Tortícolis: algo más que un bloqueo cervical

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La columna cervical, el cuello, une anatómicamente la cabeza y el resto del cuerpo, es decir, es un puente entre la razón y la emoción, entre el cerebro y el corazón, nuestras creencias y por otro lado nuestras emociones.

Donde hay movimiento hay vida. Esta es una de las afirmaciones más rotundas y de base, que todos los terapeutas de Medicina Natural han sostenido siempre y en Osteopatía, por supuesto, no iba a ser menos, ya que es una terapia manual que no sólo tiene en cuenta el movimiento fisiológico natural de las articulaciones del cuerpo humano, sino también la capacidad de movimiento de los tejidos blandos (ligamentos, músculos, tendones, capsulas articulares) entre sÍ y el movimiento de los órganos, sobre todo del aparato digestivo. De aquí la importancia de la vertiente visceral de la Osteopatía.

También, nuestras emociones, pueden necesitar que se les devuelva el movimiento correcto. El significado etimológico de emoción (e-moción), es movimiento hacia afuera y ciertos estados emocionales pueden causar problemas de movimiento a nivel de la columna cervical, como mostraré más tarde.

Dentro de las lesiones cervicales, una de las más populares es la tortícolis (etimológicamente cuello torcido, en latín) que, a simple vista, no es más que la contractura espasmódica de los músculos del cuello, cuyo resultado es de una inclinación del cuello hacia un lado, generalmente el derecho, y rotación hacia el lado contrario de la contractura, que provoca un dolor invalidante impidiendo, de forma parcial o total, los movimientos ya bien sean de flexión o de extensión, inclinación o rotación de la cabeza, es decir, se produce un bloqueo cervical.

Para entender esta lesión voy a dar unas anotaciones breves y sencillas de anatomía. La columna cervical está formada por 7 vertebras sobre las cuales reposa la cabeza. Tienen la particularidad, comparadas con las demás vértebras de la espalda, de ser las de menor tamaño, pero las más flexibles en movimiento. En el espacio que separa una vértebra de otra, se encuentra lo que se llama el disco intervertebral, cuya función es amortiguar el peso de la cabeza, así como, evitar el roce entre ellas, evitando el desgaste articular: la artrosis. Las vértebras cervicales están además sujetas por fuertes ligamentos y potentes músculos como los suboccipitales (músculos de la nuca), ECM (esternocleidomastoideo), trapecios, escalenos, angular de la escapula…etc.

Como nota última e importante de anatomía, decir que a ambos lados de las vertebras cervicales, existen además arterias y venas que nutren los músculos cervicales, así como, nervios que inervan “dan electricidad” al tejido blando, los músculos del cuello.

TIPOS DE TORTICOLIS

Esta lesión es algo más que un bloqueo cervical. Sus causas pueden ser múltiples. Generalmente se produce por movimientos bruscos, choque lateral (deporte, coche…), dormir en una mala postura, estar expuesto a corrientes de aire frio…etc.

Torticolis traumáticas

Se llaman así por ser causadas por un traumatismo, golpe lateral y sobre todo el causado por un accidente de circulación, el latigazo cervical, que provoca una hiperextensión e hiperflexión del cuello que se mueve como un látigo. Esto provoca una fuerte contractura de toda la musculatura del cuello que puede ir acompañada de una fractura o fisura del “diente” del axis (2º vértebra cervical), así como, de un esguince de los ligamentos cervicales y comprensión de las raíces nerviosas del cuello que, a largo y medio plazo, producen dolor de cabeza, migrañas, nauseas, falta de atención, cervicalgias crónicas..etc.

El tratamiento Osteopático Global es necesario unas semanas después para restablecer el equilibrio global de la columna vertebral, ya que el latigazo no sólo afecta al cuello sino también a la pelvis y en especial al sacro.

Tortícolis no traumáticas

La más corriente es la tortícolis banal, aquello que se produce por la mañana al despertarse por una mala posición del cuello. Una o dos sesiones de Osteopatía Estructural bastarán, ya que tiene la acción de soltar la tensión muscular de la zona y normalizar posteriormente las articulaciones implicadas que imposibilitan el movimiento fisiológico.

Tortícolis espasmódicas

Suelen ocurrir sobre todo en mujeres pre o post menopáusicas, ya que, las alteraciones hormonales producen cambios de estados emocionales que pueden reflejarse en contracturas involuntarias de la musculatura del cuello. El tratamiento Osteopático Global y la Terapia Craneosacral es muy efectiva. El factor emocional es determinante.

Tortícolis mecánicas

Son las que evolucionan como recidivantes, es decir, repetitivas. Aquí existe una tensión crónica causada por trastorno postural, ya bien sea de la pelvis, cintura escapular (hombros, escapulas/ omoplatos, clavícula) o del propio cuello, en especial del ECM (esternocleidomastoideo) y trapecios, que pueden reflejarse en neuralgias cervico-braquiales (“ciática” del brazo). El tratamiento en primer lugar es con Osteopatía Estructural para resolver los desajustes vertebrales y después Reeducación Postural para corregir los desequilibrios corporales: hombros desiguales, cabeza inclinada hacia delante, cuellos de “bisonte” (prominencia o bulto en la base del cuello), pecho hundido, debido a la tensión de la musculatura anterior del cuello…etc.

Otro tipo de tortícolis es la que se conoce por el síndrome de los músculos escalenos cuyo espasmo rectifica la curvatura del cuello, es decir, hace un cuello rígido.

Tortícolis viscerales

Se producen, por ejemplo, por ciertas reacciones alérgicas, dietéticas y también por tensiones emocionales que se registran en el abdomen y se reflejan vía nervio vago hasta las cervicales. Además otras afecciones como la hernia de hiato y el espasmo del píloro, por la conexión del diafragma con las cervicales a nivel de la 3ª, 4ª y 5ª cervicales vía nervio frénico, pueden también producir este tipo de tortícolis. El tratamiento con Osteopatía Visceral las resuelve eficazmente.

Torticolis pediátrica

Hay bebés que nacen con tortícolis. Las causas son múltiples: mala posición en el útero, infecciones, partos difíciles, lesiones del occipital y 1ª vértebra cervical que crean un espasmo del ECM (esternocleidomastoideo)…etc.

En estos casos se impone un tratamiento suave tipo Osteopatía Craneal, previo descarte de disfunciones latentes.

Por otro lado, muchos niños se quejan de que les duele el cuello de quedarse a dormir en otra casa o hacer una siesta en el sofá. Esto es debido a que cuando se cambia a una posición o cama y almohada nuevas, a veces los músculos, ligamentos y tendones del cuello han de hacer un esfuerzo extra y esto provoca tirones.

Además las infecciones de garganta, por ejemplo, las amigdalitis también pueden producir tortícolis infantil, debido a una inflamación de los ganglios linfáticos profundos del cuello. Otras infecciones como sinusitis, otitis o faringitis pueden colaborar.

ESTUDIO DE 2 CASOS

  • TORTICOLIS TRAUMATICA: LATIGAZO CERVICAL.

Andrés, 60 años, recibe un impacto en la parte posterior del coche, parado en un semáforo en su vuelta del trabajo. Después del diagnóstico del médico de su empresa de esguince cervical sin fractura o fisura vertebral del axis, se le recomienda tres semanas de collarín cervical, antiinflamatorios, reposo y no conducir. Un mes más tarde termina la rehabilitación, pero sus mareos, la rigidez y el dolor cervical matutino no ceden incluso, algo tan banal como escribir un “sms” o un “whatsapp”, le produce malestar, ya que esto supone inclinar la cabeza hacia adelante y por lo tanto tiene una repercusión a nivel de la articulación formada por el Occipital-1º vértebra cervical y 2ª (OAA), es decir, Occipital, Atlas, Axis.

El tratamiento, con éxito en varias sesiones, consistió en:

  1. Aliviar la tensión aguda provocada por la musculatura del cuello, en especial ECM, (esternocleidomastoideo), los trapecios (desde la nuca hasta los hombros) y los suboccipitales encargados de mantener la cabeza en posición erguida.
  2. Revisar y normalizar las articulaciones implicadas indirectamente: la pelvis y en especial el sacro.
  3. Devolver a la articulación OAA (Occipital, Atlas, Axis) su equilibrio estructural para así evitar a largo plazo una rectificación cervical que suele derivar más tarde en lesiones más serias: protusiones y hernias discales, así como neuralgias cervicobraquiales (“ciática” del brazo) y cervicálgias crónicas.
  • TORTICOLIS DE ORIGEN EMOCIONAL.

Virginia, 45 años, administrativo. Es una mujer muy sensible a las opiniones ajenas y necesitada de la aprobación de los demás. Siempre servicial y de hacer favores a quién lo necesite.

Cuando viene a consulta, presenta una disminución de la movilidad muy acentuada del cuello, hacia la izquierda. Los masajes, antiinflamatorios….etc. no ayudan y han pasado tres días. Según ella se levantó con este bloqueo una mañana.

En un primer examen compruebo, siguiendo mi intuición terapéutica, un abdomen muy tenso. Chequeo sus vertebras cervicales y las pruebas de imagen que me trajo y compruebo que su médico tiene razón “una simple contractura”. El problema no está en su cuello sino en el abdomen. El nervio vago conecta vientre y cervicales y, a veces, en personas muy sensibles, como es el caso, la tensión abdominal se refleja a nivel cervical por esta conexión anatómica. El tratamiento conjunto de Terapia Craneosacral, para suavizar la tensión del sistema nervioso, junto con las maniobras de Osteopatía Visceral para abdomen, relajó la tensión muscular cervical de manera eficaz.

Como expresé al principio, donde hay movimiento hay vida y la columna cervical es la expresión de los movimientos que se producen entre nuestro cerebro y el corazón, nuestras emociones y la razón.

Eutiquiano Endje
www.cuerpozen.com

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