ENTREVISTA A MARÍA ELENA – WICCA Y SACERDOTISA DE LA SABIDURÍA CELTA

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María Elena, ¿Cómo te definirías dentro de este mundo tan complejo como es el de la videncia y los temas esotéricos?

Llevo tanto tiempo con ello y tantas experiencias, desde que nací, que me considero un poco sabia, por la sabiduría de los años y del conocimiento que he recibido a través de ella.

Me considero honesta y sencilla, hay veces que tener ese don me ha hecho sufrir mucho por el hecho de que me consideren diferentes a las demás personas, a veces no lo entiendo y me pregunto muchas veces ¿por qué yo? Pero mi experiencia es muy positiva, porque he ayudado a mucha gente, yo, con los de arriba, pero ha sido mucha gente la que ha sido ayudada por esa sabiduría y ese don que he recibido.

Las personas acuden a ti, pidiendo ayuda. ¿Por qué crees que acuden a ti?

Primero creo que acuden a mi por la sinceridad que me caracteriza, acuden a mí porque saben que en el 99 por ciento les he ayudado en lo que han necesitado. En segundo lugar, porque creo que las cosas que sé, están muy relacionados con el problema humano que estamos viviendo. Si nos remontamos años atrás, o siglos, veremos que la problemática siempre ha sido la misma y que el hombre necesita de cierta seguridad, y esa seguridad hay que darla dentro de nuestro interior, y en ese interior todos somos iguales, pero diferentes. A mi me gusta mucho trabajar el interior de las personas, desde el conocimiento, la sabiduría, el poder desarrollar todo lo que llevamos dentro, que es lo que nos hace interesantes por fuera y que por mí tienen un apoyo.

¿Es fácil tu vida diaria teniendo esos dones? ¿Y tu compromiso con los clientes?

Es fácil porque la quiero hacer fácil, es una vida muy sencilla. El compromiso con los clientes es total, porque yo siempre voy hablando claramente y le digo lo que me transmiten esas energías que me contactan, y los clientes, a veces, buscan cosas que no están al alcance del ser humano. Yo no soy Dios, pero creo que hasta ahora he ayudado a mucha gente.

Como has dicho, eres así desde tu nacimiento, ¿cómo fue tu infancia?

Una infancia muy bonita a nivel familiar, y una infancia un poco rara a nivel escolar. Yo iba a un colegio de monjas, y según me iban tratando se daban cuenta de que yo era una niña muy distinta y especial en mi trato con las compañeras. Terminaron llevándome a un psiquiatra, porque mis padres se preocuparon, hasta que alguien muy importante en el mundo paranormal de esa época les dijo que no se preocuparan, que lo que sucedía es que tenía muy desarrollada la videncia, que había que formarme y ayudarme en todo lo que se pudiera. Crecí bajo la libertad de hablar en mi casa de lo que fuera, mis padres se encargaron de que si yo debía ser distinta, pues que fuera lo mejor.

¿Cómo llegaste a trabajar con tus dones?

Empiezas con un amigo, sigues con otro, y te empiezan a conocer. A los trece años me fui sola a Irlanda donde conocí el mundo wicca, la vida celta, y comencé más en serio. En el 69 me hicieron wicca, prometí en la piedra de Tara que recorrería el mundo llevando siempre adelante la cultura celta. No lo he dejado nunca. Éramos un grupo muy grande y altruista, allí lo pasé muy bien, pero con el paso de los años fuimos perdiendo el contacto. Allí me introdujeron, no sólo en el tema de la videncia, sino en el tema de las culturas, de las energías y de cómo se desarrollaba la energía en nuestro interior, y que unos teníamos más desarrollada una parte de nuestra mente y otros no. Al ser vidente de nacimiento, tuve más facilidad de ponerme en contacto con toda esta gente que me facilitó la forma de ver la energía interior y exterior, eso que ahora llaman cuerpo alma y espíritu y ser. Para mí ese siempre ha sido mi lema, mi cultura.

¿Qué actividades tienes ahora en marcha?

Siempre tengo algo entre manos, ahora, lo que quiero es ampliar esas cosas que llevo tantos años haciendo, ampliándolo bajo el conocimiento de los años y de cómo evoluciona la vida, así tengo que ir evolucionando yo. En marcha, la videncia, creo que nunca la dejaré. Tengo mis clases de wicca, para un grupo muy selecto que debe tener aptitudes para ello. Mis clases de Energía, con las que llevo casi veinte años, con decenas de alumnos que se mantienen durante años, y a los que cada temporada les ofrezco algo nuevo y mejor. Tengo un programa en Televisión Castilla – La Mancha donde enseño lo que es el movimiento de las energías en tu hogar. También tengo un largo recorrido en emisoras de radio, donde llevo cuarenta años. En este momento tengo programas en Radio Tentación y en Radio Sol XXI.

Ahora me apetece mucho escribir, ha llegado el momento de expresar mis vivencias en un libro. Antes tenía menos experiencias, ahora tengo bastantes más. Me veo en la necesidad de escribir lo que siento, lo que vivo, dentro de unas páginas.

Estamos viviendo una expansión de la conciencia y “actualizando” nuestro contacto con el mundo espiritual, después de una gran temporada de distanciamiento, ¿Cómo estás viviendo este momento?

Veo que nos aproximamos al término de una etapa, una era que se va acabando y que comenzamos una etapa nueva, con mayor fuerza y conocimiento, con ganas de saber y evolucionando a un mundo mejor, tanto en la tecnología como en nuestro desarrollo interior. A veces hay que retroceder y recuperar los conocimientos ancestrales para reencaminar nuestra evolución.

¿Nos das esperanza para los tiempos que vienen?

Por supuesto. La esperanza es como la ilusión, que nunca se pierde. Hay que ir viviendo de una forma diferente. Dentro de quince o veinte años no nos podremos creer la situación de vida que tengamos. Nos pasará como hace cincuenta o sesenta años que estábamos con el brasero en casa, y ahora tenemos calefacción, y otros beneficios que entonces ni se nos ocurría que pudiéramos tener. ¿Por qué no vamos a tener esperanza? Todo lo contrario, estamos dando en muy pocos años un salto enorme en el saber y el conocimiento. Pero tenemos que adaptar nuestra mente a los nuevos tiempos, estar abiertos a lo que se nos avecina, que ya está aquí, y no quedarnos anclados en la antigua era. Tenemos la obligación de ir con los tiempos y abrir nuestra mente al conocimiento de nosotros mismos.

María Elena
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Telf. 91 431 48 44 – 610 417 989
mariaelena@magiacelta.net
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