Es necesario un nuevo paradigma para afrontar con éxito los retos de salud, medioambiente y realidad que estamos viviendo. Las antiguas formas de entender la realidad, el ser humano y su relación con el Cosmos no nos ayudan a adaptarnos a las cambios. Estos cambios y retos exigen una nueva cosmovisión. Concebir al Ser Humano fuera o aparte de la Naturaleza, del Cosmos, ha generado la mayoría de los desequilibrios que hoy amenazan nuestra existencia.
Un Nuevo Paradigma
Sólo medicinas, economías, sociologías, psicologías y demás disciplinas que tengan en cuenta al Ser Humano como un Todo en conexión con toda la Especie Humana, con la Naturaleza, con el Micro y Macrocosmos, pueden aportar las soluciones para que podamos crear una realidad que se adapte a las leyes que nos permiten dar pasos hacia delante, creando un mundo mejor.
¡Se acabaron los enemigos! La visión que considera ajeno, extraño y enemigo a todo aquello que desconocemos no ha hecho más que generar realidades hostiles para los demás y para nosotros mismos.
La interpretación generalizada que se ha hecho sobre la Teoría de la Evolución de Darwin, afirma que sólo sobrevive el más fuerte. Sin embargo, el más fuerte sólo puede “sobrevivir” un tiempo limitado si está sólo.
Hay una Ley Universal que nos permite crear realidades mejores y favorables para la existencia de todo ser vivo, se llama:
La Simbiosis
La Simbiosis, es la Ayuda Mutua, es una Colaboración en la que Ambas Partes de una Relación Ganan y hacen posible una Realidad Mejor para Ambas. Hay muchos casos de colaboración en simbiosis en la Naturaleza entre aparentes enemigos.
Con respecto a la medicina, que es el asunto que hoy nos ocupa, queremos hablar de una medicina que tiene en cuenta la importancia de que el ser humano genere relaciones de simbiosis consigo mismo y con su entorno. La Simbiosis es Equilibrio y el Equilibrio es Salud.
Si los seres humanos nos relacionamos como un parásito con respecto a nosotros mismos, con respecto a los demás, a la Naturaleza y al Cosmos, dando prioridad a nuestros propios intereses, ¿cómo podemos pretender que esta actitud no tenga consecuencias sobre nuestra vida?
Esta consciencia es la que ha causado los desequilibrios que hoy nos han llevado a vivir este mismo desarrollo parasitario en nuestro organismo, siendo la causa de múltiples enfermedades.
Cultura Bactericida
Esta visión y consciencia que ve como un enemigo o ajeno a la Naturaleza es la que ha generado la cultura bactericida que hoy vivimos, y las nefastas consecuencias para nuestra salud.
Los descubrimientos de Louis Pasteur han salvado a millones de vidas, sin embargo, Pasteur postuló que el germen es el enemigo, mientras esté fuera y lejos de nosotros estaremos sanos, pero si entra en nuestro organismo enfermaremos.
Este concepto sobre el germen y las bacterias, ha desarrollado una medicina cuyos medicamentos, los antibióticos, atacan y matan a todos los gérmenes, tanto los que son benéficos para nosotros como aquellos que son hostiles. Estos gérmenes, al verse atacados, han encontrado formas de adaptarse, mutar y sobrevivir, volviéndose más fuertes y agresivos, de tal forma que hoy, la Organización Mundial de la Salud advierte sobre las múltiples cepas de bacterias que se han vuelto resistentes a todos los medicamentos antibióticos, y que ponen en serio peligro nuestra salud.
De este modo, contradictoriamente, los ámbitos donde mayor higiene y asepsia se ha pretendido, como un hospital, es donde se han desarrollado las bacterias más mortíferas como la Clostridium Difficile.
Es evidente que esta visión nos ha llevado a vivir una realidad hostil. Hemos de tener en cuenta que, si consideramos como enemigo a las bacterias, nos enfrentaremos a un enemigo con millones de años de evolución y supervivencia.
Los Simbiontes y las bacterias benéficas y nocivas
Sin embargo, el germen es germen de vida, no es el enemigo, sólo desempeña una función dependiendo del ámbito en el que se encuentra.
En nuestro cuerpo hay una infinidad de Simbiontes o Gérmenes de Vida, que tienen la información de cómo ha de funcionar nuestro organismo en simbiosis con la Naturaleza, y cuya principal función es generar y mantener la vida.
La cantidad y la calidad de estos simbiontes se pueden determinar mediante el Microscopio de Campo Oscuro y la Radiónica Cuántica.
Siempre que el ámbito en el que viven, la información e influencias que reciban estos simbiontes sean las correctas para que puedan realizar la simbiosis, estos desarrollarán sus funciones adecuadamente. Sin embargo, si el ámbito en el que viven y las influencias que reciben se vuelven hostiles para ellos, si la información que reciben es contraria a la que tienen, los simbiontes se adaptan a la nueva situación para sobrevivir y pueden transformarse en formas parasitarias. En vez de trabajar para nosotros, empezarán a vivir para sí mismos, para su propia supervivencia.
Esta misma situación ocurre con nuestras células que, con influencias negativas, pueden volverse enemigas, generando un cáncer.
La contaminación ambiental del aire, el agua; los alimentos desnaturalizados, industrializados, sin luz, sin vitalidad, sin la información creadora que contienen las semillas. Los antibióticos en exceso; sustancias tóxicas químicas y metales pesados; pensamientos de estrés y de dualidad, generan influencias negativas para nuestra salud y para los simbiontes. Esto causa que el organismo se vuelva un ámbito contaminado, ácido, lleno de tóxicos y contaminantes más propicio para la putrefacción que para la fermentación. En este ámbito es más fácil que se desarrollen bacterias nocivas de putrefacción que bacterias benéficas de fermentación, y que incluso, si estamos en contacto en el ambiente con bacterias, virus, hongos o mohos que son nocivos para nosotros, estos encuentren un hogar ideal para quedarse debido al ámbito contaminado que se ha generado.
La Medicina Simbiótica Scheller
Ante esta situación se hace necesaria una Medicina que nos ayude a recuperar la Simbiosis, una medicina que sea respetuosa con la vida, con los simbiontes y las bacterias, permitiéndonos recuperar la información adecuada para nuestra salud y recrear el ámbito idóneo para los simbiontes y las bacterias benéficas.
El ser humano está formado por millones de células humanas, y por billones de microorganismos como las bacterias, que intervienen en todos nuestros procesos. Tenemos 2.500 cromosomas humanos y 2.500.000 cromosomas no humanos. La flora bacteriana en el intestino, en las mucosas, en la piel tiene un papel determinante sobre nuestra salud. El intestino es considerado hoy el Segundo Cerebro debido a sus más de 100 millones de neuronas que generan el 90% de los neurotransmisores de la felicidad como la Serotonina o Dopamina. Las bacterias de nuestra flora intestinal refuerzan nuestro sistema inmunológico.
Una medicina respetuosa con la vida generará tratamientos que tengan en cuenta a nuestras bacterias y simbiontes, estableciendo relaciones simbióticas con ellos.
Hoy, la Medicina Simbiótica Celular Scheller gracias a la Radiónica Cuántica crea Tratamientos Personalizados Infopáticos que dan la información necesaria a nuestro organismo para recuperar el ámbito necesario para la salud, logrando que todos los desarrollos parasitarios en nuestro cuerpo reviertan y vuelvan a convertirse en amistosos simbiontes.
Gracias a una Nutrición Simbiótica, basada en Alimentos Vivos, con Mayor Cantidad de Luz e Información para la Vida como los Fermentados, los Germinados y Super-Alimentos como el EMO BODY, un salvado de arroz con Microorganismos Eficientes (bacterias acido-lácticas) que eliminan los depósitos intestinales, limpian y desinflaman los intestinos y regeneran la flora intestinal, podemos fomentar nuestras bacterias benéficas y el aumento de nuestros simbiontes. De esta manera las bacterias de la putrefacción, virus y parásitos dañinos no encuentran un ámbito adecuado para vivir en nuestro organismo.
De este modo, con una medicina respetuosa con la ley de la simbiosis, el ser humano puede recuperar el equilibrio de la salud y ser consciente de la importancia de establecer relaciones de colaboración y ayuda mutua con todo lo que existe. ¡Esta es una de las formas en la que podemos construir un mundo mejor!
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