Calmar nuestra mente es un acto político. El mundo no necesita más petróleo ni más energía ni más comida. Necesita menos codicia, menos odio, menos ignorancia. Los cambios económicos y políticos fracasarán a menos que encontremos una manera de transformar nuestra conciencia. – Jack Kornfield-

MEDITACIÖN ÁRBOL

Quien más y quien menos, advierte que este siglo XXI nos enfrenta a un poderoso desafío como individuos y como humanidad. Vivimos “tiempos de cambio”; el mundo -y yo mismo- vive un profundo proceso de transformación, y ahora nos toca decidir cómo queremos afrontarlo.

Lo que resulta evidente es que los seres humanos necesitamos nuevas respuestas coherentes a los retos globales a los que nos enfrentamos. En este sentido, el Dalai Lama, en un libro reciente se preguntaba abiertamente: ¿cómo la ciencia y la espiritualidad pueden salvar el mundo?

En este punto de nuestro recorrido, comprendemos como la meditación puede afectar y transformar profundamente nuestras vidas, en lo esencial y en lo práctico.

El aumento de la investigación científica sobre la meditación señala un interés en profundizar en la naturaleza de nuestro cerebro y nuestra consciencia, y el modo en que su interrelación afecta a la salud y la enfermedad, al bienestar y al sufrimiento humano. ¿Cómo podemos alentar una mente sana, un mayor equilibrio emocional, unas condiciones más armónicas y coherentes en nuestra vida y en nuestra sociedad? En definitiva, la nueva ciencia se está enfocando en lo que desde hace milenios apuntan las enseñanzas espirituales, profundizar en la comprensión de nuestra naturaleza para potenciar el bienestar y la felicidad de la humanidad.

La expansión de la conciencia es un paso ineludible en la transformación profunda del ser humano. En este sentido, la meditación aparece como una práctica para alentar y amplificar el desarrollo de todos nuestros potenciales, psicofísicos, sociales y espirituales. El popular monje budista Matthieu Ricard se refiere a la meditación como a la actualización creativa de las capacidades innatas que todos poseemos: “algo que refleja la naturaleza autocurativa del organismo humano, y la capacidad de adiestramiento mental sistemático para optimizar el equilibrio dinámico de lo que, tanto a nivel cognitivo, emocional, somático, relacional y espiritual, se entiende como salud”.

La meditación conduce al ser humano a “despertar”, a observar y actuar atenta y cuidadosamente. La meditación nos lleva a comprender, y es en esta comprensión donde la compasión –tal vez lo que el mundo más necesite- puede florecer. La meditación cura, la meditación transforma.

MEDITACIÓN ÁRBOL

La meditación Árbol es una meditación de integración, una meditación que, a través de la tierra y a través del cielo, conduce hac

ia el Abrazo, abriendo las puertas a ese Misterio que lo trasciende. Es muy sencilla, y está en sintonía con las líneas más genéricas y fundamentales de la práctica meditativa.

Sadhana Integral
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