Una de las preguntas más difíciles de responder, con satisfacción, es ¿Quién soy yo? Incluso es muy probable que nos resulte más sencillo responder a ¿Quién deseo ser? El problema surge cuando deseamos iniciarnos en un gran proyecto de vida y pasamos por alto que toda gran transformación personal ha de tener presente ese aforismo heredado de la antigua Grecia: “Conócete a ti mismo”
Las personas tendemos centrarnos demasiado en nuestros defectos y pasar por alto lo mucho y bueno que ya hay en cada uno de nosotros. Durante el proceso de Coaching, exploramos una buena parte de nuestro ser y podemos llegar a disponer de un provechoso inventario de cualidades, valores y creencias potenciadoras que nos han de ayudar a cimentar un buen punto de partida. Para evaluar el progreso de transformación y mejora personal, es muy frecuente realizar una serie de preguntas del tipo:
¿Quién creía ser yo antes de iniciar el proceso de Coaching?
¿Quién creo ser yo en este momento?
¿Quién y cómo sería yo si llegara a alcanzar mí deseado objetivo?
El “quién soy yo” puede revelarse tanto por lo que somos en nuestra vida cotidiana como lo que podríamos ser imaginándonos vidas ficticias. Piensa por un momento que podrías estar ejerciendo una profesión o actividad muy distinta de la tuya. Lo que tú decidas imaginar y con la mejor de las intenciones positivas, realiza el siguiente ejercicio para cada una de las tres actividades imaginadas:
Si yo fuera …………………………. Yo aprendería a… (¿Qué tres cosas, al menos, aprenderías?)
Y estaría manifestando de mí mismo… (Describe para esta actividad tus mejores deseos, intenciones, creencias, valores, cualidades…)
Y ahora, volviendo a tu realidad, plantéate que ya has alcanzado ese gran objetivo que diera tanto sentido y significado a tu vida.
¿Qué sucedería si hubiera convertido mi sueño en realidad?
¿Qué me permitiría aprender a hacer?
¿Qué creencias tendría sobre mí, persona de éxito?
¿Quién es ese “ser” que hay dentro de ese sueño?
¿Qué es ese “algo” que ahora estás descubriendo de ti mismo?
El compañero que eres para ti mismo
Una manera de indagar en el “quién soy yo” es averiguar qué clase de compañero de viaje eres para ti mismo. ¿El simple hecho de estar contigo mismo significa que estás en buena compañía? Cuando a lo largo de un proceso de Coaching se te invita a que reconozcas y pongas en valor todos tus recursos personales, también se te invita a que aprendas a admirar y respetar la clase de persona que ya eres.
Imagina por un momento que estuvieras dando los primeros pasos en tu camino hacia la excelencia. Todavía no conoces cuáles son tus recursos y alguien te presenta un informe por escrito de una persona que no conoces y en el que constan sus numerosos valores éticos y cualidades más destacadas, sus creencias más potenciadoras, que ya conoce la respuesta a la pregunta ¿quién soy yo? y que sabe gestionar con habilidad sus estados emocionales ¿Qué sentirías leyendo ese informe? Es posible que sintieras admiración por esa persona, sana envidia, deseos de parecerte a ella, de conocerla para aprender con su ejemplo, etc.
Sigue imaginando, imagina que esa persona desconocida resulta que es tu “yo” del futuro inmediato ¿Verdad que te apetece ser su amigo? Pon manos a la obra, que nadie ni nada puede impedirte que llegues a ser tu mejor amigo.
Y ahora, que ya eres el mejor amigo de ti mismo, ¿qué regalo te gustaría hacer a ese amigo? Dicho de una manera más directa: ¿Cuáles son esas pequeñas gratificaciones con las que te obsequias a diario?
Cuando vivimos experiencias estresantes, poco alentadoras y sentimos insatisfacción con nuestra calidad de vida, es muy posible que nos prohibamos ciertos detalles que puedan mejorar nuestro estado emocional. Es posible, además, que demos satisfacción a ciertos estímulos superficiales, a sabiendas de que a largo plazo nos estamos haciendo daño.
Es muy importante tomar consciencia de que es en nuestro interior donde se encuentra el mejor amigo, que puede acompañarnos a hacer nuestros sueños realidad y cumplir con una vida llena de propósito y sentido.
¿Qué podrías hacer para tratarte con cariño?
¿Qué actividades te animan a vivir con pasión y pleno disfrute?
¿Qué actividades o pensamientos te recomponen después de una actividad fatigosa?
¿Qué buen hábito podrías incorporar a tu vida, que la haga más fructífera y que tenga forma de gratificación?
¿Qué “pecadito” te apetece permitirte de vez en cuando para dar un cierto toque alegre a tu vida? (Sin hacer daño a nadie. No te pases).
¿Qué clase de compañía eres para ti mismo?
¿Eres una buena amistad para ti mismo?
¿Cómo haces para tratarte bien o mal?
Ahora que ya lo sabes ¿Qué harás para tratarte únicamente bien y cómo harás para no tratarte mal nunca más?
¿Qué fortalezas percibes que tienes?
Si desde este momento te comprometieras a tratarte mejor ¿cómo sería así tu calidad de vida? ¿Y la calidad de vida de tus seres más queridos?
¿Qué necesitas tener en tu vida para sentirte más “tú mismo”?
¿Qué necesitas ser en tu vida para sentirte más “tú mismo”?
Solo dándonos el mejor trato posible a nosotros mismos seremos capaces de dar lo mejor para crear un mudo al que todos deseemos pertenecer.
Víctor Ramos Ibarra
Master en Coaching Personal con Certificación Internacional
Director de Formación Coaching Online
www.formacioncoachingonline.com