Naturaleza interior y Biosfera

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Desde los orígenes, hemos admirado, respetado e incluso adorado la Naturaleza. Las tribus más antiguas, los pueblos más primitivos le demostraron su devoción y respeto a través de los siglos. Todas las culturas que han vivido sobre nuestro bello planeta han reconocido a la Naturaleza como “nuestra madre” y a la Tierra como “nuestro hogar”.

Ya, en Grecia, la primera gran religión fue la adoración de la “Gran Diosa Madre”, que también en el Imperio Romano fue claramente identificada con la Naturaleza. Ella era la madre nutricia; la proveedora de recursos tangibles e intangibles que hacen posible nuestra existencia. Hasta la Era Moderna, mitos, leyendas y teorías diversas, con cientos de miles de años, han reconocido el papel “maternal” que la Naturaleza ejerce sobre nosotros. Todo lo que somos, usamos o tenemos proviene de ella. En la actualidad, James Lovelock (eminente científico estadounidense), con su hipótesis «Gaia»,  considera la Naturaleza de nuestro planeta como un ser vivo que se autorregula incesantemente.

Aún a pesar de todos estos razonamientos y verdades históricas, la realidad hoy es que nos encontramos ante la mayor y más peligrosa crisis ambiental que jamás haya conocido la Tierra. Las aberraciones y abusos que hemos cometido y seguimos perpetrando contra «nuestra madre Naturaleza» están a punto de extinguirnos como raza, aunque el planeta siga existiendo como masa estelar. Algo así como el perro que se sacude las pulgas que le molestan y mortifican.

De acuerdo con Joaquín Araújo, destacado periodista, escritor y premio Nacional de Medioambiente, tenemos la oportunidad de reconocer que “La crisis ambiental es una crisis Humanística. Un correcto humanista no puede destruir la Naturaleza, un enamorado del ser humano es un enamorado de la vida y un verdadero humanista es un ecologista», dice Araujo. En cambio una y otra vez desoímos estas sabias voces que nos alertan.

La desmesurada aplicación del desarrollo tecnológico y científico (aún reconociendo sus innegables ventajas), junto con la irresponsable carrera por el consumismo, extendido como la más feroz de las epidemias, han llevado a la Naturaleza al borde del desequilibrio y, por tanto, de la destrucción. El ser humano, como implacable depredador, parece haberse levantado contra Ella, certificando así nuestra propia locura. Es la primera vez en la Historia (que tengamos constancia) que la Humanidad ha degradado el medioambiente de una manera tan sistemática.

Es temible observar cómo nuestro sistema de vida actual en los países “industrializados” se cimenta en una peligrosa paradoja: pretendemos solucionar los problemas agravándolos. Continuamente lamentamos la contaminación pero no renunciamos al uso de lejías, disolventes, pesticidas…, nos preocupa el “efecto invernadero” pero seguimos fabricando más y más coches…, en otras palabras…: lamentamos todo aquello que nosotros mismos provocamos. La Humanidad, con su distorsionado sentido de continuidad y propósito, persigue desesperadamente la propia satisfacción material, confundiendo, arriesgadamente, las prioridades.

Sin duda, la prioridad es desarrollar la voluntad evolutiva; recuperar la capacidad de asombro ante lo “habitual”, cercano e íntimo.  Y ¿qué cosa puede haber más íntima que nuestro propio Ser, nuestra verdadera esencia? Eso es lo prioritario. En cambio, no validamos lo importante. Continuamente nos separamos de nuestra autenticidad. Así, podríamos encontrar el origen  de la desidia y el desprecio humano por la Naturaleza en el desconocimiento y la falta de interés por la nuestra propia. La naturaleza humana, auténtica energía de base; nuestro auténtico hogar interior, está deshabitado y yermo.

Después de 30 años de profesión, la psicóloga Raquel Torrent ha creado un método psicoterapéutico y evolutivo: POSITIONING, para recordarnos cómo «habitar» esa casa interna con conciencia. Sólo así podremos transformarla en el hogar interior que nos nutre y nos alienta para continuar nuestra aventura humana. Los padres nos dieron los cimientos de una casa metafórica, que hemos ido construyendo habitación por habitación. La pregunta es ¿hemos sabido, hacerla un hogar? POSITIONING nos enseña a hacerlo a través de los diversos símbolos transpersonales, tanto filosóficos, como terapéuticos, para cada habitación interior que representa un área de nuestra vida. Es este encuentro con la naturaleza íntima, el que puede devolvernos el arrobamiento sagrado por la Bondad, el deseo de cuidar la Verdad, y el amor por la Belleza de la Naturaleza. Nosotros sufrimos porque la Naturaleza sufre, y Ella sufre por nuestra inconsciencia.. Hasta que no comprendamos esta profunda relación entre la Biosfera y nuestra propia intimidad, no podremos parar este sufrimiento. Es, por tanto, nuestra  responsabilidad regresar al equilibrio ecológico interno y externo..

El ecologista brasileño Chicho Méndez (asesinado en 1988 defendiendo la selva amazónica) nos enseña, en una sola frase, todo su ejemplar proceso de autoconcienciación, al respecto: “ Al principio creí que luchaba para salvar los árboles del caucho; luego creí que luchaba por salvar la selva amazónica; ahora me he dado cuenta de que estoy luchando por la Humanidad”.

¡¡¡Cuesta creer que el ser humano, generador de innumerables y emocionantes obras de arte, sea capaz también de tanto desprecio, descuido y desatención, para con los árboles, las plantas, las montañas, los ríos, los animales y los propios seres humanos que ella misma potencia ¡¡¡

Si nos impresiona la contemplación de “Los girasoles” de Van Gogh, si nuestra sensibilidad se exalta ante el “David” de Miguel Ángel o “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci… ¿Qué falla en nuestra civilización para que la humanidad ataque salvajemente las maravillas que ha esculpido, tallado y conservado nuestra Madre Naturaleza?.

El respeto por el entorno natural, la defensa de los bosques y su reforestación, el fin de la tortura, la experimentación y la incontrolada explotación de los animales con la consecuente pérdida de biodiversidad, el freno al excesivo consumo de recursos naturales y energéticos, etc. son hoy día una urgente necesidad. Si no acabamos con este desatino nuestro futuro es muy incierto e internamente iremos sintiéndonos cada vez peor; más vacios, con menos significado, más apagados. Actualmente, el precio de nuestro desarrollo material lo está pagando la Naturaleza y esto nos lleva a una inquietante consecuencia: si nuestro hermoso planeta es el hogar de la humanidad, si la Naturaleza es la matriz donde se gesta todo ser viviente, si es aquí, en la Tierra, donde se fabrica la vida… ¿Qué será de nosotros cuando, desequilibrándola, la hayamos destruido?. Y al revés si nuestro hogar interior está tan sucio, deshabitado y oscuro ¿cómo vamos a sentir el grito de dolor de Gaia, si ni siquiera escuchamos el nuestro propio?

Se impone un profundo cambio. Ha llegado la hora de aceptar la estrecha relación entre lo interior y lo exterior; la hora de establecer y actuar desde el compromiso con la vida que bulle en nosotros y a nuestro alrededor.  Sólo así podremos acabar con este “viaje sin retorno” que representa el deterioro de nuestro hábitat interno y externo. Respetar la Naturaleza, es una cuestión de sentido común: Usémoslo, porque su deterioro es el nuestro!.

Raquel Torrent
Psicóloga Colegiada
Autora del libro: POSITIONING – El Arte de «Habitarse» a Uno Mismo.
Terapeuta Integral ONLINE, Consultora Transpersonal & Coach
www.raqueltorrent.es
raqueltorrent@raqueltorrent.es

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