Lograr el Amor en pareja, la intimidad en la que dos personas se ven y aceptan tal y como son, se abren sin miedo a juicios y caminan juntos creando y construyendo la vida, requiere mucha implicación, responsabilidad y crecimiento. Las Constelaciones Familiares nos ayudan en esa tarea que nos parece a veces una ¡misión imposible!.
“Le he dado tanto y ahora me abandona”
“Quiero tener pareja, pero no hay manera”
“A mi madre no le gusta ninguna de mis novias”
“Las parejas no me duran nada”
“Mi mujer me recuerda a mi madre”
“Necesito mi libertad, la quiero pero me asfixio”
“Mi suegra tiene celos de mi”
“Tengo celos del ex de mi mujer”
“Mi marido se enfada y compite con los hijos que tuve con mi ex”
Todas estas “quejas”, a veces cargadas de un gran dolor, y muchas que se repiten y extienden en el tiempo son sólo algunas de las que me plantean, cotidianamente, en las sesiones individuales o en los talleres en grupo de constelaciones familiares.
Quejas y dificultades que reflejan la complejidad, el movimiento y la experiencia única que representan las relaciones de pareja. Parejas heterosexuales u homosexuales, jóvenes o maduras. Porque lo cierto es que la pareja es una experiencia universal y que gracias a ella la humanidad existe y sigue existiendo.
Y en este existir y ser de la pareja como algo universal y vivencial hay que destacar que está siempre en movimiento y creación y no existe un modelo único sobre el que basar y encerrar las relaciones y las dificultades que la pareja suscita.
El amor en la pareja significa “Te tomo tal y como eres y te doy las gracias por ser como eres” Esa es la melodía de fondo en la relación de pareja.
Pero esto es algo que entra en clara contradicción con aquél o aquélla que quiere cambiar a su pareja. En general, suelen ser las mujeres, más que los hombres las que quieren cambiar al otro.
Una madre modela, educa y dirige a sus hijos y cuando la mujer no se hace consciente de la necesidad del RESPETO al otro como un igual a ella, tiende inmediatamente a querer cambiarlo tal como si fuera un hijo y esto detiene el fluir amoroso y genera muchas dificultades y rupturas en la pareja.
El amor, el primer paso, la aceptación del otro tal y como es, de su sistema de origen, de su pasado, de su destino. Aceptación total e incondicional del otro.
Es un asunto que nos va a llevar toda la vida, llegar a amar al otro.
La pareja es la mayor escuela de crecimiento, es mucho mas fácil ser un asceta solitario que vivir en pareja, exige un desprendimiento continuo, convivir con otro y vivir para un proyecto de dos, no sólo el mío. Un desarrollo personal continuo en el que los conflictos nos abren el conocimiento de las fidelidades que nos bloquean y salen a la luz en el convivir de dos.
En un intento de entender y desgranar esa complejidad, os voy a plantear algunos “asuntos fundamentales” que se derivan de las observaciones de Bert Hellinger y algunos de sus alumnos, que han sido y son maestros para mí, y que influyen directamente en el bienestar y evolución adulta de la pareja.
Para poder formar una pareja (en la experiencia, en constelaciones sólo se puede llamar pareja cuando existe la convivencia), antes debemos sentir la necesidad de estar acompañados, sentir la necesidad de alguien que camine a nuestro lado. Para ello, como individuos, debemos haber “dejado” a nuestros padres, sobre todo el hombre a su “mamá” y la mujer a su “papá”.
Ese “dejar a los padres” implica que ya hemos tomado a nuestros padres tal y como son, sin distinciones entre lo bueno y lo malo, sin juicios, sin reproches, sin desear ni anhelar que nos den o sigan dándonos más cosas de las que tuvimos o no, sin pretender cargar con los asuntos que hay entre ellos o intentar suplir sus necesidades o carencias.
Mª del Pilar Molina Ruiz
Lda. Psicología – Terapeuta Integrativa
Directora del Centro de Terapias “Casi Natural” en Madrid
www.casinatural.com – pilar@casinatural.com
Cofenat nº 5086