Somos los que permitimos, la unión del cielo y la tierra, como un árbol de vida. Tenemos a la vez una estructura física (nuestro cuerpo con sus músculos, órganos, esqueleto, sistemas, glándulas) una estructura psíquica (nuestra personalidad, nuestras tensiones mentales, nuestras emociones, nuestras protecciones, nuestras armaduras, nuestras corazas) y también una estructura energética que nos ayuda a conectarnos con el universo. Los chakras, palabra sánscrita que significa rueda de vida, forman parte de la estructura energética de nuestro ser, igual que nuestros meridianos, nuestro aura, nuestro campo magnético. En nuestro interior, tenemos un corazón que está más allá del corazón físico, yo le llamo el corazón de nuestros cuerpos. Está localizado a lo largo de la columna vertebral, en los músculos más intrínsecos. Es, a la vez un canal, un centro, un lugar donde circula nuestra fuerza vital.
Este último paso a través de nuestros chakras, son unas puertas de comunicación entre nuestro mundo interior y el mundo exterior.
Son centros de energía, como soles y están directamente unidos a nuestras glándulas.
Localización
El corazón, el centro de nuestro chacra, está localizado en este canal energético que va a lo largo de nuestra columna vertebral y que se prolonga hasta la cabeza y la tierra. Este canal en Sánscrito es llamado “susumna”. El cono o la boca sale hacia el exterior, tanto por delante como por detrás y por los lados. Esta boca o cono, respira la vida del exterior que nos rodea y alimenta la vida interior que circula en nosotros.
Tenemos siete chakras principales, los chakras primarios, los más grandes son:
El Base, comúnmente llamado la puerta a la tierra, unido también a nuestro enraizamiento, a nuestra relación con la materia, a la sexualidad y la manifestación en la materia.
El Hara, región del ombligo, unido a nuestra fuerza interior, nuestra potencia, nuestra capacidad de expresión del poder en el amor a nosotros y hacia los otros.
El plexo, región del plexo solar, este chakra nos permite vivir nuestras emociones y la relación con los otros a través de la expresión de nosotros mismos.
El corazón, región del corazón, es la expresión del Amor.
La garganta, región de la garganta, este chakra nos permite la expresión de la palabra, la que sana oponiéndose a la que destruye.
La conciencia, (el tercer ojo) este chacra está unido a la visión intuitiva de nuestra vida.
El corona, comúnmente llamado la puerta al cielo, está unido a nuestra abertura al universo, a eso que está más allá de nosotros, a nuestra naturaleza más amplia, más grande, nuestra naturaleza divina.
También tenemos chakras secundarios, más externos y que siempre están unidos directamente a lo largo de los chakras principales. Como son, los chakras secundarios de las caderas, las rodillas, los tobillos, de cada uno de los dedos de los pies y sus articulaciones… que están en relación con el chakra base. Son su prolongación.
Del mismo modo, están los chakras secundarios de los hombros, los codos, las muñecas, los dedos y sus articulaciones que están en relación con el chacra corazón. Son su prolongación.
Los chakras y las glándulas
Los chakras principales están asociados directamente a nuestras glándulas que son puertas vibratorias de energía. Son la unión entre nuestra estructura energética y nuestra estructura fisiológica. Las glándulas realizan un enlace entre la energía del cielo y de la tierra. Esta unión se realiza a través de los chakras hasta las células de la envoltura física. De este modo, todos nuestros órganos internos, todos nuestros miembros, todas nuestras articulaciones están unidas a la estructura de nuestros chakras.
Glándulas y chakras principales
Base: Las gónadas en el hombre y los ovarios en la mujer.
Hara: Las suprarrenales y los riñones.
El plexo: El bazo y el páncreas (estos son considerados en medicina energética, no sólo como órganos, sino también como glándulas, como el páncreas que libera insulina
El corazón: El timo.
La garganta: Las paratiroides
La conciencia: La pineal, glándula del cerebro comúnmente llamada la epífisis
La corona: La pituitaria, glándula del cerebro llamada la hipófisis
No hay separación, estamos hechos de carne y hueso y a la vez de energía pura. Continuamente estamos unidos. Nuestros chakras y nuestra estructura psíquica, que genera la energía de nuestra personalidad y de nuestra alma, están unidas para un mejor equilibrio de nosotros mismos. Una disfunción en nuestra estructura psíquica puede venir de una disfunción de nuestros centros de energía y viceversa. A menudo constato en mi práctica que los síntomas psíquicos no vienen solo del cuerpo. Tienen su resonancia en la estructura energética de nuestro ser.
Es importante conocernos tanto energética como físicamente para mantenernos en equilibrio y armonía con nosotros mismos, con los otros y con el universo.
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Marie Lise Labonté
Maestro de tus chakras, Maestro de tu Vida
www.istharlunasol.com