Cuando estamos en coherencia

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Cuando tomamos conciencia de quiénes somos y actuamos con coherencia, todas las células de nuestro cuerpo reconocen esa coherencia.

Como explico en mi libro “Masaje Celular”:“Para estar en equilibrio y recuperar la salud es fundamental que actuemos encontrando la coherencia entre nuestro corazón y nuestra mente”.

Hoy en día se habla mucho de escuchar más al corazón que a la cabeza; que la mente no para de darnos mensajes que, muchas veces, van en contra de lo que nuestro corazón desea. Pero debemos tener en cuenta que la razón nos permite sopesar muchas de las decisiones importantes que tomamos en la vida. Escuchar a la razón tampoco es dejarse arrastrar por el miedo.

Lo que de verdad nos perturba es el parloteo incesante dentro de la cabeza que no permite escuchar lo que realmente es bueno para nosotros.

Hace poco releyendo el libro “El Error de Descartes” del neurocientífico Antonio Damasio, premio Príncipe de Asturias en el año 2005, encontré su comentario sobre el famoso dicho: “La intuición favorece a las mentes preparadas”

En él resalta que la calidad de la intuición de cada persona se va a relacionar directamente con lo bien que haya razonado anteriormente, lo bien que haya clasificado los acontecimientos pasados con respecto a las emociones que los precedieron, y lo que haya reflexionado sobre los éxitos y fracasos de las intuiciones que haya tenido en el pasado. Debemos tener presente si hubo error o acierto en lo que intuimos con anterioridad.

Llevo muchos años dedicada a trabajar con la Técnica Metamórfica y he desarrollado en ésta última etapa una forma diferente de abordar al cuerpo y a las memorias del tejido a través del Masaje Celular. Ambas técnicas tratan de ayudar a la persona a romper patrones que traemos aprendidos, éstos nos van a marcar a la hora de tomar decisiones.

Unos patrones son heredados, pero otros los hemos adquirido en el vientre materno o en nuestra primera infancia.

En el camino hacia nuestro conocimiento interior hay momentos en los que nos podemos sentir perdidos, ese momento en que nos miramos al espejo y ya no nos reconocemos. Cómo digo en mi último libro “El Guerrero de las Diez Lunas”, hay que romper la imagen del espejo:

“La lucha del ego ha comenzado, desde la ficción y el sueño verá tan sólo su reflejo, deberá romper el espejo y ser libre”

Pensamos muchas veces en cómo es la imagen que los demás tienen de nosotros, pero eso no es importante. Cuando queremos romper el patrón que nos ha traído hasta aquí debemos romper el espejo en el que nos estamos reflejando y desde nuestro ser más profundo pasar a la acción:

 ¿Quién quiero ser?

Los terapeutas sabemos que el corazón es el que debe guiar a nuestras manos en el trabajo que realizamos. Sentimos que la energía que emana de él se dirige hacia ellas para transmitir luz y coherencia. Esa coherencia tiene que estar en nosotros para poder ayudar mejor a la persona que viene a tratamiento ya sea de metamórfico o de masaje celular.

Cuando practico este último, siento cómo los tejidos se van moviendo suavemente debajo de mis manos, el trabajo consiste en escucharlos y seguirlos, favoreciendo que la persona entre en un estado de relajación profunda. Trabajo directamente con los centros de energía (Chakras) en la espalda y la cabeza, ayudando a equilibrarlos. Ellos son la conexión entre el cuerpo físico y el energético, conexión que se hace a través de las glándulas más importantes del cuerpo que, a su vez, regulan lo que sucede en el mismo gracias a las hormonas y los neurotransmisores.

Todos atravesamos momentos en los que no sabemos qué camino es el adecuado, nos sentimos perdidos, pero realmente el camino siempre está ahí y lo vamos recorriendo. En la técnica metamórfica cuando entramos en el proceso de transformación, también hay una etapa en la que la oruga se introduce en su crisálida y tarda un tiempo en salir transformada en mariposa, es decir que durante una parte del tratamiento la persona puede sentir que no sabe en qué estado se halla. Si no hay miedo ante estas circunstancias y se sigue adelante con la terapia, es cuando podemos ver el cambio.

En las terapias emocionales es muy importante no dejarse influenciar por el miedo, algunas personas me dicen que no se atreven a hacérselas porque temen revolverse y sentirse peor. Es un patrón de miedo que no sabemos apartar de nuestra mente. Pero si lo analizamos seriamente no debería causarnos tanta inquietud porque le estamos dando más fuerza. De ahí la importancia de aprender a meditar, a vaciar la cabeza, a vivir cada momento en plenitud.

La vida tiene momentos buenos y otros no tan buenos, ambos forman parte de ella y ambos se deben experimentar, de esa manera podremos vivir una vida plena. Para alcanzar el estado de paz y felicidad interior ambos momentos deben integrarse a través del amor que seamos capaces de poner en cada circunstancia de la vida.

Carmen Benito
Licenciada en Biología. Diplomada en terapias Manuales
www.carmenbenitobioestetica.com

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