El Despertar Interior del Reflexólogo

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«Aquel que quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a sí mismo». Sócrates

Sé que tu mayor deseo es convertirte en terapeuta reflexólogo y seguro que intuyes que te queda un largo camino para conseguirlo. Permíteme decirte que todavía hay algo muy importante sobre lo que quizá no has reflexionado lo suficiente: tú mismo. «¿Y por qué?», me contestarás. «Lo más importante es que yo esté bien formado y tenga una buena base teórica y práctica para así poder tratar a las personas que lo necesiten. Al fin y al cabo tengo que centrarme en los demás, que son a quienes voy a curar». Y tienes razón… aunque sólo en parte.

Lo primero que debes tener en cuenta es que nadie nos enferma ni nadie nos cura, son nuestros propios miedos, nuestras propias emociones y nuestra forma de vivir aquello que nos pasa en la vida los que hacen que enfermemos. Y del mismo modo, son nuestros cambios internos los que nos ayudan a mejorar, e incluso, en algunos casos, hasta a superar enfermedades que, desde el punto de vista de la medicina convencional, eran incurables.

Es imposible ser un buen terapeuta si no has hecho un completo y transformador trabajo personal de autoconocimiento y curación. Sólo así podrás empezar a realizar tratamientos a los demás y a ayudarles de verdad.

Ser terapeuta también consiste en aceptar esa dualidad inherente a todo lo que nos rodea, desde lo más pequeño a lo más grande, y por supuesto que forma parte de nosotros. Salud y enfermedad no son opuestos, sino que conforman dos caras de la misma realidad. Esta es una gran enseñanza que deberás hacer tuya al convertirte en terapeuta. Por otro lado, no siempre podrás ayudar a sanar a tus pacientes, a veces tendrás que aprender a acompañarles en su proceso de enfermedad, que incluso podrá desembocar en la muerte. Esta forma de entender la terapia, y también la vida, responde a la máxima gestáltica: «No empujes el río, el río fluye solo».

La importancia del despertar interior del Reflexólogo

En artículos anteriores te he hablado sobre lo qué debes buscar a la hora de recibir una formación adecuada para llegar a ser terapeuta y reflexólogo podal integral, y sobre los aspectos técnicos de esa decisión; en este artículo, en cambio, me gustaría profundizar en algo mucho más íntimo y personal, e igual de importante, que es el trabajo que tendrás que desarrollar en tu propia persona, el cambio interior que tendrás que afrontar en tu existencia, tus paradigmas, tus hábitos y pensamientos. 

El cambio personal lo cambia todo

Para llegar a ser un gran terapeuta, ese en el que deseas convertirte, tienes que llevar a cabo un largo camino de exploración y crecimiento personal profundo que hará que realmente sientas y notes, desde la vivencia personal, los tratamientos y principios de vida que aplicarás en tus futuros pacientes. Esto tiene que ver con experimentar en la propia piel esa filosofía de vida que vas a ayudar a adquirir a tus pacientes, para que sean ellos mismos los que se sanen.

Sin realizar esos cambios profundos en tu vida, podrás proporcionar tratamientos de Reflexología, pero nunca serás un Reflexólogo Integral ni una persona que realmente pueda ayudar a sus pacientes a cambiar sus vidas acompañándoles en sus procesos de enfermedad-curación.

¿Cómo es una buena formación?

La base sobre la que deberás desarrollar todo este cambio y aprendizaje es una adecuada formación, que te ofrezca las suficientes horas teóricas con formadores Reflexólogos profesionales y, lo más importante, que también te proporcione la oportunidad de hacer suficientes horas de prácticas con pacientes reales. Según tus necesidades y preferencias podrás optar por una formación más básica o especializarte escogiendo alguna más completa. Es el mismo sistema que se sigue en las carreras universitarias en las que: cursando el primer ciclo se obtiene un título de grado, y realizando el segundo y el tercer ciclo se obtiene un título de máster y el doctorado.

¿Por qué necesitas un mentor?

La Reflexología Podal Integral es una profesión que requiere de una formación humanística, y que necesita, en primer lugar, muchas horas de prácticas reales con pacientes, y en segundo lugar un intenso y profundo trabajo personal. El hecho de que sea un trabajo «íntimo» no implica obligatoriamente que estés completamente solo. Lo mejor es que busques la ayuda de un mentor. Esta persona será tu bastón, tu compañero, tu apoyo, «un entrenador personal del alma» que te acompañará en el camino que has emprendido. Y, por supuesto, para ejercer de mentor no vale cualquier persona. Es un puesto de alta responsabilidad e importancia que sólo puede ser desempeñado por un profesional con una amplísima experiencia didáctica y  terapéutica, así como un experto y una autoridad en los temas que mentoriza; sólo así podrá ayudarte realmente a que logres tu objetivo.

Cambiar yo para que cambie el mundo

La idea contenida en esta frase (que también es el título de un cuento de filosofía sufí) es de vital importancia, y sobre ella gira todo lo que te estoy contando en este artículo. Lo que quiere decir es que tú necesitas cambiar y evolucionar como persona, y ese cambio interno desencadenará y será el motor del cambio externo. Tanto en tus seres queridos o tus pacientes, como en el mundo en general, moverás y estarás trabajando con una energía más armónica, sana y equilibrada.

Qué aspectos tendré que cambiar en mi vida

Hasta ahora sólo te he hablado en rasgos generales del cambio interior y la transformación que debes llevar a cabo en tu propia vida para llegar a convertirte en un terapeuta íntegro, aun así puede que aún te encuentres un poco perdido y que necesites concretar esta idea. Te dejo unos sencillos ejercicios para que comiences a entrenarte realizando pequeñas tareas para que puedas lograrlo:

  1. El Poder del Universo (afirmaciones transformadoras):
  • Cuando deseas algo y piensas continuamente en ello, ¿tus emociones y sentimientos se corresponden con esa creencia? De no ser así, no tendrás dentro de ti poder suficiente para manifestar físicamente lo que quieres en tu vida. Aquello que quieres y que deseas para tu vida, has de sentirlo.
  • La importancia de sentirte en paz. Una vez has pedido lo que quieres y empiezas a ver cambios en tu vida, aunque sean más lentos o algo diferentes a lo que te habías imaginado, debes estar en paz y sentirte bien con ellos. Esta emoción implica una energía armónica que atraerá lo que estás buscando más fácilmente. Cuando te sientes bien, entras en la frecuencia de recibir, de que te lleguen todas las cosas buenas que has pedido. Sitúate, desde el corazón, en la frecuencia de sentirte bien y de recibir. Para ello puedes ayudarte diciendo en voz alta: «Ahora ya estoy recibiendo todo lo bueno que quiero que haya en mi vida… Y siéntelo como si ya lo hubieras recibido.
  1. Concentración:
  • Siéntate en algún lugar tranquilo y trata de concéntrate en tu respiración. Conforme vas inhalando y exhalando cuenta tus respiraciones empezando por el uno y llegando hasta el diez. A continuación cuenta a la inversa, del diez al uno. Si ves que aparecen en tu mente pensamientos ajenos al simple hecho de respirar no los retengas, déjalos fluir, que entren y salgan de tu mente sin perturbarte, y empieza de nuevo la cuenta… ¡a ver cuántas rondas logras sin detenerte!
  1. La palabra «Gracias»
  • Esta palabra es mágica, encierra en su interior un poder y profundidad inimaginables: traspasa todas las barreras culturales, geográficas y religiosas, es reconocida y aceptada por cada uno de nosotros y, si sabemos utilizarla adecuadamente en nuestra vida, puede brindarnos enormes beneficios en todos los aspectos. La vibración de la palabra «gracias» es tremendamente poderosa. Agradecer cada instante que vivimos emite y atrae frecuencias de sanación y prosperidad a nuestra vida. La gratitud constante desde la palabra, el cuerpo, el pensamiento y las emociones, cambia la energía propia y la del entorno que te rodea.
  • Durante 10 días seguidos escribe 5 motivos por los cuales dar las gracias al universo y el porqué de ese agradecimiento. A continuación te dejo algunos ejemplos:

– Doy gracias al universo por mi capacidad de organización ya que esta me es muy útil en mi trabajo.
– Doy gracias al universo por………………… ya que me es útil ………………..

Ir a la raíz de las cosas

Aunque la transformación que tienes que llevar a cabo es una transformación interna que solo tú puedes realizar, contarás con ayuda para conseguir tu meta. Una formación integral, junto con el mentor adecuado, será la llave que te abrirá las puertas a ese cambio interno que tienes que llevar a cabo por ti mismo. Es un cambio profundo en tu forma de relacionarte con el mundo, y será un trampolín que te ayudará a ir a la raíz de las cosas en lugar de quedarte en lo externo, en la primera capa y en los síntomas, tanto de las vivencias cotidianas como de las enfermedades.

Cómo llegar a transmitir energía al paciente para que pueda sanarse

Una terapia holística pone el foco en el ser humano como un ente integral y trabaja su parte física, psíquica, energética, emocional y mental como un todo en vez de como partes separadas diferentes unas de otras.

La transformación y el crecimiento personal que estarás llevando a cabo te ayudarán a aprender, a sentir y a notar la energía en tus manos para poder aplicarla de forma curativa en los tratamientos que pongas en práctica con tus pacientes y, lo más importante, para despertar su potencial de autocuración, ese potencial que cada uno de nosotros llevamos dentro.

La Reflexología y su relación con el planeta Tierra: una lectura simbólica

En la entrevista que me hizo Belén Fernández Bernardo para esta misma revista (Universo Holístico) en el 2011. Ella me preguntó por qué yo creía que la Reflexología estaba teniendo tanto auge en los últimos años. Mi respuesta contesta perfectamente a la cuestión planteada en este epígrafe, y por eso creo que es pertinente reproducirla literalmente. «Estamos en la Tierra y es importante tomar consciencia de las dos polaridades: cielo y tierra y, desde el centro energético del corazón y los brazos, ser consciente de cómo abrazas la vida y al otro. Simbólicamente, enseñar los pies es como denudarse en cuerpo y alma; que alguien me muestre sus pies, para mí los trasciende. Son una parte íntima, venerable que nos pone en contacto directo con la tierra, de la que tanto nos hemos apartado debido al asfalto, al calzado o al pudor de tocar los pies. Todo eso nos desconecta de nuestras raíces. Es contradictorio, porque aunque estas barreras sean las que aparentemente nos protegen, en realidad nos aíslan de la naturaleza, de la esencia de los pies y del contacto auténtico con otros seres humanos. La razón pudiera ser que en este mundo, en el que la información y las ideas han tomado tanto protagonismo, ha llegado el momento de tomar tierra y ser más conscientes de esta polaridad.

«Cuando tengo los pies de una persona entre mis manos, tengo la completa sensación de estar abrazando el alma de ese ser humano al que estoy tocando».
Isabel Pérez Broncano

Isabel Pérez Broncano
Creadora del Método Ranvvai de Reflexología Podal Integral
Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral
www.reflexologiaranvvai.es/UH

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