Nuestras Amigas y Aliadas las Bacterias y los Microorganismos Regeneradores

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La aparición de la atmósfera, el desarrollo de células más complejas y formación de cuerpos más desarrollados, el equilibrio en la cadena trófica, la transmisión de información genética necesaria para la evolución y adaptación, son algunos de los procesos vitales para la existencia en los cuales las bacterias y microorganismos son los principales actores y protagonistas. Hoy, el reconocimiento de la importancia de sus funciones en la vida, más allá del injusto papel de enemigos con el que han sido clasificados, nos permite colaborar con ellos para desarrollar tecnologías que aporten posibles soluciones a los principales retos a los cuales se enfrenta el ser humano.

Las primeras bacterias

Aproximadamente 1.000 millones de años después de la existencia de nuestro planeta, hace 3.500 millones de años, surgieron las primeras bacterias. En nuestra tierra primitiva no había oxígeno libre, sino sustancias tales como hidrógeno, metano, amoniaco, ácido sulfhídrico, dióxido de carbono y monóxido de carbono.

Estas sustancias se combinaron con el agua en presencia de la energía procedente de las radiaciones ultravioletas, termonucleares, descargas eléctricas terremotos, erupciones volcánicas surgiendo los aminoácidos, azúcares, bases y ácidos carboxílicos.

Estas moléculas se agruparon formando moléculas más grandes: proteínas, polisacáridos, ácidos nucleicos, lípidos. Todo este proceso dio lugar a las primeras bacterias. Estas primeras bacterias transformaron, gracias a su actividad metabólica, mediante la fotosíntesis, el inhóspito medio inicial en un planeta lleno de sustancias necesarias para vidas más desarrolladas como el oxígeno. A su vez, la fusión de distintos tipos de bacterias formaron las distintas células más complejas, de cuya unificación se han podido desarrollar los seres vivos que hoy conocemos.

Si hoy existe el ser humano, tiene que estar muy agradecido a nuestras amigas las bacterias por hacer posible la vida que hoy conocemos.

La importancia de las bacterias

Hablaremos con cifras para entender la importancia de las bacterias en la vida.

Las bacterias son uno de los seres vivos más numerosos en nuestro planeta, su número es de aproximadamente una cifra de 5 x10 elevado a 30.

Una bacteria pesa aproximadamente 1 pictograma (una billonésima parte de 1 gramo). Todas las bacterias del planeta pesan juntas 1 billón de toneladas. Esto es equivalente a toda la biomasa del mundo vegetal. De tal forma que si todas estas bacterias y microorganismos fuesen nocivas como se ha considerado hasta hace poco no estaríamos hoy vivos (Máximo Sandin).

Cada Mililitro del océano alberga 100.000 microbios y en un litro puede haber más de 20.000 especies de bacterias distintas.

En el ser humano hay 10 veces más bacterias que células humanas, es decir somos un 10% humanos y un 90%  resultado de la unificación de distintos grupos de bacterias. Tenemos 30.000 genes humanos, mientras que la genética de los microorganismos que habitan en nuestro organismo es de aproximadamente unos 3.000.000 de genes.

El peso total de las bacterias de nuestro organismo es de más de 2 kilos, mayor que cualquier órgano.

Cada ser humano tiene una especie de huella dactilar microbiana, es una nube personal de microbios que es nuestra primera relación con el medio ambiente. Dejamos un rastro de 38 millones de bacterias por hora. Un beso transfiere 80 millones de bacterias. Compartimos grupos de bacterias con las personas con las que vivimos, puede que incluso estas sean la respuesta a por qué a veces sentimos atracción o no por un tipo de persona u otra.

Son tan importantes las bacterias que hay teorías que postulan que la evolución es el resultado de la simbiogénesis o colaboración entre las bacterias y microorganismos (Konstantin Merezhkosvky).  La biología evolutiva predominante sostiene que la evolución se debe al resultado de la competencia y la lucha por la supervivencia, y a mutaciones azarosas en el ADN que cada cierto tiempo suponen una mejora. Sin embargo, la simbiogénesis expone que el desarrollo de nuevos organismos y seres ha sido posible gracias a la colaboración entre los microorganismos.

La ciencia ha sostenido, hasta hace poco, que evolucionamos mediante la herencia genética, ésta se denomina transferencia vertical de genes. Frente a este tipo de evolución hay una evolución mediante la transferencia horizontal de genes, de tal manera, que una facultad no desarrollada por una especie puede ser adquirida si otra especie la ha desarrollado antes. En este tipo de evolución son fundamentales las bacterias, pues ellas pueden recibir la información genética de la especie con la que están en contacto y que ha realizado esa evolución, y transmitir esta información a las otras especies.

La transferencia horizontal de genes permite una evolución mucho más rápida en una sola generación y explica el fenómeno por el cual casi todas las bacterias se vuelven resistentes en muy poco tiempo a nuevos antibióticos.

Cultura bactericida versus Cultura bacteriana

La Organización Mundial de la Salud afirma que casi todas la bacterias se han vuelto resistentes a los antibióticos. El hecho de que los microorganismos fuesen descubiertos inicialmente por ser causantes de algunas enfermedades les ha puesto a todos el sambenito de nocivos y las teorías consideran al germen principalmente como un causante de enfermedades y como un enemigo han sido adoptadas por la medicina oficial predominante.

Estas teorías han llevado al desarrollo de medicamentos antibióticos (anti-bio = anti-vida) que matan no sólo los microorganismos nocivos sino también a los microorganismos benéficos. Hemos pretendido conseguir ámbitos tan limpios, tan estériles, sin vida, que sólo han sobrevivido los microorganismos patógenos más fuertes. ¿Cuál creemos que es el mejor lugar que quedará con las condiciones idóneas para que estos patógenos sobrevivan? Nuestro propio organismo.

No podemos pretender ganar en una lucha donde aquel que consideramos enemigo es un experto en millones de años de adaptación, supervivencia y evolución.

¿Cuál es la solución a este problema?

Son las propias bacterias la solución, allí donde proliferan los grupos de  bacterias benéficas impiden que se desarrollen y proliferen los microorganismos patógenos. Estos patógenos no son malos, sino que hemos creado ámbitos contaminados y con tal nivel de toxemia o de esterilidad que se han fomentado las condiciones idóneas su desarrollo. Estas bacterias degradadoras tienen una función muy importante en la naturaleza, pero la realidad contaminada, competitiva y desnaturalizada generada por seres humanos fomenta el crecimiento de microorganismos degradadores frente a los benéficos.

Las bacterias purifican el agua, permiten la interacción con la atmósfera, ayudan a la biodegradación de los elementos inertes, desarrollan nuestro sistema inmunológico, nos ayudan en los procesos de digestión y asimilación de nutrientes, la comunicación de nuestro cerebro con el resto de órganos, ayudan en la interpretación del mundo exterior con las funciones desarrolladas en los órganos perceptivos, permiten la segregación de las hormonas y neurotransmisores de la felicidad.

Cuando las bacterias se encuentran en sitios pobres en alimentos o ricos en toxinas son capaces de evolucionar logrando formas de transformar esas sustancias en comida. Desarrollan novedosas reacciones químicas, generando nuevas enzimas para asimilar los nuevos compuestos que no están en el metabolismo de los demás organismos: pesticidas, hidrocarburos, detergentes.

Las bacterias pueden transformar en alimento todo. Esta capacidad es clave para devolver el equilibrio al medioambiente, a nuestros hogares, a nuestro organismo. Muchos investigadores y emprendedores ecológicos están poniendo el acento sobre el potencial regenerador de los microorganismos.

La Tecnología de los Microorganismos Regeneradores Orgánicos (EMO)

En los años 80, el ingeniero agrónomo japonés Teruo Higa descubrió que la colaboración y asociación de un grupo de bacterias fotosintéticas, acido-lácticas y levaduras entre otras varias, denominadas Microorganismos Eficientes (EM),  es capaz de transformar el ámbito en el que están regenerando ríos, convirtiendo deshechos en ricos abonos para agricultura. Estos microorganismos escanean el ámbito en el que se utilizan y deciden cuales entre ellos son los microorganismos necesarios  para equilibrar y regenerar el lugar en el que están y se ponen en acción.

Junto con estos conocimientos sobre los (EM), hay también todo un movimiento que utiliza Microorganismos Nativos de cada zona para regenerar tierras y enriquecer los cultivos. Si sumamos a esta sabiduría el conocimiento de las bacterias acido-lácticas beneficiosas para la salud en el ser humano, tenemos toda una gama de recursos para transformar nuestra realidad creando un mundo mejor con soluciones en: medicina, agricultura, ecología, nutrición, psicología, construcción, ingeniería genética.

Fruto de esta consciencia ecológica surge la iniciativa del valenciano José Francisco Estevan Cloquell, 20 años de experiencia trabajando con Microrganismos le han permitido desarrollar un abanico de soluciones basadas en Microorganismos Regeneradores Orgánicos (EMO) creando productos para dar una solución natural a temas como la salud: EMO Life y EMO body (re-equilibran nuestra flora bacteriana), EMO Organik para la limpieza del hogar y EMO Terra para el desarrollo y mejora en la agricultura.

Hoy ya es posible crear un mundo mejor colaborando con nuestras Sabias y Maravillosas Amigas las Bacterias ¿Te apuntas?

EMORGANIC
Telf. +35 697 239 848

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