¿Cómo solucionar problemas de pareja?

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Cuando una pareja busca ayuda en un terapeuta, normalmente está envuelta en una lucha en la que los dos se hacen reproches o acusaciones. La razón por la que los más perfectos consejos no son la solución, tiene que ver con que tu comportamiento es una consecuencia de un proceso interno. Si todavía ese proceso es demasiado inconsciente, es decir, que sabes poco de lo que pasa en tu interior, un intento de producir un cambio a un nivel de comportamiento, por ti mismo o por un terapeuta, te dará pocos beneficios, porque ignoras algo esencial en ti mismo, algo que no ves: Una motivación inconsciente que hace que no salgas de ese círculo vicioso odioso con tu pareja de reproches. En el fondo no dejas de ocuparte de tu pareja y te has olvidado de ti mismo.Tomemos un ejemplo concreto: El viernes por la noche a Javier le gusta reunirse con sus amigos. Pilar no le deja marchar sin expresar su molestia: ¿no vuelvas tarde?, ¿Me llamarás? Además se pone a llorar. Dice que estar sola por la noche le resulta difícil. Para quitársela de encima, Javier siempre le promete que regresará temprano, pero no lo hace y cuando Pilar le llama, no contesta al teléfono. Javier reprocha a Pilar que no le conceda su divertimento, y Pilar opina que él debería entenderla mejor y ayudarla. Los reproches escalan hasta que se increpan: “No valoras todo lo que hago para ti” y “no puedo confiar en ti”, y la pareja se siente cada vez más desconectada, fuente importante de los problemas de pareja.

Aprender a reconocer y retomar tus proyecciones: ¡el gran desafío!

Si Pilar fuera capaz de dirigir su atención en vez de hacia Javier, hacia sí misma, descubriría que se siente abandonada cuando sale sin ella y que le produce enfado y tristeza. Si tuviera el coraje de ponerse en contacto con este sentimiento doloroso, se daría cuenta que es un sentimiento “antiguo”, un sentimiento de abandono que pertenece a su juventud cuando sus padres no se ocupaban de ella y no querían ver su enfado y su dolor. Y no pertenece al momento actual con Javier. Eso se llama proyección: Sin saberlo proyectas una imagen de tu propio pasado que está oculta en tu interior, a otra persona en la actualidad, ¡y a continuación crees que es realidad!. Sin querer te pones en la posición de niño y desde este punto de vista distorsionado, reaccionas hacia tu pareja. Es el principio de una espiral negativa. Reconociéndola, Pilar podría retomar la proyección, dándose cuenta que tiene un trabajo personal que hacer. Es mucho mejor que ella se responsabilice de manejar su dolor antiguo a que exija de su pareja que tome el papel de un padre ideal que le quita sus molestas, una tarea que no puede más que fracasar. Ahora su problema no es: “mi pareja me abandona y no puede ser”, donde la solución está fuera de su control, porque el cambio depende de Javier. Ahora el problema se centra en ella misma: “tengo un problema para manejar mis emociones de enfado y tristeza en el momento que me siento abandonada por Javier”. Esto sí está dentro de su control y de sus posibilidades.

Ahora ¿Qué pasa cuando Javier dirige la atención hacia sí mismo y no hacia Pilar? Descubre que se siente manipulado y restringido por el comportamiento de Pilar y que le da rabia. Nota que siente una prohibición interna de expresarse directamente. En vez de enfrentarlo, aparentemente se adapta (“te llamo”) pero al final no lo hace. Como Pilar, Javier proyecta una “antigua” situación a la actualidad de su pareja: Se pone en la posición del niño que no osaba protestar cuando se sentía reclamado por su madre en los momentos que quería hacer cosas independientemente, miedoso de sus erupciones emocionales y reproches. En realidad estaba enfadado y triste porque su madre no tenía interés en asuntos que eran importantes para él y que el interés de Javier siempre estaba en segundo lugar. Con Javier también el problema se desplaza de “Pilar debe darme más espacio” en el que se hace dependiente de ella, hasta “tengo un problema conmigo mismo cuando quiero hacer algo que no le gusta a mi pareja”.

Para los dos este nuevo punto de vista de los problemas de pareja es ya un cambio importante. Termina de una vez con el victimismo y el amparo que la pareja sentía antes. ¡El cambio no depende del otro, sino de ti! Es un alivio por un lado y por otro un desafío por no poder echarle más la culpa a tu pareja por tu falta de bienestar…

La relación de pareja como vehículo de crecimiento personal

Así la relación de pareja se vuelve un vehículo de autoconocimiento. Obsérvate cuando te pongas en la posición de niño y de dependencia y asignes el papel del padre a tu pareja, o a la inversa, en vez de reaccionar. Poco a poco aprendes a verte a ti mismo y a tu pareja de manera realista. Así cada uno crece. Suena raro, pero mientras más autónomo te vuelves, más intimidad verdadera se puede experimentar en la pareja.

Annette Kalbfleisch
Psicóloga-psicoterapeuta
Próximos retiros en La Hospedería del Silencio
www.hospederiadelsilencio.com

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