La paradoja del salmón

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IV Congreso Conciencia
Descubre tu poder interior

Siempre me ha parecido la adaptación más espectacular de la naturaleza y la más evidente forma de reciclaje orgánico, de experiencia maestra, de unión con la divinidad, de aceptación de sus condiciones, de su organismo, de economía social y de tránsito natural.

Recordaremos que los salmones nacen después del desove de los adultos en el alto río, es decir, en agua dulce, generalmente los hijos no conocen a sus padres pero se alimentan de los microorganismos que genera su descomposición, pues después del desove se recuestan en el lecho del río y se dejan morir, la descomposición de sus cuerpos produce suficientes microorganismos como para alimentar a sus crías.

Los jóvenes salmones pasan entre uno y dos años viviendo en el río en el que nacieron hasta que, en primavera, descienden a la desembocadura del río, lugar en el que el agua es salobre y se aventuran al mar, agua salada, recorriendo grandes distancias, hasta convertirse en adultos, unos tres años más.

Los adultos reconocen el estuario (desembocadura) del río en el que nacieron y aprovechando el otoño, que con sus lluvias hace los cauces más abundantes, ascienden por el río hasta el mismo lugar de desove en el que nacieron para repetir su ciclo, durante este ascenso, el salmón no se alimenta, se mantiene de sus reservas hasta alcanzar la zona alta del río para desovar y morir de nuevo.

Pocas criaturas son capaces de adaptarse a las bruscas modificaciones del medio, primero en agua dulce, después en salobre y por último en salada para invertir la adaptación tres años más tarde.

Y nosotros, los humanos nos creemos adaptables, qué curiosa ironía. Vivimos la vida en estado semirrígido, ignorantes de nuestras capacidades, obviando lo obvio, somos las criaturas con mejor capacidad de adaptación de la naturaleza, aunque también somos las más indolentes (personas que tienen pereza y falta de voluntad para hacer una cosa).

Nos pasamos la vida anhelando el toque mágico, ese que nos hará transformarnos sin esfuerzo, ese que nos permitirá tener éxito, y cuando conocemos a alguien que ha triunfado comentamos – ¡qué suerte ha tenido! –

Pocos se plantean la situación del esfuerzo, de la adaptación, del pasar temporadas sobreviviendo de “las reservas” para conseguir un objetivo, sabiendo, que en ocasiones, ese objetivo puede suponer el renunciar a su vida, a su zona de confort.

No nos atrevemos a probar qué sucede si cambio mi medio, si consigo transformarme con el entorno y probar nuevas experiencias. El maravilloso descubrimiento de mis capacidades y de las posibilidades que me da el atreverme.

Si lo intentamos y modificamos nuestra actitud, sólo entonces veremos nuestras capacidades, y nos sorprenderemos con las transformaciones que se nos producen, en nuestro caso, el de los humanos, una vez que iniciamos la remontada del río, podremos comprobar que los osos no nos capturan, todo lo contrario, que hay fuerzas que nos empujan a seguir, quizá porque conectamos con “las otras posibilidades que se encuentran en otros planos, porque podemos jugar con nuestros “YO” en planos paralelos, podemos conjugar las posibilidades de éste y las realidades de los otros. En cuanto nos ponemos en marcha detectamos ayudas desconocidas, algunos las llaman ángeles, seres mitológicos como unicornios o cualesquiera que sean en los que confiamos, que no son otra cosa que manifestaciones de contacto con nuestra propia divinidad, y de repente sentimos que todos se coordinan para ayudarnos. Diana Cooper sabe mucho sobre esto.

Nuestra vida se transforma y sentimos como nuestras emociones son distintas. Las emociones… Dice Brad Nelson que nuestro cuerpo es un espacio sagrado en el que encontramos respuesta a todos nuestros desequilibrios y que el secreto está en “recordar más que en aprender”, sólo se necesita un pequeño esfuerzo para que el mecanismo se ponga en marcha, efectivamente, recurrir a nuestros recuerdos, retomar aquello que fuimos originariamente, volver al lugar en el que crecimos y a partir del que nos convertimos en lo que somos. Si retomamos la energía que nos alimentó descubriremos el código, la tendencia natural del ser humano es buscar el equilibrio, para ello debemos conocer qué es lo que nos altera y recordar cómo éramos antes de esa alteración. Utilizar las herramientas que tenemos a mano no es una locura, es un deber.

Formamos parte de la divinidad y le debemos pleitesía, nos olvidamos, a veces, de eso y es cuando nos asaltan las dudas y cuando permitimos los bloqueos. Hace tiempo que, en algunos lugares se han creado hospitales sin médicos… ¡Y funcionan! De eso podemos hablar con Alessandro Di Masi.

¿Qué nos sucede cuando todas nuestras necesidades materiales están cubiertas?, hablamos, evidentemente, de una generalidad, desgraciadamente, vivimos en una sociedad en la que el que dispone de todos los recursos está cada vez más distanciado de aquel que carece de ellos. Los especialistas mundiales, a los que les achacamos nuestras deficiencias, en contra de lo que la mayoría cree, están buscando “lo siguiente”, lo siguiente es el amor, se dan cuenta que la economía no funciona sin sentimientos y tendemos a recuperar una economía consciente. Evidentemente, podemos aplicarla a nuestras vidas, parece duro, pero si nos olvidamos de la sociedad tal y como está establecida y comenzamos a utilizar un sistema económico consciente, el cambio será claro.

Al igual que todo comienza por nuestro cuerpo, por nuestra casa y acaba incidiendo en la generalidad, ¿qué ocurre si comenzamos a tener conciencia?, no sólo de nuestras posibilidades, de nuestra divinidad, de nuestro cuerpo, de nuestras emociones, sino que también de nuestro modo de utilizar nuestros recursos materiales. Actualmente, hay tendencias a individualizar las economías y a partir de nuevo del origen, es decir, volver a la parte alta del río, reciclarnos, adaptarnos y recuperar nuestra propia identidad, recordar más que aprender… Respecto de la economía consciente ha comenzado a hacer planteamientos el Dr. Goswami, aboga por un concepto más quántico de la misma, es decir, intentar conectarnos con nuestras verdaderas leyes, con nuestro aspecto más sutil y comenzar desde ahí a renovar las estructuras.

En definitiva, volviendo a los salmones, aquello que nos parece increíble lo realiza un pez, un organismo perteneciente a una etapa básica de la evolución de las especies, un ser vivo “sin consciencia”, que sólo se rige por su memoria, por esa que nunca le traiciona y que le lleva a la desembocadura de su río “madre”, que se esfuerza por pasar de ser un pez de agua salada a un pez de agua dulce, pues para retomar su origen debe modificar su bioquímica, con un objetivo claro: reproducirse y perpetuar su especie. Y así lleva manteniéndose generación tras generación, su zona de confort es la que en cada momento requiere su necesidad. Si realizamos un símil con los seres humanos, posiblemente, el salmón realiza un periodo de meditación, de aceptación y de servicio, sin saberlo, Gopala podría hablarnos horas sobre ello.

Mientras, nosotros, seres evolucionados, en el vértice superior de la pirámide, utilizamos todas nuestras energías en mantenernos como estamos y que “trabajen otros” que suelen tener más suerte y conseguir las cosas en nuestro lugar, ¡ya vendrán a darnos la clave! Y sin vivencias, sin emociones, sin intentar recordar, sin probar nuestras capacidades vamos dejando pasar la vida, en nuestra maravillosa zona de confort, indolentes.

Cuando el salmón completa su madurez y ha realizado su trabajo, participar de su entorno en el océano, es cuando decide volver a su origen y completar el ciclo que ha venido a vivir, es cuando su objetivo está cumplido y se entrega al ciclo para que éste comience de nuevo, en este río o en otro. Desencarna para cambiar de plano, como si de un ser consciente se tratara, de eso sabe mucho Emilio Carrillo, remonta a su río para realizar un nuevo tránsito.

No os quedéis sin saber vuestras posibilidades, no dejéis de comprender vuestros procesos, no dejéis de experimentar y probar, no seáis como otros peces, recordad a los salmones.

El Dr. Amit Goswami, visitará Madrid el próximo mes de Mayo del 2017.
Si estás interesado en asistir déjanos tus datos en evento@revistauh.es

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