Para muchos, la primavera no es la estación idílica que nos pintan los poetas románticos. Es más, cada vez es mayor el número de personas que “la temen”, por lo que su llegada anuncia.

En primer lugar, por la conocida como astenia primaveral, que de una forma u otra nos afecta a todos. Los días más largos, el cambio horario, el tiempo cambiante de un día para otro, incluso la gran diferencia de temperaturas entre la mañana y el medio día, todo ello confluye en este período del año, ocasionando diversos trastornos, desde los más leves como el cansancio, el insomnio, la irritabilidad, la apatía o la falta de energía, a los más preocupantes como la depresión leve, las alergias o la fatiga, que pueden impedir hacer una vida normal. Lo más importante, si nos identificamos con alguno de estos síntomas, es saber que la naturaleza, igual que contribuye a crear este cuadro, también nos proporciona remedios naturales muy eficaces.

Además, nosotros podemos participar en esta mejora, por ejemplo, adaptando nuestra alimentación a las necesidades del cuerpo en la nueva estación. Sería bueno seguir una dieta depurativa durante unos días, con el fin de desintoxicar el hígado, para minimizar los brotes alérgicos si padecemos alergias, tanto alimenticias como a los pólenes. Es recomendable beber agua libre de cloro, incorporar productos probióticos para mantener el equilibrio de la flora intestinal, consumir productos orgánicos, libres de pesticidas y sin aditivos químicos que la industria alimentaria usa prácticamente en todos los alimentos procesados y que son por sí mismos causantes de múltiples alergias.

Es, por tanto, un buen momento para eliminar de nuestros hábitos los alimentos procesados, los fritos, los dulces y las harinas refinadas, sustituyéndolos por alimentos frescos, a poder ser ecológicos, dando protagonismo a las frutas y verduras de temporada, consumidas crudas, en ensaladas o en batidos, para aprovechar al máximo sus vitaminas y fitonutrientes.

Además, la herboristería nos ofrece una amplia gama de productos para combatir esta astenia primaveral, como la jalea real fresca o liofilizada, pura o con ginseng o vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales.

La Rodhiola, por poner un ejemplo, es eficaz en primavera por su capacidad adaptógena, es decir, ayuda al organismo a adaptarse al estrés, combate la debilidad y mejora la concentración y la resistencia. Otro suplemento para tener en cuenta es el Magnesio, que relaja los bronquios y reduce la respuesta que inflama las mucosas y contrae las vías respiratorias. También es importante la Vitamina B6 que ayuda a disminuir la intensidad y la frecuencia de los ataques asmáticos. O la Perilla, indicada para las afecciones respiratorias y usada con éxito en las alergias primaverales.

La naturaleza está de tu parte. Déjate ayudar y disfruta de ella, aunque las golondrinas no hagan ya sus nidos en tu balcón… ¡Qué pena!

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