Neptuno está en Piscis hasta marzo del 2025 y lo tenemos retrogrado desde el 13 de junio al 20 de noviembre del 2016.
Neptuno es uno de los planetas transpersonales de nuestro sistema solar, su misión es venir a provocarnos grandes cambios que nos afectarán en lo personal y transpersonal.
Un planeta cuando se pone retrógrado, toma la energía del signo en el que se halla, y dirige la misma hacia el pasado, reviviendo las experiencias ya vividas. Esta retrogradación nos da la oportunidad de aprender de las lecciones, de las experiencias, y así ponerlas en retrospectiva y poder evaluarlas en un contexto objetivo.
Esta retrogradación, nos habla de que ya llegamos al final de un ciclo, lo que nos invita a revisar todo lo que hemos hecho en el pasado, en todos los aspectos de nuestra vida y específicamente en el aérea que se halle Neptuno por transito en nuestra Carta Natal/Astral.
Pueden aparecer personas o vínculos, incluso vivencias espirituales, que no conseguimos finalizar, cerrar o resolver y que ahora pueden volver a manifestarse de nuevo en nuestras vidas
Periodo para reprogramar, para poder comenzar, iniciar de nuevo, una nueva etapa, un nuevo ciclo
Neptuno viene a disolver nuestras fronteras, nos conecta con la parte más espiritual, es donde necesitamos expandirnos y trascender al cuerpo físico.
La Mente nos pide volar, fantasear, nos exige ritmos lentos, porque para poder soltarnos hemos de hacerlo desde un tiempo no cronometrado, que nos permita fluir.
Con este tránsito debemos realizar un viaje a nuestro interior y nuestra realidad puede quedar velada, como si de una sutil nebulosa se tratara. Nuestra Mente, incluso nuestra voluntad, quedará en manos de nuestros espacios interiores, que nos harán viajar sintiendo y conectando con nuestras más profundas emociones.
Las personas con una faceta creativa se verán inundadas por imágenes, fantasías, y la inspiración las acompañará en este viaje hacia dentro de nuestras propias fronteras. La materialización de la misma será un arduo trabajo, puesto que estamos soltando amarras, fluyendo, desde lo más profundo de nuestra esencia y espiritualidad y plasmarlo no nos resultará tan sencillo.
Deberemos cuidarnos, tratando de no dejar llevarnos por las ensoñaciones o fantasías y ser capaces de no perder la perspectiva de una “toma tierra”, recomendable para no quedarnos atrapados en nuestros propios sueños y perder la perspectiva de la parte más pragmática de la vida.
Nos va a dejar experiencias relacionadas con las emociones, con la fe, nos enseñará a saber renunciar cuando no podamos avanzar en esa área de nuestra vida que no logramos desbloquear y nos conectará a nuestros sacrificios como actos de renuncia y aceptación, para así poder seguir avanzando.
Seamos cautelosos, no es buen momento para tomar decisiones o accionar situaciones, tratemos de no escapar del aprendizaje que nos dejará esté planeta que nos propone salir de las rutinas mentales y mirar hacia el Universo con los brazos abiertos y sentir una realidad más allá de nuestra piel, como frontera de nuestro cuerpo y de nuestra vida.
Susana M. Meya
Astróloga y Terapeuta
Telf. 670 05 66 98
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