En un lugar muy, muy cercano, quizá más cerca de lo que imaginas, había una vez un héroe (o una heroína), alguien tan especial como tú o como yo, que tenía una misión: convertirse en un magnífico terapeuta. Y para lograr que su sueño se hiciera realidad, tenía que ser valiente y tener las cosas claras; debía aprender a seguir su intuición e informarse bien para así poder elegir la Escuela y la formación perfectas para sus necesidades. Si quieres acompañarle en su viaje sigue leyendo el artículo.
Yo también hice ese viaje, te cuento mi experiencia
Si te parece bien, vamos a volver al cuento. Nuestro «héroe» sabía que tenía entre manos una alta misión. Toda su vida había querido ayudar a otras personas a encontrar el camino de la sanación y estaba dispuesto a pasar las pruebas y a tomar las decisiones necesarias para lograrlo.
Los obstáculos que se encontraba no le amedrentaban, más bien le servían para hacer crecer su determinación y lograr ver realizada su misión, sabiendo que las pruebas y dificultades del camino son variadas:
- La primera es querer ser reflexólogo y poner en práctica una terapia complementaria en una sociedad anestesiada, que busca la curación rápida y que, en general, no está dispuesta a ver la salud como algo integral y a ir a las causas y orígenes de las enfermedades más allá de sus síntomas. El ser conscientes de este hecho puede desanimarnos y echarnos para atrás al pensar que, nuestra práctica, no va a tener mucho eco y no vamos a encontrar suficientes pacientes que quieran tratarse con una terapia no agresiva y holística como es la Reflexología Podal Integral.
Sin embargo, la conclusión tiene que ser justo la contraria. Cada una de las personas que siga la llamada de su corazón y se forme como terapeuta, será uno de los pilares que estará ayudando a construir una sociedad más armónica y con personas más conscientes y sanas en comunión consígo mismas y con el planeta en el que habitan. Además, si aún tienes dudas, debes saber que esta época en la que nos ha tocado vivir es el comienzo de un despertar de conciencia a nivel planetario, y el cambio de paradigma de la salud es una de las bases de ese despertar. Así que, si realmente deseas ser terapeuta, esta no debe ser una razón que eche para atrás tu vocación.
- La segunda dificultad más que reflejarse en lo exterior, tiene que ver con el interior de uno mismo. Son los propios miedos e inseguridades sobre tu profesión o el camino que deseas seguir, y que tu cerebro analítico y racional se encargará de potenciar cuando tengas que tomar una decisión importante en tu vida. En otros artículos ya he hablado más en profundidad de este tema, por lo que aquí sólo me gustaría apuntar que es importante encontrar un equilibrio entre esa parte racional y la parte intuitiva. Esta última está más conectada con la misión vital, los deseos y todo aquello que en occidente dejamos de lado. Por eso te animo a que no te dejes vencer por el miedo y sigas la llamada de tu corazón.
- Y por último, cuando ya hayas tomado la decisión de formarte como Reflexólogo, aparecerá la dificultad de dónde hacerlo. Esta no es una cuestión banal, ya que determinará el éxito o fracaso de nuestra empresa, esa decisión que tanto nos ha costado tomar.
Una vez vayas superando los obstáculos y tomando las decisiones adecuadas, podrás empezar a llevar a la práctica tu verdadera vocación. Esta es una historia de héroes, miedos, obstáculos y pruebas a superar, pero también de valor, superación y grandes satisfacciones. Nadie dijo que fuera fácil, pero lo que te espera al final del camino compensará con creces todas las dificultades.
¡Cuando comencé a ser terapeuta, era una soñadora idealista! Pero con tesón y tomando las decisiones adecuadas, logré cumplir ese sueño que al principio sólo me parecía un cuento de hadas imposible de hacer realidad.
El terapeuta ante su primer paciente: retos y satisfacciones
El primer paciente con una patología seria que tratemos como terapeutas nos marcará, tanto profesionalmente como personalmente. Ayudar a esa persona a recuperar la salud será como sacar de la roca nuestra espada de Camelot particular. Después de la larga senda llena de retos que superar, por fin tendremos nuestra recompensa y podremos empezar a regalar al mundo nuestro don como terapeutas integrales.
Y así, el héroe llegó al final de su camino, mucho más sabio que cuando lo empezó, fue feliz e hizo feliz a los demás. Todos comimos sanos manjares para celebrarlo y colorín, colorado… este “cuento” se ha acabado, aunque otros muchos nos están esperando.
El éxito no aparece por casualidad, ayuda a tu destino a hacerse realidad escogiendo la mejor formación.
Isabel Pérez Broncano
Creadora del Método Ranvvai de Reflexología Podal Integral
Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral
www.reflexologiaranvvai.es/UH