Magnífica herramienta en el camino hacia el bienestar a través de la expresión y trabajo con las emociones. Somos viajeros a la búsqueda de nosotros mismos.

Introducción.

El arte es uno de los principales medios de expresión del ser humano, a través de éste se manifiestan las emociones, ideas y sentimientos. En definitiva, uno de los medios de relacionarnos con los demás, con el mundo y con quienes nos rodean.

¿Acaso en la antigüedad nuestros antepasados, cuando comenzaban a expresarse artísticamente, sabían que aquello que hacían les estaba reportando algo más de lo que sus pequeños cerebros podían entender?

Seguro que no sabían que estaban llevando a cabo un proceso para alcanzar la esencia de algo. Probablemente no sabían que aquello que hacían eran los primeros pasos en la invención de la terapia, de la Arteterapia. Sería en la antigüedad clásica cuando ya se reconocen las propiedades terapéuticas del arte, y las bondades de su uso en el equilibrio físico, mental y emocional del ser humano.

Beneficios de la Arteterapia

Arteterapia o terapia artística, integra cualidades de diversas disciplinas como la Sociología, Pedagogía y Psiquiatría, no simplemente desde un punto de vista meramente curativo sino con una perspectiva más enriquecedora hacia universos de bienestar en los procesos personales.

El arte es un valioso estímulo de las capacidades del individuo en su proceso creativo y de expresión individual, nos permite acceder al inconsciente, cuyo lenguaje son las imágenes y los dibujos. Este proceso permite sacar a la luz conflictos, emociones estancadas, problemas no resueltos, etc., con lo cual, ofrece la posibilidad de que estos conflictos inicien su proceso de resolución.

Otra condición holística de Arteterapia es la meramente creativa. La posibilidad y necesidad de ser creativos ha sido y está siendo un instrumento indispensable para la evolución del ser humano, su adquisición de conocimientos y compartir éstos en aras del beneficio y bienestar de los demás.

Esencia y Objetivos de la Arteterapia

Arteterapia debe ser un proceso empático, de miradas profundas y limpias, de profundización, de ir más allá de la simple estética, de establecer sinergias, de desarrollar y gestionar comportamientos que promuevan el enriquecimiento interior común, que es el enriquecimiento del conjunto de la sociedad; una sociedad, la de hoy día, necesitada cada vez más, por su propia evolución, de nuevos instrumentos que la doten de contenidos de valor que hagan más favorable y dichoso el caminar de todos, el caminar por esta vida, que es nuestra mejor herencia y debe ser legado.

Como dice Virginia Satir: ”Por muy semejantes que creamos ser o que podamos sentirnos, seguimos siendo diferentes. Y por muy diferentes que nos sintamos, seguimos siendo semejantes. Si usted cree, como otras muchas personas, que lo que le asemeja a los demás establece los cimientos de la confianza y la seguridad, y lo que le diferencia de los otros es lo que produce problemas, entonces está usando la mitad de sus recursos (…) Lo que nos diferencia puede ser una fuente de dificultades, es cierto, pero también es la llave para liberar muchas energías y experiencias que hacen que la vida sea apasionante y satisfactoria”. Estas palabras expresan muy bien que, colectivamente, todos tenemos la misma clase de conflictos, aunque con circunstancias diferentes, y pueden ser gestionados a través de una misma herramienta como, en este caso, puede ser la Arteterapia.

Arteterapia tiene como uno de sus principales objetivos el comunicarnos con nosotros mismos y los demás, para comprender de un modo más profundo y sutil el mundo interior que nos mueve, las energías que nos hacen pensar, sentir, amar, sufrir y emocionarnos (a través de las emociones básicas o primarias como la alegría, la tristeza, el miedo, el enfado, la sorpresa y el asco y todas sus derivaciones); esta comunicación y comprensión nos ayuda, sin lugar a dudas, a fortalecer nuestra autoestima, manejar mejor nuestros comportamientos, reducir el estrés y a desarrollar habilidades interpersonales.

Cuanto más conozcamos nuestros procesos emocionales, más éxito conseguiremos en nuestra vida. Por ello, la Arteterapia es una magnífica herramienta de autoconocimiento que nos lleva a sentir nuestras emociones, a vivirlas, a usarlas, a expresarlas y, en algunos casos, a sanarlas. Porque las emociones no se piensan, se sienten, se almacenan en el inconsciente y es a través del cuerpo donde se generan y se expresan.

Desde Centro Atenea, animamos a los lectores de este artículo a indagar en el conocimiento de Arteterapía, en el gran abanico de disciplinas desde las cuales se puede trabajar este método de autoconocimiento y crecimiento personal.

Epílogo.

«La semilla no puede saber lo que va a pasar: nunca ha conocido a la flor y ni siquiera puede creer que contiene el potencial de transformarse en algo semejante, en una hermosa flor. El viaje es largo, y siempre resulta más seguro no emprenderlo porque el camino es desconocido, nada está garantizado.

Mil y uno son los riesgos del trayecto, muchas son las trampas; y la semilla está segura, escondida dentro de su dura coraza. Pero la semilla lo intenta, hace un esfuerzo: se deshace de la protectora cáscara, que es su seguridad, y empieza a moverse. Inmediatamente comienza la batalla: la lucha contra el suelo, las piedras, las rocas. La semilla era muy dura pero el brote será muy, muy blando, y los peligros serán muchos.

No había peligro para la semilla; hubiera podido sobrevivir durante milenios. Sin embargo, para el brote existen innumerables peligros: brota hacia lo desconocido, hacia el sol, hacia la fuente de luz, sin saber dónde, sin saber por qué. La cruz que ha de ser transportada es grande, pero la semilla está dominada por un sueño y, entonces, se mueve. Lo mismo es el camino para el hombre. Es arduo y requerirá mucho valor. «

Osho

Manuel Blanco
Director Comunicación Centro ATENEA
Próximos retiros en La Hospedería del Silencio.
www.hospederiadelsilencio.com
www.ecocentro.es