Cuando nos preguntan qué diferencia nuestro curso y método de enseñanza al de otras escuelas necesitamos varios puntos a definir. Tal vez el más evidente es la cantidad de prácticas con casos reales de tal forma que la teoría que se explica en seguida se demuestra con resultados. Es un curso intensivo así que nos centramos en los datos teóricos que llevan a entender la forma de ayudar a otras personas; y a uno mismo. Por eso no buscamos que los alumnos adquieran una gran cantidad de conocimientos teóricos sino los necesarios para alcanzar un diagnóstico, que es la parte más complicada en medicina. Por ello, y tal vez aquí hay otra diferencia, usamos no solo herramientas de la Medicina Tradicional China sino además, y en gran medida, la observación de la respiración y el cuestionario con el paciente donde hay gran parte de psicología adaptada a nuestro tiempo. Usamos la observación de los elementos en el cuerpo, la lengua, pero donde más nos centramos es en el pulso y la observación de la respiración; todo en dinámica mientras se va interrogando al paciente para ver sus reacciones. Sin duda, además de la respiración que es una técnica de diagnóstico tanto como de tratamiento, el pulso es uno de nuestros puntos fuertes en el curso.
Una vez el diagnóstico está elaborado, algo que jamás se hace con una única observación sino a partir de una serie de observaciones que apuntan a un mismo diagnóstico, comenzamos a usar, antes de poner cualquier aguja de acupuntura, la respiración. Regular la respiración antes resulta crucial para obtener resultados más estables en el tiempo. Aliviar síntomas con acupuntura es relativamente sencillo, nuestro objetivo es siempre girar la situación del paciente para que los resultados se extiendan en el tiempo. Una vez la respiración está regulada en lo posible, algo que a veces nos lleva entre 5 o 15 minutos, procedemos al tratamiento con acupuntura; inserción de agujas. Cada aguja, así como la aplicación de moxa en ciertos puntos, representa un problema para los subconscientes por lo que las reacciones del paciente siguen indicándonos tendencias que ayudan a confirmar o cambiar el diagnóstico. En todo momento durante el tratamiento con las agujas y la moxa se observan las reacciones de la respiración.
Sin embargo es cierto que no todos los pacientes acuden con problemas tan profundos. En algunos casos solo hay un desajuste mecánico en sus cadenas musculares. En estos pacientes el pulso sale perfecto y eso nos indica que solo hay un daño mecánico. Entonces utilizamos otra técnica a la que llamamos Acupuntura Mio-fascial. Aquí no son puntos tradicionales de acupuntura sino el entendimiento de la anatomía a través de la fascia y sus movimientos. Se usan agujas largas para alcanzar aquellos músculos que estén con debilidad o por el contrario inflamados. Para identificarlos se realiza un test de movimientos, palpación y luego la propia inserción que igualmente nos indica, según la reacción del paciente, el estado de dicho músculo. En resumen podemos decir que nuestra escuela ECAN no enseña únicamente Medicina Tradicional China, aunque los fundamentos surgen desde ahí y usamos puntos tradicionales de acupuntura, sino que formamos terapeutas. Lo que importa no es tanto la teoría sino la capacidad de producir resultados. No formamos teóricos sino acupuntores capaces de dar respuesta a los distintos problemas, físicos y emocionales, que traen los pacientes. No existe la enfermedad existe el enfermo; esto quiere decir que cada caso en sí mismo es único. Se requiere por lo tanto de ciertas habilidades creativas, junto con distintas técnicas y herramientas, para dar una respuesta siempre personalizada a cada caso
David Luján
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