Cuando descubras, en lo más profundo de tu corazón, que tu vida está llamada para hacer tus sueños realidad experimentarás una nueva sensación de ser en ti mismo. Ese maravilloso estado de sentirse llamado a cumplir con un propósito existencial facilitará enormemente tu manera de priorizar en tus decisiones.
Tu vida será plena y coherente cuando encuentres la debida congruencia entre lo que piensas y sientes con lo que haces. Los seres humanos necesitamos comportarnos de acuerdo a nuestras necesidades y deseos más profundos. Si por el contrario nos centramos en la realización de actividades que, al final acaban por obstaculizar nuestros sentimientos de realización, en la vida viviremos en una permanente sensación de conflicto interno y frustración.
Para ser la mejor versión de ti mismo has de tomar consciencia de las normas que te aplicas a ti y a los demás y de cómo las utilizas en tu vida cotidiana. Inmediatamente notarás una notable mejora en tu autoestima y te sentirás mucho más cómodo con tu forma de ser. Ya no te juzgarás tan agriamente como lo hacías antes y empezarás a liberarte de los conflictos que vivías contigo mismo. Podrás mirarte al espejo apreciando lo mucho que vales. Generarás más autoconfianza y afrontarás con más ilusión aquello que desees alcanzar para cumplir con tu propósito en la vida. Para dar sentido a tu vida.
Los valores nos permiten elegir con qué nos comprometemos en nuestra vida. Cuando no somos fieles a nuestros valores sentiremos que algo nos falta o que algo no va bien en nuestra vida. Sin los valores no somos nosotros mismos. Hacen referencia a aquellas creencias personales que tienes sobre lo que consideras justo o injusto, bueno o malo, correcto o incorrecto, lícito o ilícito.
Y tú, ¿qué haces para lograr aquello que verdaderamente necesitas? ¿Conoces esos valores que ya están en ti y que tanto pueden ayudarte a hacer tus sueños realidad? Y si tu respuesta es, no: ¿Cómo sería tu vida si descubrieras y aprendieras a utilizar todo el potencial que ya está instalado en tu corazón? Ya te anticipamos la respuesta: ¡¡Serías feliz!!
Los valores los has ido adquiriendo desde tu más tierna infancia. Los has aprendido de tu familia, escuela y entorno social. Y, por supuesto, varían a lo largo del tiempo según las experiencias que hayas vivido. Los valores orientan las tendencias de tus comportamientos y llegan a convertirse en tu firma existencial. Son la brújula que te orienta para ir en una dirección u otra según las circunstancias a las que te vayas enfrentando. ¿Y cómo es tu vida cuando haces aquello que intuyes como correcto y ético? ¿Verdad que la respuesta te produce un inmediato sentimiento de satisfacción?
También es importante considerar que muchas personas creen que los valores han de manifestarse en las relaciones hacia los demás y por ello descuidan utilizar los valores para sí mismas. Cuando las personas dicen que uno de sus valores principales es “ayudar” o “amar”, en pocas ocasiones responden satisfactoriamente a preguntas del tipo: ¿Y tú cómo te ayudas a ti mismo? ¿Sabes amarte a ti mismo? El cómo utilices tus valores en relación con lo más íntimo de tu ser será de máxima importancia para que cumplas el logro de hacer tus sueños realidad. ¿Comprendes ahora lo importante de descubrir qué es aquello tan importante que ya hay en el rincón más bonito de tu corazón?
¿Te apetece que empecemos a descubrir cuáles son tus principales valores? Vamos con ello. Lo primero es enmarcar contextualmente los valores que deseas descubrir. No es lo mismo centrarse en el trabajo que en la familia o en la salud. No obstante, es cierto que un mismo valor puede asociarse tanto a una faceta de nuestra vida como a otra. Por ejemplo, “ayudar” es un valor que lo puedes poner en juego tanto en el trabajo como en las relaciones sociales. En otros casos no será tan fácil. Es el caso de “alto sentido de la responsabilidad”, que es un valor muy útil en el trabajo y no tanto en el ocio o diversión.
Primero, vamos a empezar con una aproximación general para averiguar cuáles son tus valores de una manera global y a continuación podrás centrarte en aspectos más concretos referidos al trabajo, dinero, salud, familia, amor, crecimiento personal, ocio, amistades, relaciones sociales, entorno y hábitat.
Preguntas iniciales:
- ¿Qué es importante para ti?
- ¿Qué cosas te preocupan?
- ¿Qué deseas para que tu vida sea plena?
Experiencias extraordinarias:
- ¿Cuándo has sentido que tu vida era plena, rica, pletórica? Elige por lo menos tres experiencias.
- ¿Qué fue lo más importante de aquellas experiencias?
- ¿Qué es aquello que te resultó tan inspirador?
- ¿Qué beneficios te aportaban?
- ¿Qué valores estabas honrando en cada una de esas experiencias?
- ¿Qué te saca de quicio, te enfada o te frustra? Piensa en situaciones concretas.
- ¿Qué valores son violados en esas situaciones?
Recorrido por la infancia:
- ¿Cuál es la historia, película o cuento preferido de tu infancia? En torno a los 6 -7 años. Si no lo recuerdas ve subiendo de edad.
- ¿Cuáles eran tus personajes favoritos?
- ¿Qué crees que admirabas en ellos?
- ¿Qué aprendizaje crees que recibiste de estas historias?
- ¿Qué valores destacarías de tus personajes favoritos de estas historias?
Ahora repasa detenidamente tus respuestas, modifícalas siempre que lo consideres oportuno y elabora un listado con los valores éticos que hayas descubierto. ¡¡Tus Valores!!
Víctor Ramos Ibarra
Master en Coaching Personal con Certificación Internacional
Director de Formación Coaching Online
www.formacioncoachingonline.com