Los caballos como facilitadores de emociones

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Cualquiera que haya  montado o tomado contacto con este noble animal ha sentido que es especialmente sensible e intuitivo a las reacciones del humano.

El caballo te siente detrás de todas esas capas, de todos esos roles que nos empeñamos en llevar para no ser “descubierto”. Cuando un equino elige acompañarnos, estar a nuestro lado, es que nuestra energía no le está suponiendo ninguna amenaza para su existencia. No debemos olvidar que éstos son animales presa, su linaje genético está impregnado del miedo a ser encarcelado, devorado, sometido, por lo que su sistema de alerta está capacitado para detectar cualquier cambio energético que le suponga peligro.

Con estas premisas, comenzamos a abrirnos al mundo del caballo, conociendo lo que, en principio, son las bases fundamentales para una compresión profunda de la sensibilidad y la tipología de interacción que establecemos con el equino.

Es aquí, cuando somos conscientes del gran espejo que supone confrontarnos con el noble animal de grandes dimensiones, icono de la libertad, pero también del miedo atroz a ser dañado, consumido en un pequeño box y desarraigado de su manada por el manifiesto humano de “tú me sirves…”sin importarnos qué necesitan ellos, o qué naturaleza hay detrás de sus toneladas de carne y hueso.

¿No nos resuena esta “historia”? el miedo a ser dañados, la susceptibilidad por ser heridos, por ser presos de las emociones, de los sentimientos, de los otros y un sin fin de etc.

Cuando nos mostramos ante ellos, cualquier tormenta interna que estemos transitando, cualquier ansiedad que esté paralizando nuestra existencia, se expone a la luz del caballo, como si de una radiografía se tratase. Por ello, el trabajar nuestras emociones y templarlas con su ayuda, es el factor fundamental y anclaje de la interacción auténtica entre los caballos y la propia persona.

El trabajo con caballos, nos ayuda a conectarnos con las creencias limitadoras más profundas que poseemos. Frecuentemente, aparecen en nuestros pensamientos patrones de acción que enmascaran una falta de valía de mis recursos internos, creencias que jalonan nuestra vida como “yo no valgo” “no puedo”, “no soy querido” aparecen cuando nos relacionamos con ellos.

Estos patrones están marcados a fuego desde nuestra infancia y gobiernan nuestros comportamientos, esforzándonos en ser quién no somos para conseguir el afecto de los otros. Comienzan a desarrollarse los mecanismos de defensas que encapsulan nuestro ser interno y su espontaneidad. Aparece las dificultades en las relaciones sociales, creándose fisuras en nuestro yo, y comenzamos a sentir que no podemos “ser quién somos” porque no será aceptado.

Así levantamos muros defensivos en torno a nuestra persona, creyéndonos que así estaremos protegidos. Lo que no entendemos es, que cuando me defiendo detrás de ese muro, no dejo pasar el flujo de la vida, las propias emociones, ya que se nos antojan como una amenaza. De este modo, nos aliamos con nuestra razón, y abandonamos poco a poco el “sentir”. Entramos en el laberinto del control mental que nos separa cada vez más y más de nuestro centro, de nuestro SER.

Así pues, se ha consolidado una personalidad temerosa, que huye de cualquier peligro que suponga dañar nuestros “aparentes” cimientos.

En este proceso vital donde han quedado frenadas nuestras necesidades, deseos e intenciones auténticas, se produce en muchas ocasiones un vacío, o un anhelo de reconstruir nuestra “inocencia perdida”, aquella que nos hacía vibrar con las cosas, que nos hacía ir a por lo que creíamos, y en este momento de confusión, muchos de nosotros buscamos rutas que, de nuevo, nos vuelvan a conectar con nuestra esencia.

De ahí que muchos busquemos la compañía de los animales, y en concreto, la manifestación potente de la naturaleza personificada en el CABALLO.

Él nos devuelve una autenticidad “robada”, cualidades como la nobleza, la libertad, la sensibilidad, el empoderamiento o el liderazgo, se ven encarnadas en el equino.

Podemos ver en él todo lo que hay en nosotros mismos, pero que todavía no nos reconocemos. Conectamos con nosotros a través de su sensibilidad, nos lleva a recovecos que no hemos querido transitar, por miedo a no saber cómo salir de esas situaciones incómodas.

Podemos observar cómo marco mis límites, cómo gestiono la frustración cuando el caballo no me responde, cómo me siento con mi liderazgo, cuestiones que pueden reafirmarse con la ayuda de los equinos.

Otra posibilidad que nos ofrecen estos nobles animales, es aprender a gestionar mi estrés, mi ruido mental. Cuando me posiciono frente a un caballo, mis cinco sentidos deben estar puestos en esta relación, ya que una desconexión entre ambos nos puede poner en peligro físico.

Es necesario ESTAR antes que HACER, para que se dé un vínculo de confianza, y que el propio caballo se serene y se abandone a nuestro liderazgo. Para ello nuestra mente debe, poco a poco, entrar en el silencio, como si de un estado meditativo se tratase, y desde ese lugar transmitir mensajes de seguridad que aquilaten la relación.

Con este trabajo, la persona va generando un estado de serenidad que puede trasvasar a su vida cotidiana. Además, cuanto más se consolide la práctica con el caballo, mayor será el entendimiento sobre qué ruta cerebral se está desarrollando para conseguir dichos estados de bienestar y calma.

Somos capaces de establecer nuevas conexiones neuronales, que organizarán un nuevo patrón de comportamiento y podrá, si cabe, desactivar modelos de comportamientos ansiogenos.

En definitiva el caballo puede facilitarnos el “viaje de vuelta a casa”, una conexión más auténtica, más amorosa y respetuosa con nuestro YO profundo.

Verónica Martínez López
Coach y facilitadora en inteligencia emocional
www.cye-coaching.com

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  • La EQUINOTERAPIA/ es una tecnica o terapia que se la aplica en la actualidad en muchas latitudes/ que pienso se relaciona mucho con la ponencia de este articulo como canalizador o equilibrador de emociones humanas/ lo que pediria expongan es, cual es el mecanismo de a trtavez del cual se posibilita la coneccion entre CABALLO Y HUMANO/ que tambien se da entre Perros y Humanos/ Delfines y Humanos, y otras especies y humanos/

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