Las máscaras del ego

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Las máscaras del ego

“Más conocimiento, menos ego; Menos conocimiento, más ego”
-Albert Einstein-

Si bien el ego proviene del latín y significa “yo” se ha ido adaptando para designar la conciencia del hombre, entendiéndola como la capacidad que tiene para percibir la realidad, aunque el vocabulario coloquial lo designa como el exceso de valoración que alguien tiene de sí mismo, es sinónimo de arrogancia, presunción o soberbia y en estos casos decimos que la visión de la persona se distorsiona y tiende a engrandecer su propia figura siendo poco fiel a la realidad. Pero más allá de esas definiciones el ego obedece a la subjetividad de quien lo vive ensalzando valores que no siempre están presentes, el ego personal va a tener esa función de influenciar en las decisiones que tomamos, llevándonos a la acción. A pesar de las diferentes definiciones que podemos ir encontrando de este, la realidad es que tener ego acaba significando que las personas necesitan de la aprobación de los demás así como su reconocimiento social. Immanuel Kant entendió esto como una entidad donde se incluía cada representación mental que la persona llevaba a cabo, Freud dijo que era una representación de la realidad y de la razón indicando que es quien controla las pulsaciones del ello y quien intenta de algún modo u otro de satisfacer los deseos de estas pulsaciones del ello de un modo socialmente apropiado. Para Sartre era una parte más de la conciencia, aunque dentro de las visiones como el budismo y filosofías místicas se asocia a las vertientes más negativas y complejas del ego, siendo la fuente del sufrimiento, como dice Eckhart Tolle “a menudo vivimos apegados en exceso a nuestros pensamientos y nuestras necesidades y los códigos heredados de nuestra familia y sociedad dan forma a una dimensión falsa llamada ego”. En ese caso el concepto como ilusión, sería una fantasía que pretende situarse por encima de los demás. Pero más allá de eso las manifestaciones desde ego de una persona se van traduciendo en sus acciones, comportamientos, pensamientos, actitudes, percepciones, ideas, recuerdos, etc. es por ello que el este mundo actual se manifiesta una mezcla de exceso de mirada puesta en sí mismo, perdida del reconocimiento y noción del otro, mezclándola con otros sentimientos como la soberbia, el narcisismo, actitudes deterministas que perjudican las relaciones y convierten a la convivencia en algo casi imposible. 

Entendiendo lo que es el ego ¿podemos vivir sin él?, la respuesta es no, ya que este da sentido de identidad, organiza las ideas, percepciones del mundo y las experiencias, controlado y balanceado no es ni malo ni bueno en sí mismo, el límite está cuando se empieza a producir el sufrimiento. En si el ego es insaciable, por eso las personas suelen esforzarse al máximo para llevarlos a que reaccionen los demás como los egocéntricos. Por eso para saber si estas siendo dominado por el ego es importante hacer un autoanálisis, este distorsiona la realidad de la siguiente manera:

  1. No salir de la zona de confort: alguien que no arriesga y está en su zona constantemente, puede revelar una mala relación entre el ego y el ser. Se ve a sí mismo con muchas excusas para no cambiar algo en la vida solo por el miedo al fracaso. 
  2. Autoestima falsa: te ves a ti mismo diciendo cosas positivas de ti que no te las crees realmente, necesitando convencer a los demás de tus habilidades, recursos, logros y pidiendo que verbalicen esas cosas en ti. 
  3. La aprobación: el ego hace que uno sea un incansable buscador de la aprobación, de esta forma te sientes mal cuando no te refuerzan ni reconocen, esa necesidad constante de reconocimiento desgasta tu energía, ya que si no la recibes te sientes mal, triste, enfadado y te cuestionas. 
  4. Furia: sientes una presión interna, eres explosivo, reactivo, entras en negación: no hablas, no haces bromas, estas totalmente paralizado.
  5. Ira: cuando no nos importan los demás y lo catalogamos como “tontos”, nos comportamos de forma agresiva y a la defensiva, gritamos y tratamos mal a la otra persona.
  6. Critica: nos preocupa más como nos ve la gente, siempre estamos vigilando al otro y actuando de acuerdo a como actúa el otro. 
  7. Desconsiderados: casi siempre pretendemos estar ocupados o aparentarlo, solo importamos nosotros, abusamos del tiempo de los demás, solo buscamos a alguien cuando necesitamos de ellos.
  8. Distanciados: no compartimos con nadie, estamos totalmente distanciados, ignoramos al que necesita de nuestra ayuda, nos sentimos incómodos ante la presencia de los demás.
  9. Orgulloso: nos alabamos y decimos “lo hice yo solo”, “soy el mejor”, “soy más que el resto”, somos más dominantes y queremos ser el centro de atención. 
  10. Depresión: estamos en exceso introvertidos, tememos expresar nuestras ideas, tenemos baja autoestima y pensamientos negativos sobre nosotros mismos, somos auto destructivo, somos más empáticos con la tragedia y el papel de victimas queda muy bien. 
  11. Brusquedad: somos groseros, no tenemos cuidado, perdemos el tacto al hablar con los demás, lo disfrazamos con ser directos pero herimos los sentimientos, no hay filtro. 
  12. Tomar a otros sin aprecio: buscamos servirnos a nosotros primeros, nos quejamos de todo y no intentamos arreglar nada, estamos con el otro por lo que nos puede dar y podemos aprovechar.
  13. Envidia y venganza: nos sentimos mal por el éxito de los demás, no perdonamos, estamos constantemente reviviendo la herida, envidiamos lo que no nos atrevemos a intentar, queremos que al otro le vaya mal. 
  14. Deseo de controlar: no dejamos que los demás se desarrollen, estamos pendientes de todo, si las cosas no salen como queremos es porque están mal hechas, comentamos sobre lo que comen, visten, hacen, se relacionan, forma de pensar, etc.
  15. El Jamás: analizamos los EGOS y pensamos “yo no tengo ninguno” 

El ego lo podemos trabajar para que nos ayude en el camino de autodesarrollo personal reconociendo:

  • No te ofendas: todo lo que te ofende solo contribuye a debilitarte, la conducta de los demás no es la razón absoluta para quedarte inmóvil, si buscas ocasiones para sentirte ofendido la encontrarás en todos lados, es tu ego en plena acción convenciéndote mentalmente que el mundo no es como debería ser. Es por ello que debes convertirte en degustador de la vida y conectarte con la energía del creador, disfrutar la vida y vivir, estar presente. Recuerda que no puedes alcanzar la fuerza de la intención sintiéndote ofendido, ya que sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y finalmente la guerra. 
  • No siempre vas a ganar: al ego, siempre le ha gustado dividirnos entre ganadores y perdedores, empeñarse en ganar es un método infalible para evitar el contacto consciente con la intención ¿Pero es posible ganar todo el tiempo a costa de los demás?, siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte, por lo cual te volverás a sentir una y otra vez despreciable. Tú no eres tus victorias, puede ser que te guste la competición y que te diviertas en un mundo en el que ganar lo es todo, pero no tienes por qué estar allí con tus pensamientos. No existen los perdedores en un mundo en el que compartimos la misma fuente de energía, lo más que puedes decir es que en determinado día rendiste hasta un cierto nivel en comparación con el nivel de otras personas. Tú sigues siendo la presencia infinita en un cuerpo que es un día una década mayor. Olvídate de la necesidad de ganar no aceptando que lo opuesto de ganar es perder, finalmente ese es el miedo del ego. Adopta más un papel de observador, mira y disfrútalo todo sin necesidad de ganar un trofeo, vive en paz, correspóndete con la energía de la intención en tu vida notarás las victorias y los cambios. 
  • Quizás hoy no tienes la razón: cuando eres más hostil te has desconectado de la fuente, es por eso que el ego te empuja a hacer que los demás se equivoquen, recuerda que el espíritu es compasivo, bondadoso y sobretodo está libre de ira, resentimiento y amargura. Olvidarse de la necesidad de tener siempre la razón en las discusiones y las relaciones es decirle al ego “no soy tu esclavo”. Rechaza la necesidad de tener razón, afronta que no puedes saberlo todo y da las gracias a quien te lo hace ver porque estas aprendiendo. Cuando te olvidas de la necesidad de tener razón puedes ir fortaleciendo esa conexión la fuerza interior. Cuando estés en una discusión piensa por un momento ¿Quiero esto? ¿Quiero ser feliz o tener razón?
  • Nadie es superior a otro: la nobleza no tiene que ver con ser mejor que los demás, sino con ser mejor de lo que eras antes, céntrate en tu crecimiento personal con constancia de que no hay nadie mejor que otro en este planeta, todos emanamos de la misma energía del creador, todos tenemos una prueba y misión que cumplir, para algo estamos destinados en esta vida. Nada de esto es posible si te consideras mejor que otro, olvida la necesidad de ser superior, no valores a los demás basándote en su aspecto, logros o posesiones. Cuando proyectas sentimientos de superioridad eso es lo que te devuelven, te lleva al resentimiento y a sentir hostilidad. Estos sentimientos se convierten en una carencia que se ve en el otro y que es tuya. 
  • ¿Fama?: recuerda que la fama que tienes no está localizada en ti, sino en la mente de los demás y por lo tanto no ejerces ningún control sobre ella. Debes escuchar siempre lo que dicta tu corazón e intuición y actuar basándote en lo que tu voz interior te dice que es tu meta. Ya que si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir los demás, te abras desconectado de la fuente y dejarás que te guíen las opiniones de los demás. Así funciona el ego como una ilusión. Mantén tu propósito, deslígate de los resultados y acepta la responsabilidad de lo que reside en ti: tu carácter. Deja que otros discutan sobre tu fama, que no tiene nada que ver contigo. 
  • Se libre de tener más: el mantra del ego siempre es MÁS, por mucho que logres lo que deseas tu ego dirá que no es suficiente, te verás luchando constantemente y eliminarás la posibilidad de alcanzar tu menta, aunque ya la hayas alcanzado, cuando dejas de necesitar más parece que te llega más de lo que deseas, es porque estas desapegado a esa necesidad y te resulta más fácil transmitirla a los demás, porque te das cuenta de lo poco que necesitas para sentirte satisfecho y en paz. No te aferres a las creaciones egoístas de tu mente, deslígate de la necesidad del ego de tener más, al permitir que la abundancia fluya a ti y a través de ti estableces correspondencia con la fuente y aseguras que esa energía fluya correctamente.
  • Se libre de la necesidad de identificarte con tus logros: debes fijarte en todo y agradecer las capacidades que te han sido concedidas, la motivación para logar las cosas y atribuir ese merito a la fuerza de la intención personal que se manifiesta. Cuanto menos necesites atribuirte el mérito de tus logros más conectado estarás con las siete caras de la intención, más libre serás de conseguir cosas, que te surgirán con más frecuencia. 

Es por eso que es importante reconocer estas mascaras del ego para que comience tu verdadera sanación y puedas ser una persona autentica en todo momento, tener ego no es malo pero ¿Cuál es tu límite? ¿Con que mascara te identificas?

Nicolás Benedetti Ariza
Presidente Federación Iberoamericana de Reiki
Director Sociedad Chilena de Reiki
www.Federacioniberoamericanadereiki.com
www.Sociedadchilenadereiki.com

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