La palabra postura es sinónimo de actitud; la actitud mental que tomamos para enfrentar algo vital de nuestra vida, hasta la actitud postural qué nuestro cuerpo realiza para poder afrontar nuestros quehaceres diarios.
En Osteopatía, desde el punto de vista global, existen cuatro puntos clave corporales a nivel estructural, cuya correcta función determinan nuestra postura anatómica y, por tanto, el funcionamiento a nivel mecánico de nuestro cuerpo, es decir andar, sentarnos, estar de pie, los giros del tronco, cabeza, mirar hacia atrás, etc.
Antes de pasar a explicar estos cuatro puntos, para los que no sepan qué es la Osteopatía, os diré que es una terapia manual natural cuyo origen tiene lugar en Estados Unidos a principios del siglo XIX por el médico naturista Andrew Taylor Still. El Dr. Still concibe el cuerpo humano como un todo y actúa sobre los sistemas músculo esqueléticos, digestivo, respiratorio, etc. Su fama se conoce sobre todo por la eficacia en los trastornos relacionados con la columna vertebral. Es una terapia enfocada a buscar el origen de la disfunción en vez de atender sólo a los síntomas. No se usa medicación alguna, es totalmente natural.
Los cuatro puntos clave corporales son:
1. Los pies
Representan la forma en que estamos plantados en el suelo, nuestro contacto con la tierra, con la vida y con los demás. Me encanta la frase que resume nuestro vínculo de los pies con nuestra realidad: estar plantado. Los pies son la base estructural de nuestro esqueleto ya que soportan todo el peso del cuerpo y nos permiten el desarrollo dinámico del paso, de aquí que son importantes para un correcto equilibrio postural.
Hay lesiones del pie que pueden influir determinantemente en nuestra postura, por ejemplo, los esguinces recidivantes, es decir, los que no terminan de curarse, ya que estos alteran nuestra forma de caminar. También el hundimiento de los metatarsianos -las almohadillas de los dedos del pie- por el uso repetido de calzado inadecuado, por ejemplo, los tacones. Los pies planos y cavos alteran el apoyo del pie y, por tanto, de la postura también. Aunque la solución a los pies planos y cavos, cuando son de origen mecánico o postural, pasa por un trabajo a conciencia del tejido blando de las plantas del pie, así como un equilibrio osteopático de la pelvis y posteriormente la visita al podólogo.
En los esguinces se hace necesario la corrección de un hueso determinante llamado astrágalo, para su solución definitiva, así como otras articulaciones adyacentes.
Existen determinadas alteraciones del pie que van a influir en la posición de la rodilla y, por tanto, alteran nuestro equilibrio postural.
2. La pelvis
Es el elemento anatómico central de nuestro cuerpo, está formado, principalmente, por tres grandes huesos: el sacro y los dos iliacos. El primero formado por 5 vértebras fijas más el coxis y se relaciona con la columna vertebral a nivel lumbar, siendo su base de apoyo. Los dos iliacos, a modo de palas, se articulan con el sacro a ambos lados, formando una especie de cuenco que, en su parte posterior, en la espalda, forman la articulación sacro-iliaca, que son esas dos prominencias óseas que podemos palpar si nos llevamos las manos a la espalda sobre los glúteos. La pelvis desde el punto de vista de la osteopatía global es el cuenco anatómico de las emociones, dónde tienen lugar las cuestiones relativas a los conflictos y necesidades biológicas y de relación.
La posición de la pelvis, cuando se ve afectada por determinadas lesiones como: artrosis, fijaciones del sacro iliaco, anteversion, retroversion (hacia delante, hacia atrás) lumbalgias, etc., da lugar a desequilibrios posturales, ya que altera la posición de las articulaciones que se encuentran debajo de ella, cómo son las caderas, las rodillas y el tobillo-pie, así como la articulación sacro-iliaca qué soporta gran parte del peso corporal en la zona media del cuerpo. A esta articulación se le suele prestar poca atención, pero suele ser responsable de gran número de lumbalgias y ciáticas a medio y largo plazo.
3. Columna lumbar y dorsal
Tanto las vértebras lumbares como las dorsales van a ser también determinantes para un equilibrio postural correcto. La columna vertebral tiene forma de doble S y, en la zona lumbar, la curva que se muestra de perfil, se llama lordosis, cóncava hacia dentro, y en las dorsales, esta curva, se llama cifosis, convexa hacia fuera.
Estas curvas, en determinadas personas, pueden aparecer exageradas, lo que se llama a nivel lumbar hiperlordosis, y a nivel dorsal hipercifosis (giba). Esto va a provocar cambios anormales en la posición, tanto de la pelvis como de la cabeza, dando lugar a desajustes vertebrales y tensión muscular generalizada por toda la espalda (lumbalgias, posibles hernias y protusiones discales a medio plazo, dolor entre las escapulas, etc.)
Se hace necesario, desde el punto de vista de la Osteopatia Global, el ajuste y tratamiento correcto de las vértebras principales implicadas en esta anomalía, la tercera vértebra lumbar L3, y la cuarta vértebra dorsal: D4. Ambas son las bisagras o claves de estas curvas.
4. ATM articulación temporo-mandibular
Articulación que está formado por los huesos que constituyen la unión de el maxilar inferior y superior, a la altura de ambos oídos. Los desajustes que se producen en la ATM van a alterar el nivel de los líquidos que se encuentran en el oído interno y son responsables del equilibrio, es decir, de la posición de la cabeza y por lo tanto de la horizontalidad de la mirada.
Para explicarlo más llanamente, te diré que, cuando nuestra cabeza está ligeramente inclinada hacía un lado, esto va a repercutir en nuestra posición de equilibrio ya que la posición de nuestros ojos y, por lo tanto, de nuestra mirada pierde su horizontalidad. La primera vértebra cervical -C1- está muy relacionada con la ATM, su desajuste, ya sea por cervicálgias agudas o crónicas, o el típico latigazo cervical, puede dar lugar al vértigo, que tiene una clara relevancia con el equilibrio.
La solución a los problemas de la ATM es posible, también gracias a la osteopatía, cuyo tratamiento se basa en reducir las tensiones, tanto musculares y articulares, a fin de mejorar la movilidad de esta articulación, que se traducirá en un mejor equilibrio postural. Las implicaciones emocionales en la ATM también juegan un importante papel, por ejemplo, la rabia sin expresar suele acumular tensión en los tejidos de esta articulación.
Espero que este artículo os haya podido ayudar a tener más claro cuáles son los puntos clave en la mejora del equilibrio postural y como solucionarlos.
Eutiquiano Endje
www.cuerpozen.com