“Quien mira hacia afuera sueña, quien mira hacia dentro despierta” – Carl G. Jung
Tal vez el imperativo “Mejora tu vida” pueda sonar a una sugerencia explicita tipo: “busque, compare y si encuentra algo mejor cómprelo”. Tal vez esta invitación te haga soñar, pues el anhelo de mejorar nuestras vidas y llevarlas hacia un estado de mayor satisfacción, plenitud y felicidad es universal. O tal vez tu reacción destile algo de escepticismo o incluso melancolía al pensar en mejorar, mejorar, mejorar… un concepto que nos revuelve cuando nos sentimos estancados en un día a día lleno de compromisos o parece que estamos dando vueltas sobre lo mismo una y otra vez, sin encontrar la salida al laberinto vital.
Como bien dice el refrán: “el papel lo aguanta todo”. Por eso, se me ha ocurrido comenzar por mi historia y por el vívido recuerdo de cambio de muchos queridos alumnos, héroes y heroínas que han conseguido atravesar el umbral del duelo, el hábito y la inercia para volver a empezar a ser felices.
Como suelo decir habitualmente, a estas alturas del partido, peinando ya muchas canas, no me atrevo a afirmar que una técnica es mejor que otra de forma clara y contundente. La PNL llegó a mi vida en el momento justo, como si una sabia mano invisible manejara traviesamente los hilos. Un día cualquiera, en una peluquería leí una breve reseña: “PNL: el último hallazgo que revoluciona EEUU”. Aquello vibró en mi interior con tal fuerza que me embarqué en una intensa investigación para llegar a averiguar qué significaban estas 3 misteriosas siglas que jamás había escuchado. No, no me atrevo a afirmar que una técnica es mejor que otra de forma clara y contundente, y sí, siento que hay técnicas con las que sintonizamos mejor. ¿Por qué? puede que respondan interrogantes no resueltos hasta ese momento, puede que vibren en una sintonía afín a la nuestra o que expliquen los insondables misterios de la mente en un lenguaje que acaricie nuestra alma…
Hacía tiempo había aprendido que era muy importante cómo recordabas y juzgabas lo que te iba pasando y que es nuestra voz interior la que maneja nuestra felicidad y excelencia. Aceptar las cosas como se presentan y aceptarse a uno mismo con amor es el gran camino del cambio de todas las grandes tradiciones. Sin embargo, hasta que conocí la PNL nunca me había dado cuenta de hasta qué punto estamos programados y automatizados por nuestras creencias y recuerdos. ¡El cómo es tan importante como el qué! es decir, ¡la forma en que recordamos y pensamos es casi más importante que el contenido en sí! Acceder a un recuerdo que ha forjado creencias limitantes y cambiar aspectos de la imagen que nos ronda la cabeza, sustituir las palabras o tipo de voz que nos martillea por otras y disipar sensaciones que atenazan nuestro cuerpo marca la diferencia que hace la diferencia.
Descubrí que podía cambiar mi estado y no ser una víctima de él, que podía programar mi día y que formulando objetivos con una buena metodología las cosas resultaban más fáciles y fluidas. Gracias a la PNL aprendí que muchos de mis pensamientos habían sido construidos desde creencias inconscientes que habían limitado mi potencial y mi campo de acción. Os puedo asegurar que el permitirme pensar de otra forma y el aprender a formular adecuadamente mis objetivos, propósitos y deseos cambió mi vida, puesto que cambió mi forma de Ver, Oír, Sentir… Definitivamente la Vida era otra cosa…
Tenemos el poder de cambiar nuestro estado y no permitir que esté en manos de las circunstancias y/o de otras personas. La PNL me aportó una vía de auto conocimiento y auto regulación diaria. Me volví un ser curioso que observaba con atención cómo reaccionaba ante lo que sucedía y cómo podía aceptar o transformar aquello que me generaba fricción. Llevando a cabo la formación de PNL descubrí potentes técnicas que me ayudaron a superar mis limitaciones. Cada ejercicio generaba un hermoso momento en un tiempo sin tiempo, y poco a poco, fui aligerando mi mochila, volando cada vez más libre.
Creo profundamente en la ilimitada potencialidad del ser humano y su capacidad de dirigir su propio desarrollo tomando decisiones y aceptando responsabilidades con sentido profundo para sí mismo y para la sociedad, tal como dice la Psicología Transpersonal. También creo que la PNL es una herramienta muy válida para producir esas transformaciones. Además, hemos incorporado a nuestra formación las últimas novedades de las “neurociencias” para aumentar su potencia y eficacia. Es el momento de hacernos responsables del “cocktail” de sustancias que favorecemos con nuestros pensamientos y acciones. Los pensamientos amorosos o el deporte generan unos neurotransmisores, el juicio y el victimismo otros. Es hora de conocerlos y saber cómo se activa cada uno.
Hay un modo de enfocar el cambio que en PNL denominamos “enfoque generativo”: en lugar de buscar sólo lo que anda mal y arreglarlo trabajamos activamente para generar comportamientos, estados y actitudes que podrían enriquecer tu vida. Hoy sabemos que para poner en marcha esta forma de cambiar necesitamos generar entre otras cosas “dopamina”, la «hormona de la ilusión», principal encargada de que tengamos una actitud positiva. Permite que florezcan nuevas células nerviosas y que afloren las ganas de lograr objetivos futuros, independientemente de si se trata de unas vacaciones, un logro importante u otro tipo de meta.
Dijo Jonathan Swift: «La visión es el arte de hacer que las cosas invisibles puedan llegar a ser visibles». Hoy sabemos lo importante que es la visión de futuro para la evolución humana porque las neurociencias lo confirman. Por ello dedicamos un tiempo muy importante a generar objetivos estimulantes, a mejorar nuestra comunicación para poder trasmitir adecuadamente a los demás lo que queremos y, sobre todo, llevamos la atención a mejorar la comunicación con nosotros mismos porque si tu diálogo interno está en manos de un “saboteador” va a ser más difícil que se materialicen los cambios deseados.
No son necesarios momentos grandiosos para que se produzca un impacto químico positivo en el cerebro. Existen gran cantidad de pequeñas situaciones del día a día a las que prestamos atención que repercuten favorablemente en la salud. Por ello, hemos de aprender a recuperar recuerdos, convertirlos en recursos positivos y anclarlos para que nos motiven en lugar de ocupar nuestro pensamiento con negatividad y reproches. Es posible aprender a generar emociones nutritivas y encauzar las antiguas que pueden bloquear nuestros sueños, podemos debilitar las creencias limitantes y activar nuevas creencias. Todo esto nos ayudará a modificar nuestros hábitos físicos, mentales y emocionales para hacer un “cambio de historia”, una poderosa técnica de la PNL, que puede modificar nuestra forma de Ser y Estar en la vida.
Desde hace 30 años la PNL viene forjando la base fundamental de mi trabajo interior y continúa ayudándome día a día como persona y profesional a acercarme hacia lo que quiero y a alejarme de lo que no quiero. Desde entonces y curso tras curso, no he dejado de aprender sobre mí, sobre nosotros, y sobre todo, no he dejado de sorprenderme de la inmensa belleza y creatividad depositada de forma particular en cada ser humano, del increíble potencial que tenemos dentro, replegado y a la espera de ser convocado.
Hoy sé que la PNL no te puede cambiar la vida, pero estoy seguro de que “tu vida puede mejorar utilizando la PNL”.
Recuerda, si lo intentas… quizás, si no… jamás. Y si quieres intentarlo puedes contar con nosotros.
Gustavo Bertolotto
Instituto Potencial Humano
www.institutopotencialhumano.com