento de la esperanza de vida, la irrupción de la Robótica y la Inteligencia Artificial en el trabajo y la tendencia a la conectividad y a la vez a la soledad ¿qué nos queda por explorar para mantener y generar una vida de bienestar y felicidad?

La respuesta es la Salud Social

Cada vez más va a ser más importante desarrollar y potenciar lo que nos hace genuinamente humanos: nuestra empatía y nuestra capacidad de establecer relaciones sociales de alto valor y significado. Cuestiones como confianza, adaptabilidad, entendimiento mutuo, etc. son claves en el desarrollo de la persona para poder interactuar en este mundo, que ya está aquí.

Tener un conocimiento profundo de nuestro mundo interior y ponerlo al servicio de nuestras relaciones con otras personas, desarrollando habilidades sociales, siendo capaz de entender al otro (pensamiento flexible) y cómo se siente (empatía), es sin duda un activo a cultivar.

A esto lo llamamos Salud Social. Todo ese elenco de características personales que nos permiten establecer y construir relaciones sociales y afectivas de alto valor y significado. También aquí incluimos lo que tradicionalmente se ha denominado “inteligencia Emocional”, es decir, nuestra capacidad de gestionar nuestras emociones y estados de ánimo en nuestro favor, especialmente en situaciones de estrés, en los procesos de toma de decisiones o en la gestión de nuestra energía personal.

Es desde esta Salud Social, unida a la Salud Física y Psíquica, que podemos platearnos formas de reinventarnos y “re-crear” nuestras vidas, de forma que sigan siendo satisfactorias para nosotros y contribuyan de forma positiva al bienestar de los demás.

Desde la conciencia que nos da la Atención Plena a todos los niveles es desde donde exploramos en profundidad estas cualidades sociales que nos hacen “humanos” y que son fuente de recursos para mantenernos con valor añadido en el mercado de trabajo y, a la vez, como ciudadanos funcionalmente efectivos con vidas llenas de significado y bienestar.

Te invitamos a participar en nuestro Taller de Atención Plena, en el que se exploran en profundidad las tres áreas en las que hemos desglosado la Salud Integral, para conseguir un objetivo claro: dotar a nuestros participantes de herramientas y recursos de aplicación en la vida diaria que les faciliten obtener y mantener la salud integral en sus vidas, sean todo lo longevas que estas sean.

¡¡Participa de tu vida!! ¡¡Te lo mereces!!

Enrique Gomez
Coach – Facilitador
Centro Piedraluna
Tel. 920 361 136 – 635 522 716

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