Respiro luego existo

#Publicidad

Descubre cómo tus mecanismos inconscientes de defensa han modelado tu respiración y cómo liberarte de ellos
Fanny van Laere

La primera experiencia que tenemos en la vida, al nacer, se cristaliza en la memoria celular de nuestro cuerpo con nuestra primera respiración. Si nuestra llegada a este mundo es acogida con amor, nuestro primer registro de vida será de bienvenida y merecimiento. Tal como lo demuestran numerosos estudios, existe una relación muy evidente entre el tipo de nacimiento de un bebé, su futura estructura emocional y psicológica y los acontecimientos que irá atrayendo a su vida.

Importancia de nuestro nacimiento

Nuestro nacimiento es una experiencia dual: por un lado es nuestra primera experiencia social, ya que es la primera vez que nos encontramos con personas (especialmente con nuestra madre) fuera del útero; por el otro, con la salida del vientre materno y la desconexión del cordón umbilical, que es nuestra primera experiencia de soledad.

También al nacer pasamos de un ambiente líquido a un ambiente aéreo, con toda la adaptación fisiológica que ello requiere.

La forma en la cual estos cambios tan grandes son vividos condiciona en gran medida cómo posteriormente experimentamos e interpretamos la vida.

El nacimiento es un acto sagrado. Se deberían poner todos los medios para que la llegada de un nuevo ser a este plano sea lo más agradable y amorosa posible.

En las horas posteriores a un parto, cuando éste acontece sin violencia y se respeta la necesidad inmediata del contacto piel con piel con la madre, el bebé ejercita su mecanismo respiratorio, es decir que está intuitivamente y naturalmente aprendiendo a respirar. Todas la intervenciones innecesarias durante este precioso tiempo de aprendizaje respiratorio, que tristemente son tan frecuentes, tendrán también efectos sobre la futura salud del recién nacido.

Aun así la gran mayoría de los bebés y los niños pequeños tienen el sistema respiratorio bien abierto, es decir que respiran libremente y su impulso de vida es intenso. Como lo iremos estudiando a lo largo de este libro, los efectos de los aspectos traumáticos de nuestro guión de nacimiento se van manifestando posteriormente, a lo largo de las diferentes etapas de vida. Si bien los primeros años son los que más van a marcar el resto de nuestra existencia, las consecuencias de los acontecimientos dolorosos permanecen en su mayoría ocultas en las primeras fases de nuestro desarrollo, tornándose visibles solamente más adelante.

Inhibición de nuestro sistema respiratorio

Todas las experiencias de desamor y falta de apoyo son inmensamente dolorosas para un bebé que está naturalmente, completamente abierto y receptivo. Son las primeras y por lo tanto más profundas heridas que tendrá. A fin de sufrir menos y de poder sobrevivir, el niño desarrollará mecanismos de control, es decir formas de desconectarse de este dolor.

¿Cómo hace un bebé para reprimir los que siente? La respuesta está en la respiración: inhibiendo la respiración, es decir reduciendo la cantidad de aire que entra en sus pulmones, el niño consigue desconectarse de su cuerpo y por lo tanto de lo que siente. El mecanismo es el mismo cuando somos adultos.

Así es como los mecanismos inconscientes de defensa van modelando la respiración de una persona, llevándola a desarrollar desviaciones de la respiración.

A lo largo de la vida, la persona, si no sana, va acumulando heridas y va bloqueando cada vez más su mecanismo respiratorio. Como resultado, no es sorprendente constatar, que la gran mayoría de los adultos respiran lo mínimo para sobrevivir.

El adulto suele estar muy identificado con su mente y ha perdido gran parte de la conexión con su cuerpo, sus emociones profundas y su intuición. El tipo de sociedad que hemos construido, además, refuerza esta identificación con la mente. La locución de Descartes: “Pienso luego existo” se convirtió en el fundamento del racionalismo occidental.

Con la inhibición de la respiración dejamos de sentir las sensaciones y emociones que nos incomodaban, sin embargo ello no significa que hayan desaparecido, sino que quedan impresas a nivel inconsciente en la memoria celular. Ello hace que acumulemos sufrimiento, tensiones en el cuerpo, bloqueos en nuestro fluir con la vida y limita la expresión de nuestro potencial creativo.

Este proceso conlleva un esfuerzo inconsciente que no siempre podemos mantener indefinidamente. Por ello, las emociones reprimidas e ignoradas, tendrán en muchos momentos de la vida, tendencia a aflorar de nuevo a la superficie. Si las aceptamos tendremos una oportunidad de integrarlas y desbloquearlas. Pero, en muchos casos, luchamos inconscientemente contra ellas, ya que hay un miedo inconsciente de pasarlo mal de nuevo, y al hacer ésto lo único que logramos es reforzarlas. Esto provoca a menudo malestar o crisis emocionales en la vida de las personas, y suele llevar también a serios problemas de salud.

Cómo reconectarnos a nuestro impulso natural del vida

Los niños pequeños que aún no han construido y estructurado su mente, y por lo tanto no pueden identificarse con ella, poseen una alegría autentica y un contacto fuerte con la vida y con su naturaleza profunda. Esta capacidad innata de disfrute y este impulso natural de vida están dentro de todos nosotros. Podemos llegar a reconectarnos con ellos si aprendemos a desmontar los mecanismos de control que los han ido reprimiendo.

Dependiendo del tipo de emociones que hemos reprimido, hemos desarrollado un tipo u otro de desviación de la respiración. La desviación es el esfuerzo inconsciente de desviar la respiración para así reducir la cantidad de energía que entra en nuestro cuerpo, evitando de esta manera sentir algo que se interpretó como doloroso.

Afortunadamente se pueden superar estas desviaciones de la respiración, desbloquear las emociones que hemos reprimido y recuperar la respiración libre que teníamos de bebés, siempre que estemos dispuestos a hacer un trabajo sobre nosotros/as mismos/as y estemos dispuestos/as a sanar y a cambiar.

Tomar sesiones de respiración es una forma muy eficiente de desbloquear el mecanismo respiratorio y superar los bloqueos emocionales acumulados.

Fanny van Laere
Seminarios Hospedería del Silencio
www.hospederiadelsilencio.com

Comparte este artículo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

#Suscríbete..

#Publicidad

#Facebook

Lo más popular