Cómo conseguir los datos de tu árbol genealógico

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De la misma manera que la vida atrae a nuestro presente eventos que no pudimos solucionar en nuestra infancia una y otra vez, aquello que pasó a nuestros ancestros y que no fue aceptado por el clan tiene una tendencia a buscar una solución en los descendientes. Ambos movimientos son totalmente inconscientes y, por tanto, muy poderosos. Para ganar en libertad y comprensión sobre los eventos y las personas que atraemos, lo mejor es investigar. Al conocer las historias familiares, esas que fueron duras por imprevistas, injustas o sencillamente inaceptables, podemos identificar si algo similar está ocurriendo con nosotros.

Para la mayoría, hacer su árbol ni es fácil ni corto, no te voy a mentir. Lo que sí te digo es que es útil para entender ciertos bloqueos de tu vida, programas, somatizaciones y otras cosas que no tienen origen en tus experiencias sino en las de tus ancestros y que tú repites.

¿Cómo es eso posible? Digamos que tu bisabuela murió en el parto. Fue algo terrible, imagínate. Era una mujer joven, ya tenía dos hijos más y con el último hubo complicaciones. El bisabuelo se encontró solo con tres hijos, uno de ellos un bebé. ¿Qué pudieron sentir estas cuatro personas? Que no era algo justo, que la gente buena y joven no debería morir, que si se pudiera querrían que ella regresara, que tener hijos es peligroso, que los niños se quedan sin madre, que la vida es dura, que la muerte puede ocurrir en cualquier momento sin darte cuenta…

Es una información con un impacto emocional gigante, con lo cual la memoria es igual de grande, por eso pasará de generación en generación. Quizás entre los bisnietos haya alguno que no pueda tener hijos (su inconsciente le está salvando la vida, ya que podría morir en el parto), otros que ni querrán tener pareja (aunque lo deseen a nivel consciente, su inconsciente sabe que eso podría llevar finalmente a tener hijos y, como los hijos se quedan sin padres, alguien podría morir trágicamente) y también puede que alguno tenga descendencia, aunque eso le genere pensamientos funestos que no sabe de dónde pueden provenir.

El inconsciente es mucho más poderoso que el consciente SIEMPRE. Por tanto, por más que la mayoría, conscientemente, quiera tener una buena relación de pareja, un trabajo que le guste, ganar más que el salario mínimo y otras cosas absolutamente lógicas, puede que su vida no sea así y no sepa qué está pasando. Para eso hacemos el árbol, para ver si estamos repitiendo a nivel inconsciente algún patrón familiar. Una vez llevado al consciente es más sencillo de liberar.

Cuando en terapia sugiero a mis clientes que comiencen a hacer su árbol genealógico la contestación suele ser más o menos la misma:

Yo: “Creo que comprenderíamos mucho más de lo que ocurre si hicieras tu árbol genealógico”.

Cliente: “Pero ¿hasta dónde?”.

Yo: “Cuanto más arriba mejor, más información. De forma ideal cuatro o cinco generaciones”.

Cliente: “¿Tanto? ¡Eso es imposible! Mi familia no se acordará de esos datos”.

Yo: “Hay registros públicos, te cuento los datos que vamos a buscar y cómo hacerlo”.

Entonces les hago un listado de los datos e historias de los miembros del clan que pueden ser interesantes:

  • Fechas de nacimiento, defunción y día del santo (si es que proceden de un entorno católico o la familia creció en un país católico como es el nuestro).
  • Nombres completos: No sólo el primer nombre o el diminutivo, el nombre tal y como aparece en su partida de nacimiento.
  • Temática sexual: violaciones, adulterios, prostitución, malformaciones, venéreas, tocamientos ilegítimos, incestos…
  • Temática de dinero: problemas con herencias, ruinas, profesiones a las que se dedicaban, aficiones en las que ocupaba su tiempo y recursos.
  • Muertes: prematuras, asesinatos, suicidios, abortos (provocados o no).
  • Otros datos de interés pueden ser si alguien estuvo en prisión, a quién se parece cada uno físicamente (especialmente el consultante), accidentes que pudieron tener en su vida, enfermedades mentales, adopciones (hijos adoptados y dados en adopción), la posición de hermano que ocupa cada uno (contando abortos y muertes infantiles), secretos que puede haber en la familia (desvelados o sospechados).

Lo ideal sería tener todos estos datos, si no se consiguen no pasa nada, pero cuanta más información tengamos y más exacta sea más podremos entender.

¿De dónde sacar esta información?

1. Pregunta a tus familiares y ve anotando lo que te cuenten en un cuaderno, que te cuenten las historias que recuerden, los dramas, las curiosidades, el carácter de los ancestros, con quién se llevaban mejor y peor…

2. Entra en la web del Ministerio de Justicia y solicita las partidas de nacimiento y defunción de las que tengas datos suficientes (fecha y lugar de nacimiento y muerte, y nombre de la persona). Esto es para familiares nacidos en España, en cada país puede variar.

3. Si ya no tienes más datos de los ancestros más lejanos aprovecha para pedir el Padrón (se solicita en los Archivos municipales). Pongamos por ejemplo que tu abuelo nació el 15-2-1914 y que no tienes datos de tus bisabuelos. Como ya tendrás la partida de nacimiento de tu abuelo, donde consta dirección exacta de dónde nació (normalmente era en su casa), puedes solicitar el Padrón anterior y posterior a su nacimiento. Es decir, solicitarás el Padrón de 1910 y 1915. Allí hay un listado de todas las personas que vivían en esa casa en ese momento con su nombre completo, fecha y lugar de nacimiento. Al tenerlo puedes volver a la web del Ministerio de Justicia y solicitar sus partidas. Si es un pueblo pequeño llama directamente al Ayuntamiento, en general están muy dispuestos a ayudar y suelen ser muy amables.

4. Como último recurso hay una web que tiene archivos digitalizados bastante antiguos de acceso directo y de diferentes partes del mundo. Se llama Family search este es el enlace http://familysearch.org Entra y ve haciendo búsquedas con los nombres de tus antepasados más lejanos, o con su apellido y lugar de residencia. A veces uno encuentra datos la mar de interesantes.

Es curioso porque cuando empezamos a indagar, muchas veces los familiares dejan caer datos valiosos que nunca antes habían mencionado o alguien se pone en contacto con nosotros y hace un comentario que nos da una pista, como si el árbol estuviera deseando que la información llegara a la persona.

¡Ánimo y paciencia! Si te animas a tomar el rol de investigador familiar verás que comprenderás mucho mejor tu vida y abrirás un camino de sanación que te agradecerán todos.

Raquel Rús
www.raquelrus.es
Profesora certificada de Eneagrama y EFT. Especialista en Psicología energética y Gestión emocional

raquelrus@hekay.es

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