El desgaste discal vertebral

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Para muchas personas la rigidez y el dolor de espalda es algo que se ha vuelto una constante en sus vidas, un fenómeno con el cual convivir, resignarse y hacerle frente a base de analgésicos, cremas ,calor…, etc. Es decir, soluciones que mitigan las molestias, pero que no tratan el problema de raíz. El desconocimiento acerca de cómo prevenir y cuidar las disfunciones de la columna vertebral a día de hoy, es posible gracias a medicinas alternativas como la Osteopatía una terapia manual que tiene una visión global del cuerpo humano como un todo y cuya principal herramienta es la mano del terapeuta, hábil, sensible y bien entrenada. La osteopatía fue creada a finales del siglo XIX por A.Taylor Still en U.S.A y expandida por el resto de Europa y del mundo en el siglo XX.

La osteopatía siempre busca saber cuál es el origen de las disfunciones, ya sea de la columna vertebral, como de otras articulaciones del cuerpo para así establecer un tratamiento eficaz en diversas dolencias como hernias discales, protrusiones, esguinces, ya sean de tobillo y rodilla, cervicalgias, vértigos, lumbagos, condromalacias rotulianas, dorsalgias alteraciones posturales: escoliosis, hiperlordosis, cifosis, etc.

También puede tratar determinadas disfunciones viscerales como hernias de hiato, ptosis visceral, cólicos de lactantes, además de disfunciones relativas al sistema nervioso central como el insomnio.

El desgaste de los discos de la columna vertebral es, sin duda, una de las disfunciones más acuciantes que va a provocar un sinfín de molestias asociadas; desde patologías musculoesqueléticas como la artrosis, rigidez de espalda, etc., hasta las lesiones viscerales reflejas como la hernia de hiato o alteraciones digestivas o pulmonares como el asma, por ejemplo.

Vamos a ver, de manera breve y sencilla, en qué consiste el desgaste discal, cómo se produce y sus consecuencias, además de su prevención y cuidado.

El  desgaste discal o discopatía (compresión discal, hernia, fisura, protrusion discal) no es nada más que un envejecimiento de la estructura que se sitúa entre dos vértebras a, excepción del Atlas y el Axis – primera y segunda vértebra cervical – que no tienen disco.

El platillo discal es un amortiguador hidráulico para toda la vida. Formado por 88% de agua en una persona joven. Funciona como si fuera un menisco o almohadón anatómico cuya eficacia depende del grosor; ya que cuanto más espesor, mayor es la absorción de los esfuerzos que suponen en la columna: la edad, las malas posturas, los accidentes, esfuerzos repetidos caídas, etc.; que aplastan el disco y lo deshidratan originando un debilitamiento vertebral.

El primer signo de un desgaste del disco se manifiesta por un cansancio vertebral, una sensación de fatiga localizada o bien en la parte inferior de la columna lumbar o cervical. Es un dolor como el de la punta de un cuchillo clavado en la zona o como de estar apoyado en una barra, este dolor se acentúa en la posición erguida o sentada prolongada. Las dificultades en estar mucho tiempo de pie inclinarse hacia delante o atrás o escoger una buena postura sentado, ya nos invita a pensar en un desgaste discal. Un disco puede deteriorarse en una persona joven, en un deportista o en una persona que hace trabajos administrativos por malas posturas repetidas durante mucho tiempo, pero normalmente es a partir de los 40 cuando el desgaste discal se hace más notorio.

Antes señalé que uno de los efectos del desgaste del disco es la deshidratación, esta da como resultado una disminución del grosor del disco. Se me olvidó señalar que la estructura del disco es como un huevo frito dónde la yema es el núcleo y la clara formaría los anillos fibrosos periféricos que encierran al núcleo. Cuando se deshidrata el núcleo pierde su grosor y empuja a los anillos y sale de entre las vértebras dando lugar a lo que se llama protusión la fase anterior a una hernia discal, normalmente se va a sentir en la zona lumbar, por ejemplo, un dolor punzante y en barra de un lado a otro de la cintura el epicentro será L5/ S1- última vértebra lumbar primera sacra- es lo que se llama lumbago agudo y si no realizamos prevención y cuidados, el riesgo de que se instale una ciática y hernia se hace muy probable.

Prevención y cuidados

Si tomamos el caso de un lumbago agudo, que sería la fase precursora de una verdadera hernia discal y de la ciática, el tratamiento inicial a seguir para la solución de esta lesión creada por un desgaste discal seria:

  • Reposo absoluto en cama a fin de descomprimir los discos y de permitir la rehidratación, que se verá reforzada con:
  • Tomar mucho agua, al menos 3 litros al día, ya que esto optimiza la salud de los fibrocartílagos o sea el disco vertebral.
  • Mantener el nivel de alcalinidad óptima en sangre, esto permite la fijación del calcio en los huesos y regenera tanto el disco como las vértebras es decir, favorecer la ingesta de frutas, verduras y también semillas alimentos que son ricos en calcio. Eliminar los excitantes como el café, el alcohol o el tabaco que son ácidos y producen rigidez a nivel articular.
  • Llevar un ceñidor lumbosacro durante un tiempo para evitar la recaída, sobre todo en los trabajos que impliquen pesos.
  • Aprender gestos anti- compresión.
  • Osteopatía, con el fin de liberar las tensiones musculares de la espalda, así como ajustar las articulaciones en su eje de funcionamiento y volverles a dar su movilidad y su estabilidad original

Estudio de 2 casos

Caso 1

Luisa, administrativa 53 años es una mujer muy activa. Como decía ella: » no paró». Una mañana en la oficina tuvo que parar, se agachó hacia delante para sacar un archivo situado a la altura de sus rodillas y ya no pudo incorporarse. La valoración del médico de su seguro; protusión L5 S1, lumbalgia aguda.

Me comenta que ya hace unos meses, desde el comienzo de la menopausia, sentía un dolor en barra por la cintura y pinchazos a nivel cervical bajo y alto justo detrás de la nuca, así como una sobrecarga de los riñones y de los hombros expresada en sus propias palabras. Este aviso previo del cuerpo ya nos habla de una fatiga y desgaste discal cervical y lumbar anterior a este capítulo agudo, la cronicidad de la lesión ya estaba establecida de antemano. El tratamiento con éxito consistió, ya que no había ciática, en dos primeras sesiones para reducir la fase aguda, utilizando técnicas osteopáticas. Y otras tres sesiones de reequilibrio de su columna.

Señalar que, cuando existe una hernia discal asociada por este tipo de desgaste, el tratamiento necesita un poco más de tiempo

Caso 2

Rafael, 68 años, jubilado, informático. Después de su larga vida laboral de 40 años, su hobby es el ajedrez. Largas partidas con largas horas sentado en una postura no muy cómoda, según él siempre inclinado sobre la tabla de juego y la cabeza también, con el mentón metido hacia dentro. Me confesó que siempre sentía como una especie de puñalada justo en el centro de la espalda baja y que este dolor se irradiaba hacia la parte posterior del muslo, incluso cuando permanecía de pie haciendo cola, estas molestias se hacían notar.

Su resonancia magnética mostraba una opacidad, es decir un desgaste discal, una pérdida de grosor entre las vértebras L4 – L5 y L5 – S1. La valoración de su especialista fue de hernia discal. Por fortuna, éste le indicó qué antes de una operación habría que buscar una solución manual y le recomendó Osteopatía. El tratamiento consistió, primero, en soltar toda la tensión crónica muscular asociada a  la lesión que se concentraba, especialmente, en la zona lumbar, así como la columna cervical, ya que la inclinación de la cabeza hacia delante provocaba una tracción- tensión  que se irradiaba hasta el sacro.

Segunda acción: normalizar los desajustes articulares de la columna a fin de restablecer un nuevo equilibrio global.

También fue necesario unas sesiones de reeducación postural, para corregir sus patrones posturales erróneos y hacerle tomar conciencia de su cuerpo.

Eutiquiano Endje
Osteópata, Terapeuta Craneosacral
Reeducador Postural
www.cuerpozen.com
Telf. 609889557 – Madrid

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